Una de las características del proceso de transformaciones en Venezuela, al que aún no me atrevo a llamar “Revolución” es la excesiva “criticidad” de sus seguidores, lo que desdice de aquellos que califican al proceso como de pensamiento único. O se refuta también lo de “somos millones, una sola voz” (consigna que en lo personal no me gusta).
El Presidente Hugo Chávez lo dijo en la rueda de prensa con los corresponsales internacionales y nacionales. Se había impuesto una meta muy exigente, (2/3 de la Asamblea Nacional) la cual no se logró. Ahora, no lograrla no implica que se fracasó o que el gobierno bolivariano fue derrotado, tal como hemos leído en no pocos artículos en portales revolucionarios como APORREA, REBELION y otros.
Si bien es cierto, este proceso adolece de múltiples fallas, las cuales muchas veces son develadas por el propio líder Hugo Chávez, así como por articulistas revolucionarios como Luis Britto y muchos otros, tampoco es que la oposición arrasó en estas elecciones y se pone en peligro los logros del gobierno, entre ellos las misiones sociales.
Estas elecciones sirven, como todas, para pones en tensión las fuerzas políticas encontradas que hay en la sociedad venezolana, así como también al interior del propio gobierno. Sin embargo, hay que llamar la atención a esa especie de “autoflagelación” que hemos notado en algunos artículos de análisis de los resultados electorales. Recordemos que un proceso electoral es una coyuntura en medio de un proceso de cambios estructurales. Que se generen críticas hacia las fallas, desviaciones, inconsecuencias, el burocratismo, la corrupción y otros errores que hay en el proceso de transformaciones es importante. Que se apliquen de verdad las tres R, junto con el motor “moral y luces” en cuanto a la necesidad de profundizar la formación del pueblo venezolano en una nueva cultura política, de relacione sociales y de verdadera solidaridad, así como del trabajo colectivo y de participación activa, es perfecto.
Pero no podemos hacerle el juego al adversario que se esconde en tantos subterfugios para dar al traste con el sueño del pueblo venezolano de tener una sociedad más equitativa, justa y solidaria, como es la sociedad Socialista.
Si no, fíjense camaradas en la actitud de la oposición. De una derrota aplastante (98 diputados contra 65 en la Asamblea Nacional) intentan sacarle provecho de cualquier manera usando sus medios de manipulación masivos tanto en el ámbito nacional como internacional. Viva la crítica, pero no permitamos que nos manipulen, ni manipulen al pueblo venezolano.
La actual situación demanda: Claridad en el análisis. Conciencia del rumbo que tenemos. Dignidad para afrontar las arremetidas de la oposición y de sus grupos de poder económico-políticos.
La autoflagelación es suicida y sólo conduce al sufrimiento personal y colectivo.
Saludos Solidarios y Revolucionarios.
cecilperez@ucla.edu.ve