Ante la soberbia derrota que se llevó la oposición apátrida y los enemigos de la patria internacionales con sus planes guarimberos y fascistas, donde quisieron incendiar el país, crear el caos, revolver las emociones de la sociedad, desestabilizar el país, arrinconar a las fuerza chavistas y desilusionar al pueblo de las propuestas revolucionarias; pues, nuevamente, se encontraron con una avasallante respuesta que no fue otra que la unidad, la paz y la fuerte convicción de un inmenso colectivo nacional que desde hace años decidió andar por las sendas bolivarianas desde aquel glorioso 04 de febrero del 92.
Sin embargo, nadie debe confiarse de este triunfo social y político, pues sabemos por amplia experiencia que nos estamos enfrentando es a una oposición criminal y asesina, que no escatima ni un solo esfuerzo en tratar de sabotear todo lo que pudiese ser de avance para el país. Una oposición que cegada por sus caprichos e intereses particulares han sido capaz de todo y eso lo pudimos ver por horas en el golpe de estado de los aciagos días del 11, 12 y 13 de abril del 2002. Un grupúsculo opositor que se han encargado de dividir al país, de azuzar al descrédito político, electoral y judicial. Una pequeña oposición que obedece a las propuestas imperiales y que, estamos convencidos, no les interesa nuestra Venezuela ni su gente ni su idiosincrasia ni nuestros valores ni nuestra cultura indiolatinoamericana.
De allí que no debemos estar confiados, debemos maximizar nuestras atenciones, vigilarnos y cuidarnos unos a otros, porque así como desataron una guerra económica nada les costaría desatar una escaldad de violencia sin precedentes, ya que no han podido ni podrán con nuestro blindado proyecto revolucionario.
Bien nos alertó nuestro presidente Nicolás Maduro durante la capilla ardiente de nuestro camarada Eliezer Otaiza, asesinado de manera extraña, violenta y misteriosa. Toda una saña contra un cuadro político de alta envergadura, contra un hombre que supo diseminar su amor por la patria y por la humanidad. Un hombre valioso que supo administrar con humildad su valor y sus convicciones revolucionarias. Y es por ese dolor que embarga al país, que todos debemos maximizar los esfuerzos para que esto no se repita.
Muchos ruidos trajo las guarimbas y entre esos fue su cercanía y vinculación con grupos terroristas paramilitares de Colombia, el entrenamiento de mercenarios en Centroamérica y Estados Unidos. Toda una creación de grupos de la muerte que buscarían someter a la población con planes oscuros que deducimos pudiesen ser más asesinatos, atentados, secuestros, violencias, muertes y cuanto vejamen podamos imaginarnos con tal de crear una atmosfera de terror y pánico que cunda en la población generalizada.
El llamado es a la concreción de planes de seguridad popular, comunitarias, organización de colectivos de defensa de los espacios donde vivimos y de maximizar la inteligencia social, comunal, que colabore de manera organizada con las autoridades competentes, quienes también han tomado cartas en el asunto para evitar estos hechos desastrosos que sólo pudiesen inocularse en las mentes perversas de una oposición diabólica, poseídas por miles demonios, que no aceptan las reglas del juego democrático y prefieren ser títeres de poderosos grupos económicos que alimentan sus esperanzas en poseer, de nuevo, las riquezas petroleras de este suelo bendito y libertario.