Nuevo parto imperial en Venezuela: el G4 plus

Mientras el mundo observa el nacimiento del nuevo orden post hegemonía de los EEUU; en la República Bolivariana de Venezuela, vemos estupefactos el surgimiento de una nueva oposición, más de derecha y ultrarreaccionaria, eso sí, llena de mucho odio. Bien lo decía el fundador de la CIA, Allen W. Dulles, en su obra: «El Arte de la Inteligencia», refiriéndose a la U.R.S.S.: «Sembrando el caos en la Unión Soviética, sin que sea percibido, sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia…»; donde dice URSS y Rusia, coloque Venezuela y apreciará en nuestra realidad la aplicación exhaustiva de las políticas imperiales -seguidas al pie de la letra- por los empleados de Washington. Mucha de la vieja izquierda, fue cooptada por la CIA y puesta al servicio de los intereses de Washington en territorio venezolano, que no son otros sino el cambio de régimen o derrocamiento de la Revolución Bolivariana como tarea fundamental para luego iniciar el desmontaje de todos sus grandes logros sociales, expresados en su Constitución y leyes fundamentales, como lo es la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT). Memoria activa, la oposición más reacia a la LOTTT provino no solo desde Fedecámaras, sino también desde el Partido Comunista de Venezuela (PCV); ese sector político, reivindicó como suyo la Ley Orgánica Orgánica del Trabajo promulgada por el ex presidente Rafael Caldera, a quien apoyaron en su segundo mandato. Con la aprobación de dicha ley, Caldera, sienta las bases de la reforma parcial que se produciría en 1997, la cual serviría para cambiar el régimen de Prestaciones Sociales existente hasta entonces, y que se le conocería como el «robo del siglo», al modificar su modo de cálculo y eliminar la retroactividad de su pago. De un solo plumazo, Teodoro Petkoff, entonces ministro de planificación del «chiripero», tal como se le llamaba al gobierno de la unidad de cierta izquierda y derecha, en conjunción con Fedecámaras y la CTV, cercenaron la enorme deuda con los trabajadores y trabajadoras públicas, generada por los gobiernos de la cuarta (AD y Copei). Años después, el mismo Teodoro afirmaría, refiriéndose a esa deuda social incumplida por esos gobiernos maulas de la iv: «… el candidato Chávez se había cansado de denunciar durante su campaña el endeudamiento en que habían incurrido los gobiernos anteriores e incluso, insinuaba la posibilidad de no continuar pagando una deuda que "ya había sido pagada muchas veces" y que además tenía fuertes visos de ilegalidad. Podía pensarse, entonces, que el presidente Chávez actuaría en correspondencia con su discurso. (…) Sin embargo, al sol de hoy la deuda pública nacional llega ya a la suma de 76 mil millones de dólares —¡un poco más de tres veces la que encontró!» (Deudocracia, Teodoro Petkoff, Tal Cual, Abril 11, 2007). Se quejaba «Teochoro», como –desde entonces- le llamó el pueblo venezolano, que el Gobierno de Hugo Chávez Frías, se endeudara procurando medios para honrar las deudas que con los trabajadores y trabajadoras venezolanas habían adquiridos esos gobiernos maulas de la iv, que nunca tuvieron la menor intención de honrar su pago. «Deudas impagables», les denominaba el entonces delincuente, hecho ministro. Así eran, los gobiernos de la iv y sus políticos, descarados en extremo. Crean problemas y luego se desentienden, si te he visto, no te conozco. Ello explica, la actitud grotesca de sus herederos políticos tipo Guaidó, López, Capriles, Ramos Allup, Rosales, Barbosa, Borges, Corina Machado y un largo etcétera de delincuentes convertidos en supuestos «políticos» a los que ahora se les suma «chaquetón», el secretario general, quien desde 2011, se mantiene aferrado a dicho cargo, como si se tratara de su última esperanza de poder escalar socialmente de la mano del gobierno imperialista de los EEUU.

