Muy lamentable, nuevamente la derecha venezolana se dio cuenta que en Venezuela no hay espacios para un cambio político en la Presidencia sino a través del voto, si es que llegaran a presentar un proyecto convincente que captara a la mayoría de los venezolanos y venezolanas, que es bastante difícil. De verdad que es harto difícil, casi imposible, puesto que el pueblo se ha dado cuenta que este gobierno revolucionario ha logrado incluir y visibilizar a todas esas grandes mayorías que nunca tuvieron acceso a las políticas sociales de educación, salud, cultura, entre otros, porque los destinos de los recursos se desviaron para engordar grandes fortunas a los consorcios económicos y familias oligarcas que hoy adversan desmedida y criminalmente al proyecto Chavista que dirige Nicolás Maduro.

Pero ese es otro tema y lo que nos incumbe es ver cómo esta derecha recalcitrante aceptó que las locuras asesinas de Leopoldo López y de María Machado no tenían algún peso de consideración para torcer la preferencia del pueblo por las acciones de un proyecto espiritual y humanista que no se cansa de hacer lo mejor para construir una patria digna donde podamos converger es santa paz producto de una igualdad y justicia social. Claro así lo aceptó el innombrable de la gobernación de Miranda, ese Vago que no se preocupa por las calamidades de sus propios seguidores que los atosiga de basura en especial en los municipios del Hatillo y de Petare. Ahora este Vago sí lo acepta, después que enlutó no sólo a 43 familias venezolanas, haciendo un mutis ante el derrape violento de drogadictos fascistas cuando las guarimbas en seis principales municipios intentaron derrocar las autoridades establecidas por el pueblo. Este Vago, político de pacotilla, no dijo nada de las guarimbas que en considerable grado sufrió Venezuela ante la incertidumbre de estos facinerosos asesinos quienes, perdiendo el control del mecanismo pensante, soltaron todos sus demonios espirituales en algunas calles y avenidas, evitando el normal tránsito e impidiendo el acceso a las escuelas y a algunos productos de la alimentación del pueblo noble, educado, trabajador y socialista.

La derecha venezolana poco le importó la vida de muchos, de motociclistas, de personas de la tercera edad, de niños, de todos, porque simplemente han llegado a un punto de locura que no ven más allá que sus intereses particulares de llegar al poder para asirse del erario público y satisfacer sus malévolos placeres. Ahora nos preguntamos por qué el vago no dijo nada cuando los demonios guarimbeaban? Por qué ahora sí señala que lo que perversamente llamaron “La salida” no es la vía para llegar a Miraflores. Pues claro!, se dieron cuenta que el 91 por ciento de los venezolanos y venezolanas, rechazaron esta violencia y también los rechazaron a ellos, por sus nefandas ideas de fomentar el mal, el odio, la envidia y la mezquindad. Qué frescos estos irresponsables! Qué capacidad monumental para manejar el cinismo!..., es por eso que el pueblo los detesta cada vez que se presentan con carita de ovejas a solicitar el voto. Esa es la verdadera razón de sus tantas derrotas electorales y esa es la verdadera razón porque cada día dan un paso más al vertedero de la política nacional, la cual han maculado de tantas acciones denigrantes.

Es por ello que tampoco podemos oír de esta derecha agónica, algo que contribuya a solucionar los problemas de abastecimientos o de seguridad nacional, por colocar dos ejemplos, donde se necesita el concurso de toda la patria. No le escuchamos decir nada porque detrás de esto hay intereses mezquinos e infames de avivar llamas de anarquía, de desilusión, de desesperanzas, porque ya no encuentran qué carta sucia jugar porque poco a poco las han ido agotando con sus desventuras golpistas y asesinas. La historia los recordará como un grupo de políticos frustrados, carcomidos por el odio, que poco a poco se fueron desdibujando de la sociedad por sus cruentos atropellos a la dignidad humana de un pueblo emancipador.