Habría que preguntarse en estos momentos, ¿el por qué de las protestas estudiantiles y el malestar que genera la reforma constitucional en la oposición venezolana-norteamericana?
Se hace obvio que no es porque la Carta Magna (la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela) les agrade, ya que sabemos que en su debido tiempo se mostraron, al igual que hoy, contrarios a su aprobación. Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que ella les incomoda en igual o mayor grado, pero, la única razón que tienen para molestarse es que no pueden permitir que dentro de ella se profundicen los cambios que, desde el gobierno nacional y con el apoyo mayoritario del pueblo de Venezuela, se han venido adelantado hasta el momento.
¿Y los estudiantes?
Parece interesante fijarse en el hecho que son los estudiantes de las universidades privadas los que han promovido todo el alboroto, que desde los medios de (in)comunicación privados se reseñan a diario y que en realidad son sólo focos de disturbios muy bien delimitados con pretensión de hacerlos parecer como un problema nacional. Cosa que por demás no lograrán hacer, a pesar de las diversas y manipuladas reseñas de ellas.
¿Por qué desde la universidades privadas?
Esos son los recintos donde se concentra, en una gran parte, la clase media y que han sido permeables a la propaganda de la oposición. Les inyectaron el miedo a todo lo que huela a pueblo, a obrero, a barrio, a negro o indígena. El temor es lo que los mueve, al igual que sucede en los Estados Unidos donde el gobierno fascista de Bush inoculó el temor y miedo para adelantar sus planes de dominio mundial, atacando a pueblos inocentes con el apoyo de los gobiernos lacayunos de Europa.
Recordemos que en Cuba, por los años sesenta, se inició el llamado Plan Peter Pan, con el fin de sacar del país a los niños de la clase media, con el argumento que los comunistas se los quitarían y los mandarían a trabajos forzados o cualquier disparate que les entrara en la cabeza a este sector. Aquí comenzó tal cuento, y se dispararon las solicitudes de pasaportes para menores de edad que debían salir del país huyendo de las “hordas chavecistas” Así opera la oposición, así mismo argumentan los estudiantes clase media de los foquitos de disturbios.
Estos estudiantes son el reflejo de esa clase media idiotizada por los viajes a Disney World, las comidas rápidas, las telenovelas o series norteamericanas donde el bueno siempre es blanco y el malo de otro color.
Son esos los estudiantes, que aun padeciendo el desangre de esas mismas universidades que les aumentan las mensualidades de manera canallesca, salen a gritar y luchar por la autonomía que ellos no disfrutan en sus respectivas casas de estudios, donde las distintas autoridades académicas (rectores, vicerrectores, decanos, directores) son nombradas a dedo y duran hasta que la muerte los separa de sus cargos. ¡Qué cosas tiene la vida!
Esas clases medias atemorizadas porque llegan los negros, los pobres y las sirvientas a quitarles sus cosas, y salen en defensa de sus derechos y privilegios conquistados desde hace muchísimo tiempo, tanto tiempo que ya no recuerdan. Queman y vandalizan para defenderse de este gobierno de negros, mulatos, indígenas, sirvientas, obreros.
Les molesta a esos estudiantes, que siguen siendo minorías en relación al número total de estudiantes existentes en el país, y a los oposicionistas, que el pueblo en su gran mayoría vote SÍ por una reforma que le da derechos y poder al pueblo (muy al contrario de lo que afirma Baduel el cual repite los mismos argumentos de esa oposición irracional), reforma que institucionaliza las misiones, los Consejos Comunales; que transfiere el manejo de los servicios públicos a esos mismos Consejos Comunales; que (¡horror!) cuenta con la participación y aprobación de la inmensa mayoría del pueblo, según reflejan las últimas encuestas realizadas (hasta la que ellos mandan a hacer).
Este es un nuevo período, se verán muchas máscaras caer, quizá no todas, pero ya algunas se anuncian; veremos atentados, panfletos llamando a insurrección popular (¿con qué pueblo?), entrevistas por los canales golpistas donde predicen el fin del mundo, el matacuras clamando justicia y cuanta idiotez se le ocurra, editoriales donde se previene contra la dictadura y la necesidad de resistir, mujeres llorando, mujeres golpeadas, estudiantes arrestados por delincuentes y que son presentados como héroes (¿qué pasó con los daños en la Av. Bolívar? ¿qué pasa con los carros quemados en el Táchira? ¿qué pasa con los estudiantes muertos en riña entre bandas políticas?), en fin, veremos más de lo mismo durante estos últimos años desde 1999. Esto es una lucha política, hay que manejar argumentos políticos. Es la lucha del SOCIALISMO contra el CAPITALISMO; de vida digna para todos o muerte en las más deplorables condiciones impuestas por empresas nacionales o transnacionales.
Hay que estar alertas por si buscan un 11 de abril, ellos se preparan para asestar el golpe.
No bajar la guardia significa estar atentos, activar la inteligencia social, que se sepan vigilados.
No hacerlo es ser cómplice de éstos asesinos.
Ahora más que nunca…
¡Patria Socialista (que es vivir con dignidad) o muerte (en el oscuro camino que depara el capitalismo que nos imponen desde hace tiempo)!
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