Las experiencias de lucha se alimentan mejor desde el aprendizaje de las victorias anteriores. la lucha contra la megaminería contemporánea es una lucha que cada vez más, se ha vuelto parte de la nueva lucha política que se ha ido dando en Venezuela.
Ante un sistema de renta petrolera en decadencia inesperadamente el quehacer político nacional se descubre incapaz de superar la lógica rentista. Los intentos de exabruptos megamineros se han vuelto desde un tiempo a esta parte más comunes.
Uno de los acontecimientos previos a la zona económica especial Arco Minero del Orinoco estuvo en el decreto 1606 que oficializaba una carboeléctrica en el Zulia, por la sierra de Perijá. La lucha contra la carboeléctrica fue fuerte pero Para parar el AMO primero miremos y aprendamos lo más cercano se fue dando. Desde las calles y las pintas, desde las universidades pero con una militancia frontal a la lucha que la amparaba.
La única forma de triunfar es haciendo visible lo invisible y la lucha contra los sistemas económicos se da exponiendo totalmente su inhumanidad. Eso fue lo que se dio. Desde el argumento de la innecesaridad de la misma, hasta el de la no consulta a los indígenas de la zona entre otras y toda argumentación amparada por acciones de calle se logró reducir y casi derogar tal decreto hasta tal punto que solamente se explotarían unas minas ya existentes.
La cuestión contra la lógica rentista arraigada en nuestra historia se centra directamente en el Arco Minero del Orinoco pero la lucha no debe ser en derogar el Arco Minero sino en lograr superar la lógica rentista y así no pueda surgir otro proyecto de la misma naturaleza porque mientras esté arraigada la lógica rentista habrán múltiples Arcos Mineros u otras aberraciones de ese tipo