Latinoamérica, y con ella la OEA, pareciera haber tomado en los últimosaños un rumbo no acorde con los intereses de los yankis. La muerte delALCA, decretada por países de Suramérica, afiliados a dicha organización, fue una campanada para los gringos; mientras que la elección del sectretario general disparó todas las alarmas en el Pentágono. Ahora, lo que pareciera haber desbordado el vaso donde se almacena todo el racismo, la prepotencia y la visión imperialista de los yankis, fue la decisión de echar atrás aquella medida, impuesta por ellos, de expulsar a Cuba del sistema interamericano.
Una OEA con esa actitud no sirve a los intereses gringos, por lo que todo pareciera indicar que la han condenado a muerte. Podrían haberlo logrado, presionando a los países que aún se dejan presionar para rechazar la propuesta de dejar en manos de la propia Cuba, la decisión de retornar o no a la OEA; pero eso significaba dañar la imagen que están fabricando del Presidente Obama. En aquella oportunidad, respaldaron la decisión (con leve resistencia) como parte de su estrategia del doble discurso, pero de inmediato se montaron en el plan para torcer, por la fuerza, el rumbo que ha tomado lo que una vez
calificaron como su patio trasero y en el camino llevarse por delante a una OEA que como ya dijimos se empeña en librarse del dominio imperial.
En este escenario es el que se circunscribe el golpe de Estado en Honduras. Cuidando la imagen de Obama el gobierno gringo condena a medias el golpe, pero no toman ninguna acción que pueda revertirlo; por el contrario asesoran y le dan respiro financiero a los golpistas. ¿Cuál es el objetivo de esta estrategia ? Dejar en claro que la OEA es un cadáver que ni siquiera tiene capacidad para revertir un golpe que condenan todos y cada uno de sus miembros. El mensaje no tiene da lugar a otras interpretaciones... Si los gringos deciden tumbar un gobierno, no hay OEA que valga. Refuerzan esta tesis dejando de lado, de manera descarada, a la organización y nombrando un mediador hecho a la imagen y semejanza de sus intereses (Óscar Arias).
Es entonces el golpe de Estado en Honduras una estrategia no sólo para frenar los cambios que vienen impulsando nuestros pueblos, sino para destruir una organización como la OEA, antes de que esta termine plegada a los sueños que nos legaron Bolívar, Sucre, Sandino, Morazán, Artigas y
tantos otros. A los yanquis les sirvió mientras fue sumisa e instrumento de chantaje e intervención, pero ahora cuando apenas da señales de independencia, les resulta más conveniente su destrucción.
En una correcta lectura de lo que ocurre, el Presidente Chávez invita a Zelaya a que se salga de la trampa tendida por los gringos, pero aún hacen falta acciones más contundentes destinadas no sólo a garantizar el retorno de la democracia a Honduras, sino a proteger a nuestros gobiernos, nuestros
cambios y nuestras revoluciones.
Obama se mueve con cautela porque está consciente que no puede volver a la era Bush sin riesgos. Eso hay que aprovecharlo y presionar públicamente para que se defina y deje de apoyar a los gorilas hondureños. El futuro de América Latina está en juego y va depender en grado sumo de cuanto puedan influir en sus pares Chávez, Correa, Evo, Lula, Cristina y Ortega.