Comunismo primitivo y agricultura. Parte III: Los trasnochados por la defensa de la tierra

Estamos en vías de extinción de miles de especies animales y vegetales, este planeta se está muriendo, y aunque no lo creas, no existe la posibilidad que otra cultura venga del espacio universal a salvarnos del caos ecológico, nadie se interesaría por algo que en el límite de la Vía Láctea aparece como un puntito de luz que pasa desapercibido. Salvar el planeta es un tema de sus habitantes pensantes. Pero, no es solo para gente comeflor o trasnochados militantes de la causa del cambio de modelo civilizatorio. La disyuntiva es simple, lo hacemos o lo hacemos.

La tierra evolucionó entre catástrofes propias de los procesos geomorfológicos diversos y procesos climáticos extremos, pero avanzó a un estado de equilibrio dinámico que nosotros, los humanos hemos roto, impulsando la acumulación de gases con efecto invernadero, lluvias ácidas, lluvias contaminadas con pesticidas, desertización, destrucción de acuíferos, deforestación inclemente, destrucción de grandes cuencas de captación de agua, contaminación general de lagos, mares y océanos, contaminación radioactiva y electromagnética, derretimiento de los grandes glaciares y hoy estamos en la escala superior de malignidad que repercute en la aparición de nuevas enfermedades que vienen de la fauna acosada por la destrucción de los hábitat.

Ya para este año 2021 estamos en el los límites de tolerancia de los cambios y cada vez se recaban más evidencias de los efectos sobre muchas variables importantes para la vida en el planeta, y se estima que para 2035 los efectos devastadores serán fácilmente apreciables y sentidos en muchos lugares del mundo, para el 2050 la calamidad habrá cambiado de escala y el sufrimiento podría estar en la categoría de jamás visto y para el 2100, los fatalistas han calculado lo peor, las evidencias concretas de un punto de no retorno hacia lo que fue el planeta en tiempos remotos. El Homo sapiens sapiens habrá participado en su propia extinción.

Si el tema va por inercia hacia el caos ¿Qué debemos hacer?

El comunismo primitivo, que no es más que buscar sistemas de vida más propios en este planeta sensible es una estrategia para superar el caos ecológico; toma lo mejor del humano, su sensibilidad para afrontar dificultades, cooperar y ajustarse a una nueva forma de vida, más austera pero más feliz. El comunismo primitivo es regenerativo y sanador del planeta. Somos la mayoría los que podremos ayudar a salir al planeta del caos. Somos la fuerza para impulsar un nuevo modelo civilizatorio que evite que solo 87 empresas de 30 países controlen el agronegocio mundial y obliguen a modelos productivos no sustentables. Somos una fuerza de más de 1400 millones de pequeños agricultores que pueden hacer una mejor agricultura en armonía con el ambiente, y somos más de 5000 millones de personas que requerimos otra forma de comer, sano, balanceado y sabroso. De los 2600 millones de personas restantes, que no están convencidos de "cambiar el suiche", su incorporación tendrá plazos largos, pero no escaparán de los efectos que seguirán propiciando en la ciudades todavía parásitas. Estos son militantes del negacionismo, creen en el crecimiento sin límites, adoratrices del consumismo y de la obsolescencia programada. Si la política no logra controlar sus desmanes será inevitable un giro a una violencia extrema en el planeta. Ese comunismo primitivo es entonces un estado de consciencia, pero es también una ideología de la convivencia en un planeta amenazado.

En todo caso el capitalismo de estos tiempos pregona que es la agricultura uno de los principales aceleradores de la destrucción del planeta por su contribución a la producción de contaminantes con efecto invernadero. En ese mensaje se subsume toda una propuesta involutiva del tamaño de la población mundial, por diferentes vías, incluida el hambre como catástrofe de su propio modelo civilizatorio.

Sin embargo, el comunismo primitivo basado en una forma de uso más colectiva y sustentable de la tierra propende a la ruptura de la homogeneidad de la alimentación industrialista, que va contra 50 mil oportunidades de alimentos a menos de 150; y que en muchos países, como Venezuela, se reduce a menos de 15 rubros, el sustento del consumo energético y proteico, de la mayoría de la población. Pero, esta agricultura diversificada deberá ayudar a la regeneración de parte de la naturaleza que da sido destruida y a la corrección de otros errores acumulados en los últimos 100 años, desde que comenzó el auge petrolero nacional, el primer auge extractivista agudo del país:

1. Saneamiento integral de dos grandes lagos, el Lago de los Tacariguas (Valencia) cuya destrucción ocurrió por ser colector de aguas residuales industriales y detritos humanos. Se requiere valorizar el agua de este lago para consumo humano, uso industrial y apoyo a la agricultura de su entorno. Hoy en día constituye un peligro latente para la población asentada en su entorno próximo. El lago de Maracaibo, es otro reto del comunismo primitivo regenerativo. Las aguas contaminadas con agrotóxicos y fertilizantes que llegan con los afluentes venezolanos y colombianos descartan su uso para consumo humano; pero, el problema es mayor por cuanto el proceso de salinización es tan agudo que hay áreas donde es imposible soportar la vida de peces y especies vegetales.

2. Rescate y regeneración de bosques destruidos por el desarrollo ganadero en reservas forestales de Caparo, Ticoporo, y otras zonas de los Llanos Occidentales. Varios estudios revelan que en 50 años, los densos bosques son ahora relictos de vegetación arbórea. Hicimos del país un inmenso potrero improductivo.

3. Rescate y regeneración de la foresta de las cuencas de ríos del occidente de Venezuela y de los bosques de galería destruidos por la acción humana.

4. Tratamiento especial al Rio Orinoco, convertido en vehículo para aguas servidas procedentes de Colombia y de las comunidades aledañas en su eje Amazonas -Delta, además de regularizar la pesca y favorecer la manifestación de la biodiversidad piscícola, donde cerca de 500 especies de peces se ven amenazadas por la captura indiscriminada por métodos cuestionados.

5. Abordaje de la regeneración agro forestal de micro cuencas a lo largo y ancho del país.

6. Revisión de las políticas sobre el extractivismo mineral en Venezuela con especial referencia al Arco Minero y demás intervenciones destructivas del ambiente al sur del Rio Orinoco.

7. Los Libros rojos de plantas y animales deben ser tema de prioridad colectiva. Hay que salvar especies endémicas agredidas y en peligro de extinción.

8. Toda la sociedad debe volcarse conscientemente a las tareas de uso estratégico de los desechos de la sociedad, que en el comunismo primitivo serán inferiores, por cierto.

Todas estas acciones deben hacerse con participación y gobierno popular en el ambiente de pago de los pasivos ambientales que dejo 100 años de deslealtades con la naturaleza. El comunismo primitivo puede llevar proyectos regenerativos de largo plazo, inter-generacionales y de inversiones transparentes, formando gente para acometer estas acciones. Hoy somos 32 millones que progresivamente tendrían responsabilidad de llegar al 2035, 2050 y 2100 creciendo como población en un ambiente rescatado al paradigma destructivo del capitalismo actual.

Si se hace todo eso, nos sentiremos orgullosos y además tendremos tierra para producir en forma sustentable. Habremos superado lo inviable que ha resultado ecológicamente el modelo civilizatorio anti natura. Y lejos de llamarnos trasnochados, seremos madrugadores en la lucha contra el caos ecológico.

La buena suerte es que estas acciones ya han comenzado algunas comunidades están abordando con sus recursos escasos la regeneración agroforestal en micro cuencas para poder disponer de agua en el futuro próximo.



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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