De todo se ha escrito sobre lo sucedido en Honduras. Desde lo mas simple, que es el miedo de la oligarquía a perder sus privilegios y negocios. Hasta lo mas complejo, que es la implicación del aparataje imperial yanqui y el intento por frenar el avance de las luchas populares en el continente.
Tal vez todas tengan mucho de verdad y poco de error. Pero algo es seguro según mi óptica. Se trata de un ensayo bien pensado con todas las implicaciones y las aristas definidas, para afinar la manera como se prepara la barrida de todo lo alcanzado hasta ahora, desde el punto de vista de los avances populares reivindicativos en lo político, económico, social y de independencia de acción. Por parte de los pueblos que se dieron gobiernos progresistas e irreverentes
Estos logros han asustado a los amos mundiales del poder. Recordemos que éllos actúan a manera de red. Si uno es afectado en la periferia, el centro lo resiente y reacciona en consecuencia. Lo alcanzado en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Argentina, Honduras, Ecuador etc. Ha repercutido en la conciencia de otros pueblos, que ven en la ruptura del yugo imperial, una posibilidad cierta de obtener una vida más digna en general. En una maquinaria como la capitalista imperial, cuyo mecanismo de cohesión y freno es el terrorismo y la muerte; representados por el hambre, el desempleo, la explotación, el saqueo de las materias primas, el bajo salario, la represión y encarcelamiento injusto. Toda esa madeja de chantajes, funcionaba para mantener las rebeldías e inquietudes de las mayorías acorraladas por el miedo.
La ruptura de esos miedos y la toma de conciencia, al descubrir que la acción coordinada de esos pueblos por sus intereses colectivos, rinden dividendos políticos y sub. Consecuentes. Hace ver el poder que se tiene y la fortaleza alcanzada cuando la unidad es real. Sobre todo cuando hay hechos concretos que mostrar como por ejemplo, Venezuela en lo referente a: Salud, educación, viviendas, infraestructuras, empleo, alimentación y soberanía nacional. Si a esto sumamos, que en la medida que los pueblos avanzan en sus reivindicaciones. Los explotadores retroceden en sus privilegios, lo que no le agrada a los capitalistas imperiales explotadores. De allí que se decidan a ensayar en Honduras algo que en el pasado les dio resultado. Pero la cosa no es para echarse a dormir. De esa lección, sacaran las estrategias para imponer otros métodos de golpe estado. Si Uds. se fijan. El golpe en Honduras, tal como en Venezuela; previamente, empezó por realzarse en la psiquis de las personas mucho tiempo antes, mediante la imposición forzada de matrices de opinión que desvirtuaron la realidad, e impusieron otras, en base a medias verdades, mentiras repetidas y la pretensión de desprestigiar a los enemigos a derrocar. No exagera quien o quienes dicen que las guerras por el poder en estos momento, se libra en la conciencia de los individuos. Vean los argumentos con los cuales pretenden justificar el golpe de estado en Honduras: “el congreso y la corte suprema destituyen al residente por que se quiso perpetuar en el poder”, “el ejército actuó en base de la solicitud de los otros poderes”, “el presidente violó la constitución”. Toda una serie de patrañas, mediante las cuales buscarán salir del lío si fracasan. Lo mismo que la decisión en Venezuela de la corte suprema de justicia “los militares actuaron preñados de buena voluntad”
Ahora salen por, algunos buenos escritores, dándole el beneficio de la duda al imperio, preguntándose si el presidente tenía o no, conocimiento del golpe en Honduras, tal como Bush tuvo conocimiento del dado en Venezuela. ¿Todavía a estas alturas y después de tantas agresiones del Sionismo judío asesino (gobernante en el imperio) en el mundo y en especial en la región latina- sur – caribeña, puede haber dudas sobre su conducta? ¡Por favor! ya basta de tanta ingenuidad. Una afirmación de esa índole, solo puede ser posible, si la agresión propagandística del enemigo, ha calado en nosotros. Y nos desconectó de la realidad.
No tengan ninguna duda, que con ese golpe de estado en honduras, el imperio y las oligarquías, solo pretendieron medir la capacidad de respuesta, el nivel de compromiso y la resistencia popular a esas acciones por parte de las organizaciones de países recientes, y la solidaridad de los pueblos. Tampoco debemos olvidar que el objetivo real no es el gobierno de Honduras. Las metas son otras y de mayor envergadura. La implicación norteamericana y sus servicios de inteligencia, con todos sus anexos, tienen metido hasta el hombro en esta agresión a los gobiernos revolucionarios de la región, como están metidos n Irán.
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