Son muchas las refexiones, opiniones, jiocios en torno a las causas de la derrota electoral que sufrimos el domingo 06 de diciembre. Nunca será suficientes. Vamos dando con verdades y semiverdades. Poco a poco cada quien asume sus responsabilidades. Pero, a mí parecer, no todos asumen de acuerdo al grado de responsabilidad que tienen. No sé, a lo mejor me gustaría ver más humildad en los camaradas Nicokás Maduro, Diosdado Cabello, Horge Rodríguez y otros.
Pero no es éste el tema de este artículo. Me voy a ir a la isla de Margarita, donde vivo, voto, gozo y sufro. Y me voy a algunos detalles matavotos. Veamos.
Una sucursal del banco de Venezuela, con cajero autómatico externo y otro dentro de la sede. Faltan pocos días para las elecciones. El cajero externo no tiene dinero, es lo normal (¿por qué los cajeros automáticos de los bancos privados casi siempre cuentan con efectivo y los del Estado casi nunca?). Los clientes que buscaban dinero en el cajero externo esperan que la sede del banco abra para usar el interno. Tampoco tiene dinero. La Gerente, a pocos días de las elecciones, se aparece e informa a gritos que los cajeros dispondrán dinero en algo más de una hora. Sin ninguna explicación se va a su oficina. Disculpen, el rostro lo explicaba: "porque a mí me da la gana".
En la misma semana de las elecciones, el día del cobro de pensiones, se cae la línea del Banco de Venezuela a nivel nacional. Sólo del banco de Venezuela. Cientos de ancianos. Muchos en muletas, otros en sillas de ruedas, con la pobreza encima, volvieron a sus casas porque este banco del socialismo no tiene una salida de emergencia para estos casos.
En una importante agencia de este banco, ubicada en una conocida avenida de Porlamar. A las 5:20 PM, del viernes 04 de diciembre, a boca de las elecciones. Todos los cajeros electrónicos se quedan sin dinero. La agencia está abierta porque tiene un horario hasta las 6:00 PM. Nadie del banco sale a resolver, a pesar del tumulto de personas afuera. Unos clientes deciden entrar al banco para retirar por taquilla. Son las 5:30 PM. La agencia tiene horario hasta las 6:00 PM. Cierran las puertas. Los clientes reclaman sobre la base del horario. El vigilante dice que son órdenes de la gerencia.
Tres semanas antes de las elecciones, el aseo domiciliario de la empresa privada que presta servicios a Sanear, deja de recoger la basura en un sector de Los Conejeros, ubicado en los límites de los municipios García y Mariño. Ellos pasan por allí los jueves. Dejan de pasar, incluso el jueves 03 de diciembre.
Unos días antes de las elecciones, decenas de guardias nacionales, guiados por funcionarios de la Superintendencia de Precios Justos, llegan al mercado de Los Conejeros. Atropellan a los pequeños comerciantes (entre ellos, algunos especuladores). Comerciantes que no reciben dólares. Compran mercancía a los que reciben dólares. La Superintendencia no toca ni con el pétalo de una rosa a los que reciben dólares. Los que reciben dólares financian a la MUD. A mí varios comerciantes que me conocen dejan de llamarme "Camarada".