Desarmando al AMO #2: El Agua vale más que el oro

 

 

NOTA: El siguiente es un aporte al debate constituyente que se está llevando a cabo a lo interno de Marea Socialista. Proceso democrático en el que se respeta la diversidad de posturas. Esta columna está dedicada específicamente al debate sobre el extractivismo y la mega-minería en Venezuela. Debate que ha tomado relevancia a partir del decreto N° 2.248 para la explotación del Arco Minero*.

 

La crisis del agua

 

El agua es hoy un tema de vital importancia. Uno de los recursos más valiosos para el ser humano está en riesgo y cada vez es más escaso. Se habla incluso de que en este siglo la guerra será por agua. Se trata de una crisis causada esencialmente por las malas maneras en que administramos las aguas. 

 

En la década pasada se estimaba que más de 1.000 millones de personas no tenían acceso a un suministro constante de agua limpia y segura, y que 2.400 millones carecen de servicios sanitarios adecuados. La crisis se ha acentuado a tal magnitud en las últimas décadas que según una investigación del 2000 de “World Resources 2000-2001” se estimaba que la disponibilidad de agua per cápita había disminuido de 9000 m3 a 7000 m3, en la última década del siglo 20.

 

A la par de que ha aumentado el consumo de agua de manera vertiginosa las reservas de agua dulce disminuyen progresivamente por contaminación o por el aumento de la temperatura mundial en determinadas épocas del año. Producto del llamado “cambio climático” se han generado períodos de sequías más fuertes y duraderos, mayores inundaciones y el derretimiento de los glaciares. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático, estima que en Venezuela se generará  un incremento de la temperatura y una reducción del volumen del agua de lluvia, para las próximas décadas. Lo que puede incidir directamente en el acceso al agua potable si no a la electricidad tomando en cuenta que el 70% energía eléctrica se genera por plantas hidroeléctricas ubicadas al sur del país.

 

Todo este panorama empeora si se llega a concretar la explotación del Arco Minero. En primer lugar porque las grandes empresas mineras utilizan enormes cantidades de agua por día, segundo porque habría un riesgo constatable de contaminación  de lo que representa la cuenca hídrica más importante del país, y tercero porque la mega-minería genera un nivel de devastación tal que impactaría directamente en el período de sequía. El fenómeno del niño acompañado de la fuerte erosión y sedimentación que ha generado la intensificación de la minería ilegal, es lo que ha desatado períodos intensos períodos de sequía en los últimos años en el país.  Además de que existen decenas de antecedentes internacionales de desastres ambientales productos de la mega-minería, la minería desarrollada en Venezuela ya ha tenido efectos terribles sobre zonas como: el Delta del Orinoco, en las adyacencias del Parque Canaima, en el río caura y en la sierra de perijá, por mencionar algunas.

 

El uso indiscriminado del agua en las empresas mineras

 

Aunque todavía existen minas subterráneas, las más recientes o las que se están construyendo tienen la característica de ser a cielo abierto, las cuales emplean la técnica de lixiviación en pilas o la de lixiviación en botaderos. Estos métodos, aunque implican enormes movimientos de tierra, son más baratos y permiten procesar mayores cantidades de minerales. Además, estos métodos son los que les conviene aplicar a la empresa sobre yacimientos de bajo tenor (≤ 4g de oro / tonelada de mineral) para mantener grandes ganancias

 

Toneladas de mineral triturado son irrigadas con la solución cianurada. En promedio se utilizan, 50 g de cianuro por cada 1000 litros de agua. Otras fuentes como la asociación de ecologistas costarricense,  afirman que estos montículos o cúmulos son sometidos a lixiviación usando una solución de cianuro de sodio que tiene de 0.14 a 2.35 kilogramos de cianuro por cada tonelada o 1000 litros de agua [1].

 

Lo cierto es que se necesitan abundantes cantidades de agua para el proceso. Para entender las dimensiones del asunto se puede tomar el caso en Argentina con la canadiense Barrick Gold (mayor productora de oro para el 2015). Barrick usa en sus minas 1000 litros de agua por segundo, aproximadamente. Solo en la mina de Veladero, ubicada en la provincia de San Juan, se utilizan 10 toneladas diarias de cianuro para las que se emplean 100 millones de litros de agua. Cifras alarmantes cuando se estima que una familia de 4 personas requiere 200 litros de agua potable por día para cumplir con todas sus necesidades [2].

