Apenas finalizados los comicios para elección de gobernadores, alcaldes y legisladores regionales, y entrando al mes de celebraciones navideñas, el presidente Chávez solicita al PSUV buscar los mecanismos para solicitar un referéndum para una enmienda constitucional que permita la reelección continua del presidente de la república.
En lo concerniente al estado Nueva Esparta, cabe destacar que la Dirección Regional del PSUV (hasta donde tengo conocimiento) no se ha reunido para hacer un análisis, un balance de la jornada electoral, examinar las causas de lo derrota a nivel regional, y elaborar estrategias que incluyan las 3R de las que tanto se habló por un tiempo, pero que a estas islas no llegaron. ¿Se ahogaron en el camino desde tierra firme?
Pareciera entonces que se pretende imponer la tesis de que lo urgente se antepone a lo importante, y es así como dentro del PSUV se sigue postergando la discusión ideológica, se sigue postergando el debate de las ideas que debe caracterizar a un partido de naturaleza revolucionaria, y se quiere hacer entender que el disenso es falta de disciplina, cuando la militancia neoespartana acaba de dar muestra inequívoca de disciplina más allá de cualquier duda, a pesar de situaciones internas nunca bien aclaradas.
Partiendo desde el proceso mismo de conformación del partido, pasando por la elección de las autoridades regionales con un método de segundo grado a todas luces impropio, con denuncias bien sustentadas y nunca respondidas, que dio paso a una elección interna de candidatos que mejoró en cuanto a la participación democrática, pero con elementos de ventajismo grosero e impune, para nuevamente dar paso a la participación el 23-N, donde a pesar de todo lo señalado la militancia cumplió en la medida de lo posible y las circunstancias, en condiciones bien adversas. Intentar culpar a la militancia de lo ocurrido, es un acto de profunda inmadurez e irresponsabilidad, que se añade a la serie de desaciertos ya enunciados.
No conforme, ahora se quiere pasar a la campaña por la enmienda, y sin ton ni son hay quienes se autoproclaman los líderes del proceso, y ya hasta formaron el comando de campaña, que no es otro que el del ex-candidato, cuando se le preguntó a este sobre la discusión y revisión del proceso electoral reciente este se limitó a responder: "yo soy un hombre del ahora", cual adolescente que pretende vivir el presente sin analizar consecuencias de conductas anteriores. Cuando se le precisó sobre la discusión que el caso amerita, respondió corriendo la arruga: "en febrero, luego de la enmienda". ¿Y entonces?
Paralelo a esto se ha iniciado un proceso espontáneo de reuniones y análisis de los militantes de base, que se niegan a seguir siendo manejados como borregos, o a ceder a la coacción y amenaza de ser "señalados" como contrarrevolucionarios por censores autoinstituidos. Nuevamente la militancia demuestra mayor nivel de compromiso que la dirigencia, falta ver que los mecanismos estatutarios del todavía incipiente partido socialista, utilizados y manipulados por sectores y grupos, no cercenen otra vez el clamor de mayor participación y efectividad en las propuestas internas y hacia el gobierno. Si no es ahora, ¿para cuándo entonces?