Releyendo un poco la historia de Espartaco, ese esclavo que se atrevió a retar los amos del poder en su época y, reventar las cadenas de dominación humillantes e indignas. En el centro de la gesta de este valiente hombre y su ejercito de pueblo esclavo, destacaba además de los deseos de libertad y la disposición por alcanzarla, algo muy común a los pobres y humildes en todas las historias tanto de ayer como la de hoy: el factor ingenuidad y la subestimación del contrario.
En Venezuela, tan pronto se da el fenómeno Chávez, como expresión del sentimiento de emancipación popular del dominio de la oligarquía burguesa, se desata una arremetida brutal en contra del líder y de todo lo que ese sentimiento representa. Se implementó una campaña propagandística de alto calibre, por todos los medios disponibles, a toda hora, por medios nacionales e internacionales. El movimiento obrero y campesino, no tuvieron retraso en acompañar la lucha por los objetivos sociales al lado del líder emergente. No tardó la reacción del enemigo patronal: despidos injustificados, amenazas, desmejoramiento de salarios, aumentos de los precios de los alimentos y otros productos básicos, agresiones físicas, asesinatos, desaparecidos, hasta tortura, guerra psicológica dirigida a disminuir la condición humana y física, etc. En el sector campesino: destrucción de siembras, arremetida de los órganos de seguridad, intentos de despojo de las tierras, sicariato y robo. Toda esa acción coordinada y dirigida por el sector patronal y terrófago del país, con apoyo de las fuerzas internacionales reaccionarias y capitalistas. Aun en estos momento la batalla se libra en desigualdad de condiciones y con la ingenuidad presente en los sectores populares y sus dirigencias.
En Bolivia, se está repitiendo la misma historia. los comparsas de los dictadores de ayer, convertidos en prefectos hoy ( gobernadores) atacan sin misericordia a los pueblos que decidieron ser libres. Esas mafias sanguinarias, organizaron a sus hijos, herederos y serviles, en huestes armadas y sin un poco de sentimiento humano. Con estos ejércitos civiles, atacan las marchas pacificas de los hermanos originarios, los matan , los golpean, los vejan , los insultan , los persiguen, les destruyen sus casas, siembras y les violan a sus mujeres. Mientras los bárbaros y cobardes gavilleros, están armados con todo tipo de arma, tanto de fuego como contundentes, el pueblo solo dispara palabras de justica y exigencias de respeto, las autoridades departamentales, se hacen los locos y no hacen nada para impedir el injusto crimen.
La ingenuidad de creer que con solo consignas y gritos de libertad se va a derrotar aun enemigo sanguinario y avalado por la barbarie imperial. Es algo así como creer que se puede detener a un león hambriento tan solo con el deseo de hacerle entender que no se le hará daño, los pueblos ponen los muertos, los heridos y las oligarquías el terror y la agresión. Ya no mas, un pueblo no debe defender sus intereses colectivos tan solo poniendo las mejillas, es necesario organizar vanguardias de defensa, provistas de los elementos necesarios para enfrentar a los agresores violentos de la derecha explotadora y ladrona, que siempre ha mantenido su hegemonía vertiendo la sangre de los inocentes. Es necesario poner un alto a esta ingenuidad. La organización, la preparación de estrategias y el avance hacia el poder popular, requieren de fuerzas disuasivas y capaces de frenar los apetitos criminales de quienes no han tenido escrúpulos en toda su historia por mantener un estado de cosas con una minoría imponiendo sus deseos a las mayorías, por medio del terror, la fuerza física y armada. No es cuestión de ser o caer en la anarquía, es asunto de tener los elementos necesarios para tomar el poder y mantenerlo luego. Por eso concedo razón a Chávez cuando dice que esta revolución no es desarmada, pero aun se permite que se asesinen a obreros, campesinos y pueblo en general, por una banda de cobardes pagados por las oligarquías nacionales y con apoyo internacional del imperio. En Chile, la arremetida encontró a un pueblo inerme y sin recursos para defenderse. Todos sabemos el resultado. En Bolivia en este momento, el pueblo es acosado, asesinado y sacado de sus tierras. ¿ no se le dará a ese pueblo, las herramientas físicas para defenderse? ¡No mas segunda mejilla, mejor La Ley de Talión! No es anarquía, es defensa legítima sin ingenuidad.
javiermonagasmaita@yahoo.es