 

Las empresas mineras acaban con las reservas de agua

 

Esto puede ocurrir de dos maneras: por la deforestación de grandes terrenos y/o por la contaminación producto de fallas generadas en las minas o por la acumulación de pasivos ambientales. Por lo tanto, la actividad minera puede deparar en:

 

En lo que se refiere al agua:; se pueden producir captaciones monopólicas de los derechos de agua, se contaminan napas, se alteran las corrientes de agua, se puede producir contaminación;

 

  • La Desaparición de pozos de agua y manantiales, así como la disminución en los cauces de ríos. La deforestación y eliminación de la vegetación agota las fuentes de suministro y se interrumpe el flujo de agua desde sus orígenes hacia los centros poblados.

  • Contaminación de ríos cercanos a la mina con metales pesados y/o cianuro.

  • Contaminación de las napas (capas de agua subterránea) por drenajes ácidos de las minas fuera de control.

  • Alteración de las corrientes de agua y de los ecosistemas.

  • Crecidas e inundaciones en períodos de lluvia. El suelo erosionado no puede contener el agua como lo haría estando poblado de vegetación.

  • Alteración y contaminación del ciclo hidrológico, incidiendo negativamente en los bosques y las comunidades aledañas.

 

El indignante caso de Misima

 

Misima es una pequeña isla de Papua Nueva Guinea (al norte de Australia). Aquí la empresa  Placer Dome (comprada por Barrick Gold en 2006) explotaba mineral. En agosto de 2004 se produce un derrame de cianuro en la mina que afecta un río cercano y que llegó a afectar un sector de las costas de la isla. El hecho deparó en que 1/3 de la isla se vio afectada y contaminada, al tomar en cuenta ríos y arroyos, y se provocó la muerte de cientos de bancos de peces. A esto se puede agregar que uno de los ríos se llegó a secar por completo por el uso indiscriminado que le daba la empresa.

 

No solo se devastaron importantes afluentes de la isla con sedimentos y agentes contaminantes, si no que se afectó directamente la calidad de vida de toda la población que tenía la pesca como una actividad importante. A las pocas semanas del incidente ya a los habitantes de la pequeña isla se les hacía difícil satisfacer sus necesidades con agua potable, además de que la pesca quedó relegada por el miedo a la contaminación. Esta catástrofe llegó a afectar a islas cercanas.

 

Pero más indignante aún fue la respuesta de los responsables. Para aquel momento el primer ministro de Nueva Guinea, Michael Somare, ignoró los reclamos de la población y decidió postergar la salida de la empresa de la isla por su respuesta insuficiente. Por otra parte, Placer Dome para compensar los daños del accidente, entregó a comunidades afectadas el total de 22856 K, el equivalente a menos de 10000 dólares australianos. Cuando se toma en cuenta a toda la población este monto representa un total de 1,92K o menos de un dólar australiano por cada persona afectada por el derrame [3].

 

El caso de Misima, sumado a otros accidentes ocurridos en distintas partes del mundo, representa la esencia de las transnacionales. Sumergidas en la codicia y en la lógica de acumular capital continuamente, hacen todo lo que esté a su alcance para obtener la mayor ganancia. No hay promesas de nuevas tecnologías, de restauración de los suelos y biodiversidad y/o de cero contaminación que valgan. Todas esas promesas implican grandes inversiones, van en contra de la lógica. No es un problema de buenas intenciones, es un problema de ganar a toda costa.


 

*El presente artículo es parte de la Columna “Desarmando al Amo”. Aquí dejo los anteriores:

- La mega-minería devasta y el cianuro mata. http://www.aporrea.org/actualidad/a228602.html

 

Correo: elcesar4789@gmail.com

Twitter: @Cesar_JMarea


 

BIBLIOGRAFÍA

 

El Decreto del Arco Minero del Orinoco: un ataque a la vida, un criminal desconocimiento de los pueblos indígenas, una violación a la esencia de la Constitución”. PLATAFORMA POR LA NULIDAD DEL DECRETO DEL ARCO MINERO DEL ORINOCO. Mayo, 2016. Venezuela.

 

Tierra Sublevada: Oro impuro”. PINO SOLANAS. Documental. Argentina, 2009.

 

“Quimérico Ecosocialismo versus tentáculos del Banco Mundial (Canadá-Venezuela)”.  LILIANA MEDINA DE LUZON. 29 de febrero de 2016, Venezuela.

 

[1]Minería de cielo abierto y sus impactos ambientales”. AECO-AT, 2001

[2] Gleick / The world’s wáter.

[3] http://miningwatch.ca/news/2004/9/22/environmental-disaster-misima-mines-continues-misima-landowners-port-moresby-seek



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César Romero

Director Ejecutivo de CERLAS (Centro para la Reflexión y Acción Social). Activista de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco. Ingeniero Metalúrgico. Investigador enfocado en la minería en Venezuela y sus impactos multivariables en los modos de vida.

 elcesar4789@gmail.com      @cesar_JMarea

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