Este despliegue del PCV, en contra de la Revolución Bolivariana y en estrecha unidad con la ultraderecha guaidosista o G4, nos hace rememorar aquel discurso de Fidel del 13 de marzo de 1967, en que se preguntaba y buscaba respuestas sobre el giro político de esa organización por lo que llamaron entonces: «paz democrática». «¿Qué significa esto?», se preguntaba Fidel y le preguntaba a la dirigencia comunista venezolana. «Y entonces, venía la consabida y elaborada teoría de aquella táctica, de aquella maniobra, que no era ni con mucho abandonar la guerra, (…) una maniobra para ampliar la base, para destruir al régimen, para debilitarlo, para socavarlo. Y desde luego, nosotros no veíamos aquello claro de ninguna manera». Los cuestionamientos de Fidel al PCV, reciben como respuesta el 15 de marzo, una reacción de indignación, calificando su discurso como una agresión: «cargada de soberbia, que le hace el juego a la reacción y al imperialismo». Lo que sí tenían como una certeza, la dirigencia revolucionaria cubana, era que casi todo el movimiento revolucionario venezolano estaba infiltrado por la CIA. Se descubre entonces, que: «el llamado Comando Estratégico de Sabotaje (CES), funcionaba sin una real conexión con el Comando General de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), ni con el Comando Político-Militar urbano, y que su jefe, Adolfo Meinhardt Lares, era un infiltrado de la CIA. Meinhardt Lares, fue quien asesinó y le dio el tiro de gracia a Julio Iribarren Borges. De aquí en adelante, la izquierda se pierde en un berenjenal de salidas y reacomodos con el que buscan pactar con el formalismo democrático de la derecha, con toda una terminología de repliegues, foquismo y contrafoquismo, virajes tácticos, revisionismo-reformismo, pacifismo, aventurerismo, anarquismo, caudillismo, inmediatismo, dogmatismo, improvisación, vanguardismo». Fidel, tenía informes de supuestos guerrilleros como Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, que «estaban ricos y haciendo tours por Europa o el Caribe, convertidos en prósperos negociantes y propietarios de mansiones y carros de lujo…» (Camaradas, abran los ojos y conozcan esta historia: el PCV es un partido reaccionario, José Sant Roz, 15/10/2012, Aporrea). Así es, la historia de esa legendaria organización que abandona sus principios antiimperialistas, dejándose llevar por su exacerbado odio, antes contra Chávez y hoy contra Maduro. Con justificada razón, el diputado revolucionario Pedro Carreño, en una de las sesiones ordinarias de la digna y soberana, Asamblea Nacional, llama al secretario general del PCV, Oscar Figuera, «delfín de la CIA» y «tarifado del Departamento de Estado». Curiosamente, de inmediato, se activan los llamados «medios libres», financiados por el Departamento de Estado de EEUU en su defensa, en la línea recomendada por el entonces fundador de la CIA, Allen W. Dulles, en su obra «El Arte de la Inteligencia»: «Sólo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender, lo que realmente sucede. Pero a esa gente, la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos».

El término «converso», identifica a los profesionales del oportunismo político que han cambiado de ideología, no a consecuencia de la evolución personal y la experiencia, sino del cálculo político, más bien politiquero. Fue notoria, la actuación del comunista francés, Jacques Doriot, secretario general de las Juventudes Comunistas y diputado, quien viajó a China como delegado de la Internacional Comunista, en los tiempos en que Chang Kai Chek y el Kuomintang, organizaban la matanza de comunistas chinos. Doriot, era muy ambicioso. Expulsado del partido comunista, fundó el Partido Popular (PPF), hasta que finalmente se convierte en colaboracionista de las tropas de ocupación nazis. Combatiendo a su lado, llegó a fundar la Legión de Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo. Poco antes del final de la guerra, un bombardeo británico acabó con su vida. Tal retrato, pareciera estando viéndolo reflejado en «chaquetón», quien ha visto en su alianza «por la democracia» con la banda terrorista del G4, una oportunidad de salir -de una vez por todas- del hermano Presidente Nicolás Maduro, derrocarlo y asumir el liderazgo que ha perdido Juan Guaidó y hacerse del dineral que la CIA, mueve en procura de tan funestos propósitos.

Estos días de finales de julio e inicios de agosto, hemos sido testigos de la nueva forma de hacer oposición, utilizando las organizaciones sindicales amarillas, que funcionan como verdaderas ong´s al servicio del Departamento de Estado de EEUU. Toda una campaña de odio contra la ONAPRE, en exigencia del pago inmediato del bono vacacional, justa demanda sí, utilizada para fines nada justos y antinacionales. La respuesta del Gobierno Bolivariano, no podía ser otra sino satisfacerla en cumplimiento de la Ley Chávez o LOTTT. De inmediato, el gobierno imperialista de los EEUU, reactiva la guerra contra la moneda nacional, procurando desvalorizar los bolívares cancelados por el Gobierno Bolivariano en modo bono vacacional; tal cual, como le dijera el escorpión a la ranita que –humildemente- se prestó a llevarla sobre su espalda para ayudarla a cruzar el río, después de aguijonearla y sentir su veneno mortal, le dijo: «Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme». Dólar Today y demás páginas webs, al servicio del gobierno imperialista de los EEUU, se activaron para pulverizar los ingresos de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública. ¡Así paga, el G4 plus a sus seguidores y seguidoras! Vienen entonces a nuestra memoria, aquellos años entre 2017 y 2020, y las palabras del ex senador republicano. Richard Black, quien en 2019, dijo esto a Sputnik: «Hemos desmonetizado su moneda y a través del sistema bancario internacional hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda». Hora ya, de buscar alternativas al uso del dólar como moneda complementaria, seguir los ejemplos de Rusia y Bolivia, ganar soberanía monetaria y liberarnos del yugo monetario imperialista. Iniciar los estudios de viabilidad de la moneda única suramericana propuesta por el hermano Lula da Silva.

