Luego del rescate de Presidente, el trece de abril del dos mil dos, él pidió consejos sobre cómo mejorar su gobierno. Respondí a su solicitud y envié un listado de sugerencias al correo electrónico que había sido creado para tal fin; no creo que siquiera hayan sido leídas por quienes deberían recopilarlas. Después del traspié del dos de diciembre, un Chávez más experimentado política y presidencialmente, asumió con gallardía la responsabilidad del tropezón, pretendiendo exculpar a su equipo. “Ni una cosa, ni la otra; ni todo lo contrario” dijera el no muy bien recordado personaje.
En esta oportunidad, sin que nadie lo solicitara, los programas de opinión radiales y televisivos; los medios de comunicación escritos y las páginas de Internet están atiborradas de opiniones en las cuales –en su gran mayoría– apuntan hacia la responsabilidad de su equipo, algunos de cuyos integrantes sólo se limitan a destacar la necesidad de reflexión sobre sus propias actuaciones, como si después del golpe no hubieran tenido tiempo; o aquellas no hubiesen producido efecto alguno.
Otros no han logrado asimilar el estilo de gobernar del Presidente, mucho menos se han identificado con el socialismo de otra manera que no sea vistiendo de rojo y tratándose de que los vean a su lado; como quienes buscan asegurar sus cargos. Son como “pumagases”, por su encendida “concha roja” envolviendo su “inmaculado corazón blanco”; pero no cubren las expectativas, aunque pareciera que sólo el pueblo lo percibe.
Chávez no podrá leer un mínimo de esos escritos cuyo contenido fundamental le advierten de algunos que lo traicionan por la mala ejecución de las tareas asignadas, y otros por ocultarle la verdad que el pueblo aprecia claramente; sin embargo, a continuación se presenta un listado de opiniones emitidas por chavistas de la base –si puede existir en una agrupación que no es clasista– sobre las causas que pudieron haber motivado lo ocurrido en el referendo, que muchos no se atreven a expresar públicamente, sino que las comentan a quienes escriben por la prensa, con la esperanza de que éstos las publiquen y su preocupación llegue hasta el líder.
1. El lema promotor pudo haber sido errado, porque la mayoría quiere “patria”, algunos “socialismo”; pero, la generalidad teme a la “muerte”; cualquiera sea el significado que se le pretenda dar. Todos ansían la victoria; pero, no siempre se conquista.
2. Las continuas referencias, comunicaciones y visitas a Fidel; el llamarlo su “mentor político”, pudieron haber creado la falsa sensación de que Castro le instruye sobre cada paso que debe dar, y que en verdad se va hacia un modelo cubano. (Continúa)
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