Desde el terreno de la revolución estamos produciendo, o más bien
reproduciendo, un fenómeno que le criticamos a diario a la oposición:
estamos tomando los medios de comunicación como el campo privilegiado de
todo diálogo posible. Incluso entre los revolucionarios.
Criticamos y criticamos y criticamos la tan sonada guerra mediática, y
resulta que cuando tenemos que entender el alcance, dimensión y
trascendencia de un evento entre obreros de las ideas, como el que se dio
el pasado 2 y 3 de junio en el Centro Internacional Miranda, lo hacemos
teniendo como única fuente los medios de comunicación.
Ahora resulta que el evento que tuvo lugar entre comprometidos
intelectuales revolucionarios a carta cabal, se resume en una reunión de
“presuntos chavistas” cuyo tema principal fue el “hiperliderazgo” de
Chávez. En otras palabras, fue más fuerte lo descrito por los medios
privados sobre el evento de intelectuales que la realidad misma del
evento.
Notamos con preocupación el impacto determinante en el ápice del poder del
resumen sobre el evento realizado por la Cadena Capriles, a través de su
Diario Últimas Noticias, El Nacional, o el Diario VEA: “Critican
Hiperliderazgo de Chávez en el proceso”, 4/06/09, Últimas Noticias;
“Héctor Rodríguez: Liderazgo de Chávez no opaca”, 5/06/09, Últimas
Noticias; “Descartan que liderazgo Chávez afecte el proceso”, 10/06/09,
Últimas Noticias; “PSUV guarda silencio ante críticas, 11/06/09 Últimas
Noticias; Aliados advierten al gobierno que las dadivas no compran
conciencia”, 14/06/09, El Nacional; “El mapa de hoy”, 06/06/09, Un Grano
de Maíz.
Impacto que desdeña, contradice e incluso irrespeta, no sólo a lo
realmente dicho por esos trabajadores de las ideas en el seno del evento,
sino también, a lo que fuera del mismo, y a posteriori, fue claramente
expresado por un Luis Britto García, un Rigoberto Lanz y mi persona en
nuestras respectivas columnas, así como también un Vladimir Acosta en sus
programas radiales.
A pesar de que dichas personas estuvieron, entre otras, participando en el
evento y dieron fe, a través de sus reflexiones escritas y orales de los
alcances temáticos del mismo, al parecer no fue lo suficientemente
espectacular, impactante o relevante para contradecir la fijación
mediática sobre uno de los muchos temas abordados por algunos de los
participantes: El “hiperliderazgo”.
A quién le conviene que no se diga que en el evento se habló también de:
PSUV, ¿instrumento político revolucionario?; ¿El Estado heredado es el
nuevo estado revolucionario?; ¿Cuál es el papel de los medios de
comunicación en la revolución?; el caracter de la Revolución Bolivariana;
La participación popular; la reflexión crítica como instrumento de avance
revolucionario…
La suspicacia nos embarga entonces: “cui prodest scelus, is fecit” / "Aquel
a quien el crimen favorece es quien lo ha cometido". Dicho de otro modo:
¿A quién le conviene que se diga que una “élite” de “intelectuales” se
reúnen “egocéntricamente” para criticar el “(hiper) liderazgo” del
Presidente Chávez”?
Súbitamente nos vienen dos respuestas: al “oposicionismo” que quiere
debilitar dicho liderazgo; o a una parte del “chavismo” que quiere
escudarse de las críticas detrás del Presidente Chávez.
(*)Ph.D.
mperez@idea.gob.ve
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