Las promesas de Zelaya no van más allá de Enero del 2010, nunca ha dicho otra cosa, tan sólo que quería consultar al pueblo sobre su intención de cambiar la constitución durante el mandato del presidente que el pueblo eligiera.. Su insistencia en gobernar hasta las próximas elecciones sólo corresponde a su fervor democrático. ¿Se es patriota por fechas?, pregunto cada vez que lo oigo, ¿sólo mientras se es presidente? Pareciera que hasta allí le llega la gasolina.
Queda en la calle un pueblo, con muertos y heridos con una bota verde olivo pisoteando su dignidad. Es el precio que se paga por seguir a líderes provenientes de la clase alta, sin compromiso leal, sin espíritu de sacrificio. Lo único cierto es el dolor y la indignación que siente el pueblo de Honduras, que sentimos los demás pueblos de la América, lo único cierto es que los gorilas han marcado pautas sobre las que se apoyarán para marchar sobre los países con gobiernos de izquierda.
¿Qué hacer? Esa es la pregunta, ¿Qué se hace entonces? Es que acaso si el “líder” acepta negociar todo termina? No pareciera lógico, pero si parece que el pueblo tendrá que padecer de nuevo una arremetida de dominación, tendrá que morderse la lengua cuando a finales de año, en las elecciones, democráticamente gane el fraude y se imponga la banda presidencial a un nuevo títere que de inmediato arremeterá contra la dirigencia de la resistencia, que descalificará y criminalizará a todo aquel que le parezca peligroso o que aparezca en noticia o video reciente.
¿Hay otra opción? Siempre debe haberla, el pueblo no depende de Zelaya, tiene la opción de asumir su rol de fuerza soberana y decidir, seguir la batalla, quizá ya no para hacer retornar al terrateniente, sino para clarificando conciencias luchar por la participación y lograr la postulación de un nuevo dirigente, o dirigenta en las próximas elecciones, tiene la opción de generar una nueva fuerza política que arrase en las elecciones venideras y tiene la opción de exigirnos a todos de que seamos garantes de que no se geste un fraude.
Tratar de sacar enseñanzas de todo proceso histórico es imprescindible, saber que si se pierden batallas la lucha sigue, saber reponerse de derrotas y continuar el avance, esa será la tarea que toque realizar a los pueblos, es asumir el compromiso de continuar, de preservar y capitalizar el descontento, de organizar a las clases trabajadoras y lograr hacerlas invencibles.
De plazo en plazo, de 48 en 48 horas han tratado de anestesiar o narcotizar la rebelión que tiene tomada a Honduras, una foto de Zelaya al lado del representante de Goriletti y con Oscar Arias en el centro sólo consolidará la traición de un burgués, será la foto con la que se tratará de cambiar la bota verde olivo por cualquier zapato fino italiano, será la trampa, la enredadera en la que se tratará de extraviar toda la furia revolucionaria que ha nacido en los corazones de los pueblos centro y suramericanos, más allá de esa foto que se pronostica para muy pronto, deberá anteponerse la imagen de un pueblo que asume su propia conducción, si Zelaya traiciona, pobre de él, que mal pasará a la historia, nadie podrá criticar a todos los que le dimos el beneficio de la duda, a todos los que confiamos en su compromiso, a todos los que le creímos capaz de representar la lucha por el futuro de nuestras patrias.
Una entrega como ésta, una traición diseñada y maqueteada en los últimos pisos del pentágono deberá ser superada, deberá ser desenmascarada con el arrecio de la conciencia popular. Nunca pudo permitirse que todo dependiera de un presidente. Las fuerzas que vendrán después de esta traición seguirán siendo la de los mismos que dieron el golpe, será sólo una lavada de cara y cambio de escenografía, pero serán las mismas fuerzas golpistas maquilladas de demócratas, que luego de institucionalizadas y reconocidas internacionalmente protagonizarán con peores crueldades la dominación a menos que mientras ellos cambian de escenario también nuestras fuerzas se robustezcan y se muestren al mundo unida y capaz de convocarse para derrotar la perpetuación gorila en el suelo hondureño.
Los pueblos de Latinoamérica tendremos que crear los lazos y acuerdo para fortalecer nuestras defensas, todos podremos ir en la defensa de cualquier otro atropello, si permitimos que se instaure el poder de aislarnos, que en nombre de la no intervención sean sólo ellos quienes intervengan, estaremos en presencia del comienzo de una ofensiva en contra de todo lo que hemos logrado.
Nunca hubiera sido posible la independencia de nuestras naciones si se hubiera aceptado este absurdo concepto de que no podemos asistir, hasta militarmente, a algún país hermano que sea vulnerado por golpes de estado. Nunca habríamos sido libres si Bolívar o Morazán se hubieran tenido que encerrar dentro de las fronteras del país donde nacieron. Hay unas consigna que debe cobrar importancia fundamental a partir de este momento, para todos nosotros la patria es América.
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