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Picaros monetaristas nos hunden con el dólar y el mercado liberal

Aquí, más allá de una guerra cibernética, lo que hay es un abuso de sentimientos a nivel histórico, donde la historia humana manifiesta múltiples manifestaciones misantrópicas de la sociedad contemporánea ocasionando grandes cambios sociales que rompe todo nivel de raciocino y que cambia el estado del espíritu y nos hace interpretar erróneamente la realidad mediante una percepción retrospectiva de un hecho u acto de la cotidianidad.

Por ello, no podemos hablar de la perfectibilidad humana por la ilusión de inferioridad moral, cuando, somos seres superiores a toda antología animal.

Vivimos preocupados por los problemas económicos y sociales de nuestro entorno, pero, somos responsables de todo un conflicto electoral que ya lleva veinte y tres años y que, en un ambiente pedagógico, el gobierno central obvia las argumentaciones de los filósofos y matemáticos para aminorar las presiones financieras de las corporaciones y, quienes centralizan la banca internacional.

El neoliberalismo, construido sobre los postulados del economista gringo Milton Friedman y su Escuela de Chicago, vivió su momento de fama en la década de los 80 en los tiempos de Ronald Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido.

Este sistema se trasladó, como si se tratara de trasplantar un árbol a las economías pobres de Latinoamérica. La idea central es ayudarle a las clases sociales ricas para que esa riqueza se derrame y se extienda por todas las capas sociales. Si el sector privado no prospera no hay empleo, no hay impuestos ni riqueza. El problema es que las herramientas que usa para lograr este propósito son las grandes privatizaciones de empresas, servicios y sectores públicos para favorecer el capital privado. Además, libera y le quita obstáculos al comercio internacional y despoja al Estado de su rol de promotor de políticas sociales, pues esos recursos no son generadores de utilidades, es decir son inútiles en términos económicos.

La regulación del mercado y la economía pasa a manos de entidades financieras trasnacionales que son manejadas desde los Estados Unidos como son el Banco Mundial, (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), El Banco Interamericano Internacional,

¿Adónde va el beneficio de estos abusos? ¿A socorrer a los débiles o a engrosar el bolsillo de los manipuladores? ¿Por qué los políticos, de todos los colores, también Policía y Justicia, que con su silencio favorecen a pícaros y grandes fortunas, ¿no intervienen en el asunto? ¿O n Escasa es la cuantía de una llamada, "un grano no hace granero, pero ayuda al compañero"? Yo me pregunto, sin listado de números de teléfono como en tiempos pasados, ¿quiénes les proporcionan a estos sujetos los números a los que llaman? Habiéndome criado de jornalero en el campo, ya subido en el burro, aprovecho para decir lo que pienso. Los campesinos, unos a pie y otros en el tractor para reclamar sus derechos, abandonan quehaceres y besana y a la huelga se marchan, que lo único que consiguen es incrementar gastos y sofocos. ¿O es de su incumbencia?

Hace buen tiempo que estoy en la ciudad. Y voy al campo es a visitar.

Hoy, me considero apolítico pero ciudadano, aunque con trabajo por mi torpeza, acompañado de mi bolígrafo y mi muleta de cocuy, camino por los arrabales de la sociedad para observar maldades. Que mi bolígrafo al ver anomalías se pone inquieto... Al verle titubear trato de ayudarle para que esté contento. Hay virus que, favorecidos por las autoridades, me refiero a nuestro país, caminan por doquier cometiendo estragos, si no de salud, económicos, que en más o menos cuantía transfieren dinero de un bolsillo a otro sin que los responsables del orden público intervengan; es que serán amigos de estos pillos o guardan relación conjunta. Por regla general, las personas afectadas por estos daños son escasas en recursos y picardía.

Todo esto se ha quedado en nada, simplemente en nada.

Mientras el debate interno está en qué hacer, cómo atender todo lo que ocurre en nuestro entorno y las futuras elecciones de diciembre 2020, lo único cierto es que tenemos que demostrar que somos capaces de atender a lo que está pasando, dejar de lado lo superfluo y ser tan disciplinados y obedientes como solidarios y trabajar todos en el mismo sentido para poder sacar este problema adelante. Un problema para el que no tenemos manual de instrucciones y para el que no estábamos preparados.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen, gloriosa y bendita. Y Esperanza nuestra. Oh, Jesús de mi Salvación, libéranos de este yugo monetario que nos tienen los comunistas

El dólar, es un robo descarado de los picaros. En menos de dos días todo se precipita, es más no sé qué será historia o qué será ficción para cuándo esto que escribo vea la luz, porque la vida tiene muchas cosas más importantes que las banalidades que se nos puedan ocurrir, y así, de golpe piensas que tienes que hacerte mayor y madurar, como aprendíamos antes, por obligación y tenemos que lidiar con una situación que no teníamos prevista y que tenemos que sacar adelante.

Simplemente la hambruna, toca a nuestras puertas y nos abrazamos al presidente bueno de Nicolás y su esposa Cilia, una familia muy hermosa preocupada por Venezuela y de pronto nos vemos que estamos a manos de unos monetaristas que hacen vida en el Banco Central de Venezuela.

No debemos dejar de lado la incertidumbre que hay también ante la reacción de los diversos estamentos ante la epidemia del coronavirus y sus consecuencias más inmediatas, Al final, sin saber cómo acabará todo esto, tal vez debamos tomarnos las cosas como van viniendo, y que, con las cosas buenas y malas, somos como el Tercio español que mencionaba el Capitán Alatriste, con todo su honor y toda su miseria, la ventaja es que está en nuestra propia mano acrecentar uno y alejar otra.. Es nuestro deber asumir que somos cristianos. Que somos Iglesia. Algo que, en muchas ocasiones, no es percibido por ninguna de las partes anteriormente mencionadas. Necesitamos rezar y orar. Y no lo hacemos. No sé si es porque no sabemos o porque no creemos en la oración. Pero es la herramienta perfecta del cristiano para rogar, agradecer y hacer penitencia. Que, básicamente, es lo que vamos a hacer en los próximos días, hasta el fin y ver un cambio en las políticas del Estado protector que se ha convertido Venezuela.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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