La selección de candidatos municipales siempre produce escozor, más aún cuando es producto de decisiones ajenas y a veces incomprensibles. Por eso no son de extrañar las reacciones de líderes y militantes locales que se sienten ninguneados, ni tampoco las de quienes reclamamos la tardanza en poner en práctica las Líneas Estratégicas De Acción Política, legadas por nuestro Comandante Chávez.
Sin embargo, por válidas que sean posiciones personales y colectivas, no se puede perder de vista que nuestro enemigo no es el dirigente tal o cual del PSUV, ni tampoco tal o cual candidato. Nuestro enemigo está en el Norte, pues como dice Pepe Escobar “Todo el globo es un campo de batalla para el Pentágono”.
No podemos perder de vista que nuestro enemigo principal es la burguesía mafiosa que controla el sistema capitalista y los gobernantes a su servicio. Ellos tienen un proyecto para recolonizar al mundo, a Venezuela, a los demás gobiernos anti imperialista y todos los pueblos de Nuestra América. El Gobierno de los Estados Unidos trabaja tenazmente para borrar de la faz de nuestro continente a líderes y movimientos sociales independentistas y a las alianzas políticas, económicas, sociales y militares, creadas por iniciativas gubernamentales o populares.
Tampoco podemos perder de vista que las elecciones locales forman parte importante del campo de batalla global neo colonialista. Que las burguesías locales, entre ellas la venezolana, están decididas a entregarles el poder y los recursos de la región a sus jefes transnacionales.
Por eso y por muchas cosas más (como dice la canción) los militantes de a pie tenemos la responsabilidad de votar por los nuestros, nos gusten o no nos gusten, para darle continuidad del proceso. Por eso y por muchas cosas más, los dirigentes del partido están en la obligación de escuchar críticas y abrir espacios de debate, les guste o no les guste.
No vale achicopalarse. Ganamos las nacionales, ganamos las regionales, ahora vamos por las municipales. Luego, por el control popular de alcaldes, concejales y autoridades parroquiales.
Mariadela Villanueva
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