Una vez cumplido por el Gobierno Bolivariano, con el mandato de la Ley Chávez; esa nueva oposición ultrosa, acude también al expediente del terrorismo, quemando un galpón del IVSS, con medicinas y equipamiento para la atención de pacientes diabéticos, fundamentales para su sobrevivencia. Como lo han demostrado a todo lo largo de estos últimos 22 años, poca importancia le dan a la vida de venezolanos y venezolanas, si ésta les sirve para el logro de sus funestos fines, como lo dijera ese terrorista y criminal de poca monta llamado J. Guaidó: «como una inversión a futuro». ¡Tal es la calaña de esa gente! Luego, se vienen con una nueva campaña, enfatizando más en lo ideológico, lo simbólico, retomando aquella campaña que les orientara la CIA para la presidencial de 2013, acusando a Maduro de traicionar a Chávez. ¡Sí, aunque Ud. no lo crea! Se acusa al mismo personaje, cuya cabeza el gobierno imperialista de los EEUU le ha puesto precio, y lo ha convertido en su principal enemigo político en toda la América. Sí, el mismo Presidente al que la CIA ha intentado asesinar, secuestrar y derrocar pero que los ha derrotado y humillado, venciéndolos en buena lid, una y otra vez. No quedándoles otra opción, sino procurar un diálogo directo con su Gobierno. Sí, el mismísimo Súper Bigote, quien les ha tomado por la barba y los ha arrodillado en señal de suplicio, ahora que las condiciones creadas por el mismo imperialismo, les han rebotado y requieren de Venezuela para que los precios del petróleo no sigan en ascenso, deteriorando la calidad de vida del pueblo estadounidense, asediado recesión y alta inflación; generada ésta, por las sanciones de EEUU y Europa contra la economía rusa, en un intento fallido por desestabilizar a Rusia y procurar un cambio de régimen, según les recomendaran los sesudos analistas de la Rand Corporation. Pues bien, se trata de una nueva agresión centrada en Chávez: «La noticia lacera: Quitaron los ojos de Chávez del edificio del Banco Central, y la razón que dan es que buscan rescatar la seriedad del organismo, mendigando la aprobación de los capitalistas» (Los ojos de Chávez - Por: Toby Valderrama), como denuncia uno de los empleados más serviles del corrupto y prófugo de la Justicia venezolana, Rafael Ramírez, hoy aliado excelso del G4 plus. Nada más repugnante para Chávez, que la corrupción y los corruptos.

Pero, al igual que ese repugnante vicio de la corrupción, lo es también el llamado culto a la personalidad. Fidel, al igual que lo fuera Chávez, eran contrarios a cualquier tentativa de propiciar cultos sobre sí mismos. En un discurso pronunciado, el 13 de marzo de 1966, Fidel, expresó: «No es necesario estar viendo una estatua en cada esquina, ni el nombre del dirigente en cada pueblo, por todas partes, ¡No!; porque eso revelaría desconfianza de los dirigentes en el pueblo, eso revelaría un concepto muy pobre del pueblo y de las masas que, incapaces de creer por un problema de conciencia, o de tener confianza por un problema de conciencia, fabricaría artificialmente la conciencia, o la confianza, por medio de actos reflejos». De allí, que uno de sus deseos antes de morir, expresado a su hermano Raúl, fuese que su nombre y su figura, nunca fueran utilizados para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos, ni erigidos en su memoria monumentos, bustos, estatuas y otras formas similares de tributo. Tal deseo, es hoy Ley de la República Cubana, aprobada por la Asamblea Nacional por unanimidad en 2016. Seguramente, Chávez, hubiera compartido con Fidel igual deseo, como lo hizo en vida en rechazo de los adulantes que a todo tachaban de «socialismo», como si de una moda se tratase. Decía Chávez: «Yo soy enemigo de que le pongamos a todo ‘socialista’, estadio socialista, avenida socialista, ¡qué avenida socialista, chico!; ya eso es sospechoso». Todo, con el claro propósito de adular al líder revolucionario y ganarse sus afectos. Chávez, los rechazaba, como buen cristiano que fue, despreciaba el «lenguaje de la hipocresía, que es el lenguaje del engaño, el mismo lenguaje que el de la serpiente a Eva, es el mismo», como nos los recordó Francisco, en la misa que celebró en Santa Marta, el martes 6 de junio 2017.

