Hace días escribí que la menor cantidad de lectores que tuviéramos quienes hacemos artículos sobre la situación de Honduras, sería el indicador de la velocidad con que los sucesos pasaran por encima de nuestras palabras. La lentitud era, es, a mi criterio nuestro peor enemigo.
Los sucesos de Honduras tienen múltiples lecturas para su verdadera comprensión, desde lo económico, desde lo político, desde lo revolucionario y hasta desde lo romántico. Un territorio poco escandaloso en lo que se refería a revueltas sociales sale de pronto a la palestra y se lleva en los cachos todo hasta llegar a las primeras planas de todo el mundo.
Hasta que Hugo Chávez Frías, apareciera en escena, las izquierdas ocupaban sus bancadas minoritarias, pero sumamente claras en cuanto a teorías y dialécticas. Este hijo de Bolívar vino a predicar las ideas de su ángel guardián en palabras simples y sencillas que todos entendíamos, así para abreviar, llegamos a la fecha que nos ocupa con un tropel de Chávez por toda la América, en diez años el Coronel con la espada flamante de Bolívar llenó de fuego revolucionario desde la pampa hasta las tumbas donde reposan los restos de nuestros ancestrales mayas.
Lula, Evo, Cristina, Correa, Lugo, Daniel Ortega y tantos ahora en Centroamérica son una realidad que mágicamente le ha puesto una nueva cara a nuestro maltratado y explotado continente, encarnando a todos nuestros héroes de independencia. Olvídense de manuales sobre condiciones prerrevolucionarias pues aquí en el trópico parece que florece de todo sin pedirle permiso, excusas o explicaciones a Marx ni a nadie, la revolución espontánea para hablar más claro. No joda, que hay que echarle unas cuantas para poner las cosas en orden, así son las revoluciones, siempre con su carga de sorpresas.
José Manuel Zelaya, ya todos sabemos, es hijo de un terrateniente, bonachón, ensombrerado y habla tan sencillo como Chávez y trajo a Honduras para incluirla en la marcha, cual buen hijo de Morazán, otro gigante libertador de Centroamérica y su ideario de la Confederación de Naciones, suficiente pasaporte para ser bienvenido.. Nada más y nada menos que Honduras, el territorio republicano desde donde desplazó sus fuerzas el imperio para mantener controlada a Centroamérica durante todo el final del siglo veinte, donde están las bases militares y las escuelas especiales para corregir a los perversos revolucionarios de todos estos lares. ¡Hay Zelaya!, eso no te lo perdonarán tus banqueros ni tus generales.. no se ni siquiera como estas vivo, pero bienvenido.
Quienes opinan y escriben desde los análisis ortodoxos y apegados a las sagradas escrituras de la izquierda no entienden claramente lo que pasa, la verdad es que yo tampoco, pero acepto en principio que lo que sucede está sucediendo; es innegable y hay que darle forma para ayudar a que se haga revolucionario, hay que incluirlo porque no es malo, nada malo que sucedan cosas, menos como las que están pasando aun a pesar de la falta de ideología, de partidos, de dirección o hasta de líderes con claridad como tantos que tuvimos en todos esos años en que desgraciadamente, no sucedió nunca nada. No creo en descalificaciones, en tribunales ideológicos sentenciando quienes son o quienes no son revolucionarios. Hay que seguir adelante pase lo que pase y hay que estar con el pueblo y con lo que diga el pueblo.
La Revolución es así de iconoclasta, o bien alguien puede explicar entonces ¿como fue que apareció en la Rusia zarista, si los libros decían que le tocaba salir a escena después del capitalismo? Bueno, bienvenido Zelaya, su sombrero de campesino, su simple defensa del derecho a expresarse y su pacifismo armaron un desbarajuste donde muchos oprimidos están luchando y tomando conciencia, así que los revolucionarios tienen trabajo que hacer, tenemos trabajo. Las cosas no pasan como quisiéramos, es verdad, que están muy enredadas también lo es, pero son las cosas que pasan y nuestro deber es aportar puntos de vista que logren rescatar la mejor parte, es decir, recoger la mayor cantidad de caramelos al romperse la piñata.
