Hay que recordar insistentemente quien es el actual presidente de Colombia, el traficante Nro. 82, numerado así por el mismo Departamento de Estado desde 1.991.
La guerra de los medios en medio de la guerra. Cuando las siete bases comienzan su escalada contra Venezuela, de manera solapada, distraccionista, creando escaramuzas y masacres intencionadas, generando un clima propicio para futuras escaladas más contundentes, la contra ofensiva mediática es un deber. El poder mediático del imperio sufre de anorexia infringida, nadie se traga sus montajes, sus mentiras cada vez le surten menos efecto y entonces tratan de crear sus matrices desde sucesos en apariencia no conexos con las realidades políticas para luego “armar” el criterio colectivo creado desde la red de falsedades, uno de ellos apunta a crear la imagen de que Hugo Chávez Frías, comandante de la revolución bolivariana en Venezuela es el amo del cartel de la droga, que Venezuela es quien trafica y renta con el tonelaje de cocaína que es la base de economía colombiana, ¿Cómo tratan de hacer esto? con reiteradas denuncias de decomisos inventados o creados por la DEA, con incriminación de traficantes dentro de nuestro territorio, con reiteradas denuncias internacionales y descertificaciones, y vendiendo la imagen de que debido a la política complaciente de Hugo Chávez, Venezuela se hunde en un pantano de consumo que está destruyendo a su población.
Mientras los medios colombianos arreciarán sus bombardeos mediáticos, por la frontera, grupos de paramilitares que han logrado infiltrarse en muchos barrios de nuestras ciudades nos inundan con heroína, mezclándola a las dosis que venden a los consumidores de cocaína o regalándola y vendiéndola a precios tan por debajo del costo correspondiente a este narcótico, que comprueban la única intención de destrozar a nuestra generación de jóvenes y ser parte de la campaña de desestabilización política que implementa el gobierno de Obama-Clinton.
Hay que recordar insistentemente quien es el actual presidente de Colombia, el traficante Nro. 82, numerado así por el mismo Departamento de Estado desde 1.991.
Un informe de inteligencia del Departamento de Defensa estadounidense, que "indica quién es quién en el negocio de la cocaína de Colombia". La lista, que comienza con el otrora jefe del cartel de Medellín Pablo Escobar, incluye a 104 "delincuentes, asesinos, traficantes y abogados sospechosos, hasta llegar al puesto 82: Álvaro Uribe Vélez, político y senador colombiano dedicado a colaborar con el Cartel de Medellín en instancias de alto nivel del Gobierno".
El relato de estos hechos fue publicado por la revista Newsweek el 9 de agosto de 2004, en una nota redactada por los periodistas Joseph Contreras y Steven Ambrus, titulada "De la lista negra a la lista de favoritos".
Al tratar de explicar por qué
son tan buenas las relaciones de Uribe con Washington, Newsweek cita
a Adam Isacson, del Centro de Política internacional, quien sostiene
que "éste es probablemente uno de los presidentes más pro Estados
Unidos en toda la historia de América Latina". El semanario de
Estados Unidos también hace mención a un comunicado de la Presidencia
de Colombia que negó que Uribe tuviera vínculos con negocios estadounidenses,
como describía el informe de 1991, pero sostiene que esa declaración
no desmintió "las acusaciones de que Uribe trabajó para el Cartel
de Medellín y que era amigo cercano de Escobar".
A partir de la implementación del Plan Colombia, pareciera obvio, que el Departamento de Estado decidió aniquilar a Escobar Gaviria y su cartel para “nacionalizar” la industria de la droga colombiana que hoy comercia con Uribe Vélez como gerente y representante del mismo imperio. Iguales sucesos ocurren con la invasión de EEUU a Afganistán, una invasión justificada con la implosión de las torres gemelas en Nueva York, excusa creada por Georges Bush para justificar, no sólo la toma del territorio afgano y sus cultivos enormes de amapolas, sino para luego avanzar sobre Irak y su petróleo.
La droga es necesaria para la contención de la población norteamericana, la mayor consumidora, no solo de los productos del sistema capitalista, sino de todo tipo de drogas y además para mercarla al resto del mundo, es decir la guerra y la droga son parte primordial de las políticas imperiales y son un arma de invasión silenciosa que idiotiza a las generaciones de relevo y produce más de 500 mil millones de dólares anualmente, sumamente necesarios en la depresión actual del sistema capitalista.
Uribe Vélez y el plan Colombia, Uribe Vélez y las siete bases norteamericanas son piezas del tablero desde donde el pentágono crea sus políticas de dominio sobre el continente suramericano, por demás importante y vital por sus riquezas en materias primas, en agua y en aire limpio, el pulmón que da respiro a todo un planeta intoxicado con el veneno de la plusvalía, junto a nuestro hermano continente africano.
El número 82, Uribe Vélez. Peón del imperio, es culpable de genocidio no solo en Colombia, en cualquier país del mundo a donde mande su mercancía de tóxicos sicotrópicos. Cualquier manipulación mediática deberá ser respondida con estas verdades que aquí expongo, son sus documentos desclasificados los que certifican la veracidad a estas denuncias. El Nro. 82, un insecto apátrida, que deberá pagar ante la humanidad su servilismo santandereano y su entrega de patas abiertas al imperio gringo.
Nro. 82 en la lista de los traficantes en el año 1991 y asesino y traidor número uno en nuestro siglo.
Nuestra América, socialismo o muerte: Venceremos!