Se juega la posibilidad
real de que, de una vez por todas, el Pueblo llegue en verdad a la Asamblea,
más allá del burgués sistema representativo que heredamos de la Cuarta.
Que se puedan aprobar leyes sin estar pensando en la reacción de la
Reacción, preocupados por lo que la Derecha nacional e internacional
puedan decir. Se juega la posibilidad de reformar o hacer una nueva
Ley de Ejercicio del Periodismo, y de promulgar otras leyes sobre la
propiedad de los medios, o para regular a la díscola y silvestre prensa
escrita, a la que nadie regula en su pornográfico accionar.
Se juegan muchas cosas,
pero en especial podríamos perder una herramienta vital para impulsar
la Revolución, que necesita leyes revolucionarias para cambiar la superestructura
jurídica que se desprende del Estado burgués y que hoy está vivita
y coleando, en ministerios y bancos estatales, en juzgados y tribunales,
en decretos y normas, en actitudes y acciones del día a día.
Hemos logrado mucho,
y aún hay mucho que mejorar. Las críticas seguirán fluyendo y los
procesos deberán mejorar. Pero si no logramos la mayoría en la AN,
sería el comienzo del fin de la Revolución, y este país no soporta
un regreso al pasado. No sin toneladas de agua y mentiras para lavar
la sangre que sería derramada por un Pueblo que se acostumbró a ser
retrechero, al alzar la voz, a protestar sin temer al exterminio.
Citemos aquí la
respuesta que dimos ante el comunicado fascista publicado el 27 de junio,
Día del Periodista, en los diarios Panorama y La Verdad, por los integrantes
de las cúpulas directivas del CNP Zulia y CNP COL, una muestra de lo
que este país enfrentaría de volver a la ignonimia pasada:
"No lograrán
amedrentarnos y seguiremos en pie de lucha, porque hoy este es un país
democrático, más democrático que nunca, y la Constitución y las
leyes nos permiten exponer libremente nuestras ideas y propuestas, así
como se lo permiten a la directiva del CNP, la cual debería recurrir
a la sana batalla de ideas y no a amenazas veladas, propias de un pasado
que el país ya superó y al cual no regresará
jamás".
Nos hemos acostumbrado
a las libertades que tanta sangre y muerte costaron, como quien se apoltrona
y da por sentada su comodidad. Pero ellas pueden desaparecer, y pasarán
años para que puedan regresar, si es que logran hacerlo.
A votar todos el domingo, a lograr los 110 votos de la mayoría calificada, para luego ir todos, como un solo hombre y una sola mujer, como Pueblo, a reclamar ante la Asamblea la Revolución. No importa si el candidato nos parece malo: nadie descarrila un tren por tener un tornillo defectuoso. El tiempo de reparar es infinito, pa' lante es pa' allá.
Docente UBV Zulia/Periodista MPR Fabricio Ojeda
periodistasrevolucionarios@gmail.com