No salieron bien las cosas, o no como queríamos, pero hay que seguir para sembrar conciencia y sembrar revolución. Igual de desconcertados hay del otro lado, la pelea de Obama ya es obvia, en este conflicto no es verdad que magistralmente todos los imperialistas nos están dando la vuelta, yo creo que así como nos prueban a nosotros, están tratando de arrinconar a Obama y que hay un conflicto entre lo más rancio de los republicanos y el intento de Obama de sustituir el imperio de la guerra por el imperio eólico o de prosperidad que nos vendió a todos. Eso se cuela más despacio y Obama será prudente, si es que tengo razón, para no permitirse darle un apoyo más abierto a Zelaya que le haga ganarse como premio un balazo de su chofer en cualquier caravana presidencial, como le anunció ya la CIA en el video desclasificado del asesinato de John F. Kennedy.
Oscar Arias, ufff, al fin llegué donde quería, Oscar Arias ha sido nombrado el réferi de esta contienda, que buena vaina nos echaste Hillary Clinton, claro, Oscar Arias, el premio Nobel, tranquilito como se ve y como habla el señor al que le dieron su premio Nobel después de sus avatares en Contadora y como pacificador de Centro América. El padre y defensor del neoliberalismo en Centroamérica, más nadie, ¿no es mandado a alargar la crisis de Honduras en el tiempo? Zelaya dice que no va a negociar sino su retorno y entrada a Honduras y Goriletti ha declarado que no aceptará nada que lo destituya como gobernante, obviamente ya podemos predecir que el trabajo de Oscar Arias es hacernos perder el tiempo y enfriar las calles de Tegucigalpa. Repito: que buena vaina, así dirá Obama: tener que dormir con la enemiga dentro de casa.. Ahora si que se le salió la cadena a la bicicleta y tendremos que empujar a Zelaya a ver hasta donde llega y hablarle a Honduras para decirle, como me escribía mi pana Mundo Iribarren esta mañana: “hay que ponerse las alpargatas porque lo que viene es joropo”.
Por falta de espacio, sólo quiero copiarles aquí un poco acerca del pedigrí del señor Arias:
“Óscar Rafael de Jesús Arias Sánchez (Heredia, 13 de septiembre de 1940) es un político costarricense, actual presidente de Costa Rica, y el primer ganador del Premio Nobel (y hoy día el único costarricense que ha ganado este premio) en convertirse en mandatario de una nación latinoamericana. Abogado, economista, politólogo, empresario y filósofo, gobernó el país durante el período 1986 a 1990.
Recibió el Premio Nobel de la Paz en el año de 1987, por haber participado de los procesos de paz en los conflictos armados de América Central de los años ochentas, especialmente por su férrea oposición al apoyo estadounidense en el conflicto nicaragüense de los contras.
Recientemente se encuentra en una posición donde mantiene su apoyo a uno de los principales temas de la campaña, la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana; sin embargo en Costa Rica hay sectores que adversan la aprobación del tratado como otros que la apoyan.
Lanzó su nombre como candidato a la presidencia del país en junio de 2005, después de que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró que la reforma a la Constitución que impedía la reelección presidencial violaba derechos básicos de los ciudadanos. Ganó las elecciones del 2006 con un estrecho margen, de 1.1% sobre su inmediato seguidor, Ottón Solís Fallas. La reelección del Dr. Arias es un hecho que sucede por primera vez en los últimos 36 años.”
(Lo más elemental del premio nobel que nos dice Wikipedia, sin contarles que privatizó la compañía eléctrica de Costa Rica a nombre de una empresa de la que es socio.)
¡Sólo el pueblo salva al pueblo!
Honduras: ¡Nos tienen miedo porque no tenemos miedo!
Los traidores asesinos sólo merecen castigo
y su salida debe ser incondicional.
Patria, socialismo o muerte: ¡¡Venceremos!!