De Bush a Obama y de Uribe
a Santos, de la fanfarria y la borrachera barata, la cocaína como carburante
para las neuronas alcoholizadas de los emperadores del siglo XX a la
silenciosa y respingada imagen maquillada de silencio con
que el imperio aborda el nuevo siglo.
Los pilotos de la nave espacial
Tierra, son ahora menos escandalosos pero más temibles. Mañana será
investido de poder Juan Manuel Santos, para marcar el final del seminarista
pederasta y narcotraficante paramilitar Álvaro Uribe Vélez, trapecista
de la fortuna elaborada por la trampa y el tráfico de drogas e influencias.
Aun recuerdo aquel enero en que la humanidad entera lloraba viendo como
se nombraba por primera vez a un hombre de color como presidente del
imperio. Mañana sonarán las campanas de los santuarios en Colombia,
la jauría burguesa santandereana verá a un hijo legítimo tomar el
poder.
Un espanto recorre el mundo,
el espanto de la guerra final. Es cierto que los imperios se acaban.
También debe serlo que ante la inminente muerte se use todo tipo de
antídoto en búsqueda de la inmortalidad. La guerra es el más conocido
y manejado por la jauría imperial, por ello se ha llenado de este olor
a azufre, a tragedia, a muerte.
Cuando se camina hacia el abismo
las pisadas se hacen lentas. ¿Cómo podrá salvarse el imperio si se
lanza a una hecatombe mundial? Creo que nadie piensa que llegue el momento
en que comiencen a tronar y a incendiarse los cielos. Pienso que el
mismo imperio tan solo arma las jugadas para luego tomar la decisión
de hacerla o no hacerla, este jaque puede ser un mate para ambos jugadores.
¿Qué pasa con Rusia y China que no se dan por enterados de las denuncias
que recorren el mundo ante la escalada gringa? Veo con honor que a medida
que pasan los días se unen más voces a este concierto de alerta y
de esperanzas.
Quizá mañana sea un
día esperado por el mundo para saber la postura del nuevo presidente
colombiano. Pareciera que se borrara de nuestra memoria el recuerdo
de sus fobias contra Chávez, todos apuestan hasta a su origen burgués
de cuna como si esa cultura javeriana fuera a hacer que cambiara Juan
Manuel Santos. No seamos ilusos, será el mismo cambio entre Bush y
Obama el que ocurra entre Uribe y Santos: menos bulla y mayor crueldad,
mayor saña, Santos sabe mucho mejor que Uribe lo que viene a defender:
el imperio burgués, pues es nacido y amamantado en esa cuna, no vendrá
a ser un honorable negociador, será un despiadado capitalista con ansias
más de poder que de riqueza, tiene un enemigo entre ceja y ceja. Viene
por él.
Todo un guión que ya está
escrito espera por su protagonista, de a poco empezarán de nuevo los
montajes y los falsos positivos, la maquinaria imperial solo espera
la orden para comenzar el ataque masivo a la revolución bolivariana,
previsto para que apenas comience sea feroz la invasión imperial. Venezuela
estará en un mes de elecciones donde se hace más propicio el desequilibrio
político. Septiembre siempre ha sido un mes perfecto para las patrañas
gringas, así fueron los once de Septiembre de Chile y de las Torres
Gemelas, quizá este año le toque a Venezuela o a el mundo entero,
podrá ser el mes de una invasión a nuestro suelo y el mes teñido
con la radioactividad sembrada en Teherán.
La Paz es el arma de los que tenemos la razón en nuestro corazones, así mañana en Venezuela se harán enormes cadenas humanas para pedir la paz. La bandera no debe dejar de estar izada hasta el día de la victoria, Santos en breves semanas comenzará su oficio genocida, igual Obama estará presto a aprobar el embargo al primer buque iraní, están encendiéndose dos mechas que terminan en peligrosos explosivos. De ser así no debemos dejar un solo pozo de petróleo capaz de surtir al imperio, todos deben ser destruidos e incendiados como primera medida ante una invasión, tanto aquí como en Irán.
Cada día debe unirse con más
fuerza la respuesta universal de la especia que ama y quiere seguir
viva, la revolución se torna mundial y necesaria, el momento más fuerte
del imperio será el más débil de todos y en donde podremos y
sabremos derrotar de una vez por todas, a este pesado fardo de la prehistoria
y dar a luz el mundo nuevo.
Santos y Obama no podrán someter a una humanidad unida y combatiente. ¡Venceremos!.
brachoraul@gmail.com