La segunda fase

En menos de una semana se han producido los asesinatos de revolucionarios como Eliézer Otaiza, de Marco Antonio Cortez Carías, escolta del Presidente Nicolás Maduro; de Fernando José Blanco Blanco concejal del municipio Santos Michelena de Aragua; del PNB Jorge Steven Colina Tovar, así como han atentado contra la casa del Gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, contra el rockero Paul Gillman y contra la vida de Llanfrancis Colina del programa Zurda Conducta. Solamente el lunes 5 de mayo, fueron quemadas la Universidad privada Fermín Toro en Lara y dañada la Universidad Católica del Táchira, también incendiaron otra vez, la caseta del metro de Altamira, un metrobús con su conductor adentro, un vehículo de la GNB frente a PDVSA La Estancia, un camión de suministro de gas en San Cristóbal y arrojaron una bomba fragmentaria en PDVSA Gas en esta última ciudad. Ha iniciado la segunda fase.

Mientras tanto, continúa el diálogo con la MUD sin que ninguno de sus representantes condene el resurgimiento de esta violencia, más selectiva y letal. Por su parte, los medios trasnacionales siguen tildando los crímenes como actos de protesta o diluyendo su impacto al considerarlos como resultado del clima de inseguridad en el país. El colmo del cinismo se disputa entre la prensa de la derecha venezolana que acusa a la GNB, a la PNB y a los “colectivos” de los ataques a las Universidades y la audiencia en el Senado de EEUU del jueves 8 de mayo, sobre denuncias de presuntas violaciones a los derechos humanos en Venezuela.

El panorama no sorprende en vista de los avisos dados por el propio Gobierno, así como por lo extenso y ramificado de la conspiración en contra de Venezuela. Lo que si amerita una urgente revisión es la forma en que se viene dando la respuesta. Desde el punto de vista de orden público, se ha manejado correctamente, concentrándose en labores de inteligencia y en la contención de la violencia. En cambio, la respuesta política ha carecido de organicidad, la acción internacional se ha descuidado, siendo alarmante las opiniones confusas de amigos como Lula, lo cual revela la profundidad y efectividad de la manipulación internacional. En el plano interno, aún la base del chavismo permanece mayoritariamente expectante, con lo cual pareciera que la derecha sigue con la iniciativa política, al realizar pequeñas acciones violentas magnificadas mediáticamente.

Es iluso pensar que las agresiones a la revolución venezolana cesarán. La cercana experiencia de la revolución cubana muestra como el imperialismo en más de cincuenta años jamás se ha detenido o menguado sus ataques. Así que los venezolanos debemos concientizarnos para vivir como lo hicieron los vietnamitas y cubanos, en alerta y movilización permanente contra la agresión imperial. Actuar de otro modo sería desarmarnos frente al enemigo más poderoso a la libertad, la justicia y a la paz de los pueblos. La iniciativa política, la movilización masiva del chavismo a través de sus organizaciones de base, así como la integración de la solidaridad internacional a nivel mundial, son los elementos esenciales para garantizar la supervivencia de la experiencia revolucionaria venezolana en esta y en todas las fases de agresión que la derecha pueda planificar.


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Bernardo Ancidey

Licenciado en Física.

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