Murió Chávez, era una muerte anunciada desde su ida a Cuba y desde la negativa a Evo, en Caracas, de poder visitarlo. Quiero destacar la humanidad de este hombre irrepetible, su fortaleza ante la desgracia y su voluntad y comprimiso inquebrantable con su pueblo: el venezolano y el latinoamericano y porque no, con la humanidad.
No hay más que ver las imágenes de dolor de la gente para certificar que pocos políticos en el mundo pueden decir que cuentan con el apoyo absoluto de su gente durante más de 14 años. Ningún presidente europeo o estadounidense, melifluos, asesinos, cínicos y mentirosos, tendrá un pueblo que los llore. Pero Chávez no sólo tuvo a un pueblo y a un continente para que lo llore. También lo tuvo para reir, para decir verdades como puños, para enfrentarse a nuestro enemigo común: el imperialismo.
Bochornosa la actitud de los medios de comunicación españoles insitiendo en llamar a Chávez «caudillo» y no presidente, mientras el partido el PP adorna la dictadura fascista de Franco con el término de «autoritarismo» y el PSOE repite lo que dice el PP sobre Chávez. Ahora va a resultar que Aznar, Zapatero y Rajoy son grandes políticos… ¿pero realmente alguien conoce a estos señores fuera de su casa? ¿Por qué no preguntan a los españoles en la calle?
Ahora está prohibido llorar, eso no quita que hoy sea un día de dolor y tristeza, de duelo. Nunca tantos debimos tanto a uno. Descansa en paz, comandante.
Xurxo.martiz@gmail.com