El 23 de abril, día del libro y el idioma, en lugar de la buena lectura, la conspiración siguió en lo suyo, magullando todavía su fallido abril de 2002. El 23 del cuarto mes de 1616 hizo coincidir la muerte de Cervantes y Shakespeare y, también, un día como ese de 1936, la de nuestra Teresa de la Parra. Luego, más que por talento, me dio por escribir por puras razones astrológicas, al nacer un 23 de abril; de allí que mis deplorables fallas en prosa o verso cuentan con la absolución del buen horóscopo y de un tauro descuidado.
Pensaba que un día tal todo iba a transcurrir de lo más literario en este 2009, pero por lo visto la derecha no se anda con esos extravíos de la cuaderna vía. Amaneciendo Dios, la agencia publicitaria que piensa por usted entregó tapas de pocetas y rollos de papel higiénico a los chicos manos blancas y los mandó a su protesta escatológica frente a la Asamblea Nacional. Allí hicieron sus cosas, posaron para las cámaras y se marcharon. De haber sido el “pueblo-chusma” el protagonista de la copro-protesta, todavía lo estuvieran insultando con aspavientos y gestos de refinado asco.
Al igual que los días previos al indeleble 11 de abril de 2002, los gremios antichavistas se reunían el pasado jueves 23 y sus proclamas, junto con la de la Conferencia Episcopal, coincidían sincronizadas como por un engranaje de relojería.
Corín Tellado, quien acaba de morir de una manera casi rosa, nunca logró en las rosas de sus novelitas tanta coincidencia. No más anteayer se pronunciaron, todas a una como el 11-A, la CTV de Manuel Cova, el episcopado de Porras y Lücker, la federación médica de Natera, la asamblea de educación de Carvajal, el CNP de Ravell y Zuloaga, la Fapuv, María Corina (sin Bush) y varias ONG sobrevivientes del golpe y la carmonada. ¿Y qué dijeron? Pues, lo que era predecible que dijeran: viene una dictadura, ahora llamada “neo-dictadura”, nadie sabe por qué.
Lo de “neo” le da a la cosa un cierto caché conceptual. Eso de “dictadura” a secas, pelada, ya estaba perdiendo credibilidad, pues al denunciarla por todos los medios a todas horas, se le estaba negando de plano. Es algo así como el cuento del exilio y los exiliados. Por ahí regresó el ex adeco Rafael Marín y en una entrevista dijo que le fue muy mal en su destierro y por eso retornó a luchar aquí. ¡Macanudo pibe!, decía un amigo sureño; sólo en Venezuela la neo-dictadura permite que los exiliados entren y salgan, vayan y vengan, cada vez que les viene en gana.
La derecha episcopal ha alertado que el “rrrégimen” no respeta la voluntad popular. De súbito, nos asalta el recuerdo del alto prelado –el mismo Cardenal Velasco- al lado de Pedro Carmona, firmando el Decreto que abolía todos los poderes públicos. No es fácil ver la cabilla en el propio ojo, retina adentro. El otro cura celebraba el golpe contra un Presidente democráticamente electo y se jactaba de su militancia adeca. De un plumazo, bajo la sonrisa del monseñor, eran destituidos los diputados principales y suplentes electos por el pueblo. Los vientos de abril suelen incubar tempestades.
Todos los que hicieron acciones (con tapas de pocetas) y lanzaron proclamas este 23 de abril de 2009, juran que las condiciones están dadas para coronar, esta vez sí, un 11-A. Como entonces, los medios truecan las informaciones en propagandas y los púlpitos imponen mítines por oraciones, todo en nombre de la “voluntad popular”. Por alguna razón, ésta para expresarse prefiere los días 13. No olviden ese pequeño dato.
earlejh@hotmail.com