Pildoritas 104 (año VII)

Reflexiones sobre lo del domingo en San Cristóbal y otros tópicos

1.- Los resultados de la elección municipal de este 25 de mayo, no deberían sorprender a nadie, prácticamente estaban cantados, lo que si sorprende es el incremento de votos a favor de la opción que representa la violencia, el vandalismo, la violación de los derechos tanto de opositores y chavistas y en definitiva la muerte.

Aquí definitivamente no hay nada qué hacer para reconquistar la voluntad de los capitalinos, que en una demostración inequívoca de masoquismo político han entregado su apoyo incondicional, a una secta como Voluntad Popular que con las banderas y las prácticas del fascismo y con el apoyo inocultable del uribisno colombiano, le han puesto la mano a un pueblo al que si le revisamos su historia y sus antecedentes democráticos, así como sus aportes al desarrollo nacional, por ningún lado se le encuentra explicación a lo que ha venido sucediendo, con relación a las acciones de guerra aquí escenificadas por quienes hoy reciben una especie de patente de corzo para seguir en su empeño de destruir la obra revolucionaria.

Si se buscase alguna respuesta, al menos a mi entender, esta estaría sujeta a los aspectos económicos que en este Estado, por ser fronterizo, está sometido el pueblo a las acciones de fenómenos endógenos como el narcotráfico, el paramilitarismo, el contrabando a pequeña, mediana y gran escala, lo que hace rabiar a la mayoría de los pobladores de la ciudad capital, en el momento en que buscan cubrir las necesidades básicas de alimentación, medicamentos, repuestos para sus vehículos, útiles escolares para sus hijos, ropa y calzado, es decir prácticamente todo, tanto que hay que hacer milagros para conseguirlos pero a precios casi que inalcanzables.

No hay cola donde uno esté por necesidad, en los bancos, en los supermercados, en el cine, dónde sea en las que no se oigan los comentarios negativos de la gente y lo doloroso es poder comprobar que la mayoría asienta afirmativamente ante cualquier argumento que aflore en el momento.

A los pensionados, en un alto número, es frecuente oírles frases como estas: “esta migaja ya no alcanza para nada” o “esto nos lo ganamos nosotros, el gobierno no nos está haciendo ningún favor, está obligado”, y si alguien intenta replicarles, es mejor que se prepare para una andanada de insultos e incluso exponerse a una agresión física o a que lo señalen como chavista y por lo tanto objetivo de exterminio.

Esta realidad multiplicada por miles, todos los días, sumado a las influencia de los medios de comunicación de la derecha venezolana, y aquí en este Estado la de los medios colombianos que entran con mayor fuerza y nitidez que los nuestros, pues ese casi 80% jamás sintoniza un medio oficial, hace casi que imposible el avance de la revolución.

Lamentablemente también hay que agregarle a ello, o colocarlo en primer lugar como me observó un compatriota, la mediocridad de liderazgo que aquí existe, pues quienes dominan el espectro político del lado revolucionario, en su mayoría, y con muy pocas excepciones que no logran imponerse por ser muy escasos, no son muy buen ejemplo para un pueblo que tuvo que sufrir las consecuencias de una situación tan terrible que aquí se vivió con las guarimbas y el terrorismo, y que inexplicablemente las autoridades dejaron pasar, por tanto tiempo sin que se procediera con medidas efectivas, como si se hizo, aunque tardíamente y demostraron que si se podía actuar y así evitar tantos daños, muchos de ellos irreversibles.

Por otro lado, pareciera que nuestros dirigentes han olvidado, o no han tenido la capacidad para detectar que este pueblo, cuando vota lo hace con una gran dosis de votos llamados “castigo”, que aplicó por ejemplo cuando le dio el triunfo al actual gobernador, contra una gestión pésima y altamente corrupta del gobernado saliente Pérez Vivas y que además es un voto que no deja ver más allá, a quienes lo utilizan como un arma de protesta y más cuando hay motivos muy claros como la escases, el desabastecimiento, el acaparamiento etc. que aquí especialmente parecieran inderrotables, pues no sólo se observa la carencia de productos que tienen su origen en productores preponderantemente anti gobierno, sino los que provienen de fabricas llamadas socialistas, como por ejemplo Lácteos Los Andes, que brillan por su ausencia en los anaqueles, porque aunque estén produciendo al 100%, no logran cubrir sino un mínima parte del mercado, pero además los operativos espasmódicos que se hacen, no llevan a nada, se descubren los infractores, y al voltear las espalda los fiscalizadores, continúan con su plan desestabilizador.

Muchos nos preguntamos, ¿Cuál es el impedimento para que en cada fabrica, en cada importadora, incluso en cada supermercado y centro comerciales, se coloque un funcionario fijo que garantice que lo que se produce sea el máximum y lo que se distribuye se haga correctamente sin la cadena de eslabones encarecedores del precio final, que garantice la desaparición del acaparamiento, todo para no tener que vivir lo que aquí en el Táchira, estamos padeciendo y tener que comprobar con rabia que todo lo que aquí falta se consigue en abundancia en la ciudad de Cúcuta.?. La respuesta aun no ha habido quien la tenga y entonces la llamada guerra mediática, a todas luces la está perdiendo el gobierno, los resultados de este domingo, aquí como en San Diego que ratificaron el apoyo a la subversión, son una consecuencia de ello.

Las montañas de basura que mantiene la alcaldía en toda la ciudad no fue motivo para que la gente votara contra la candidata de la ultraderecha, pues el argumento en contrario es que no hay cómo recogerla pues el gobierno no da dólares para comprar los repuestos que necesitan los camiones recolectores que están parados y ello es tomado como una realidad incuestionavble.

No me vengan a decir ahora que por decir estas cosas pertenezco al ala divisionista del chavismo, lo que digo es uno de los tantos legados del Gigante, quien nos recomendó autocriticar y criticar a fin de por lo menos no pecar por cómplices de omisión,.

2.- Hay una promoción por los medios públicos para que quien desee ser un soldado contra la guerra mediática se sume a través de la pagina de la Superintendencia, lo intenté y en ella no existe la opción para poderlo hacer. Envié un mensaje a un número que también aparece en la promoción, con mi número de cédula, y no obtuve respuesta, así que a veces no queda sino, por fuerza, concluir que estamos en manos del enemigo, sin capacidad de defensa y condenados a su libre albedrío.-



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Saúl Molina


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