El G4 plus o la alianza de Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática (Ramos Allup) y Un Nuevo Tiempo con el Partido Comunista de Venezuela, representa un nuevo intento del imperialismo por abatir la Revolución Bolivariana. Llega, esta nueva alianza de los agentes del imperialismo, en un momento trascendental para la América, con nuevos gobiernos de estirpe más de pueblo que de oligarquías. Gustavo Petro en Colombia, AMLO en México, Arce en Bolivia y –prontamente- Lula en Brasil, expresan los síntomas de que un nuevo progresismo es ya, una realidad en la América, y se retoman ideas del pasado reciente como la Moneda Única Suramericana, ya puesta sobre la mesa de discusión por el hermano precandidato Lula da Silva, como expresión de retomar los caminos avanzados durante la primera ola de progresismo (Chávez, Lula, Evo, Tabaré, Correa, Fidel, Kirchner, Ortega), con la creación de la UNASUR, CELAC, TeleSur, Banco del Sur, Petrocaribe y demás mecanismos de integración y hermandad de los pueblos y gobiernos de nuestra América, al sur del río bravo. Es una nueva realidad, la que tendrá que enfrentar esa alianza ultrosa de derechistas e izquierdistas trasnochados, al servicio del gobierno imperialista de los EEUU, que procurará por todos los medios dividirnos para dominarnos. Motivo, más que suficiente para reivindicar y mantener como principio, las banderas de la unidad latinoamericana y caribeña, esa misma bandera que durante los últimos 22 años, fue saboteada por la política divisionista del PCV y su secretario general, pero que –seguramente- retomarán con fuerza los nuevos gobiernos de corte progresista, y que constituyen el punto nodal del legado del Comandante Chávez: «continuemos fortaleciendo la unidad, la unidad de la Fuerza Armada, la unidad del pueblo y de todos los factores revolucionarios de todas las corrientes políticas, de todas las corrientes y sectores sociales nacionalistas, bolivarianos, revolucionarios, socialistas. Unidad, unidad, unidad, esa debe ser nuestra divisa, proclamemos la unidad y construyámosla cada día con mayor extensión y con mayor profundidad. Unidad, decía Bolívar, sólo unidad nos falta para completar la obra de nuestra regeneración»…

Postscriptum: Magnánima lección de Democracia está dando el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el Partido de Chávez, icono de la Revolución Bolivariana; renovando toda su dirigencia de base territorial, eligiendo sus jefes y jefas de calles en 46.800 comunidades a todo lo largo y ancho de nuestra Patria, quedando compuesta dicha dirigencia -en un 79 por ciento- por mujeres patriotas. Muchísima juventud, reclamó su incorporación a la organización territorial Psuvista, lo que convocó a la realización de 266 mil reuniones del pueblo hecho líder, hecho Chávez. Queda ahora por renovar las UBCH: 14.380 en total en todo el país. Contrasta este ejemplo magnánimo de Democracia, con la realidad vigente en las organizaciones de la derecha venezolana y la extinta izquierda; con líderes (la mayoría son hombres, el que menos tiene en su cargo de dirección tiene como mínimo 11 años, no siendo electos por las bases de esos vetustos partidos sino por la gerontocracia que decide todo al interior de los mismos o peor aún, por la decisión emanada desde la Casa Blanca, en Washington D.C. (el que pone los reales, pone los jefes, refrán del pueblo). Y en aquellos espacios donde sus comunidades, les dieron un voto de confianza hace ya más de una década, que se mantienen aferrados y negados al ejercicio del voto universal y secreto de esas comunidades, pretendiendo mantenerse como repúblicas feudales de la edad media, en que un voto de un profesor equivale a un centenar de votos de estudiantes, mientras trabajadores y trabajadores, no cuentan con su derecho humano al voto; tal como ocurre, en las universidades autónomas venezolanas. Se trata de un supuesto liderazgo de derechas y vieja izquierda, que repudia la consulta democrática a la bases de sus partidos e instituciones, y encima pretenden darnos -a los venezolanos y venezolanas de bien- ejemplos de democracia. ¡Son más pasado, que presente!…

Caracas, 31-08-2022



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Henry Escalante


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