Es cierto que el pueblo aún no ha entendido a cuál de los dos
bandos (Oligarquía - Pueblo) beneficia la Revolución Bolivariana y mas
específicamente la reforma a la constitución. Todavía ideológicamente
y en cuestiones de Socialismo como sistema social que acaba con la
dictadura de la burguesía e instaura la dictadura popular, el pueblo
venezolano está en pañales.
La gran tarea hay que hacerla en el terreno ideológico y en la
conformación de un partido que sea uniclasista y no policlasista como
el PSUV. De ahí que es necesario reformar el PSUV, echar de sus filas
a oligarcas o lacayos infiltrados, formar cuadros y fortalecer la
conciencia de las masas populares para que en las futuras batallas no
se dejen convencer por el enemigo y salten como instrumentos ciegos,
hacia el bando contrario a echarle a plomo a la Revolución y a sus
propios compatriotas de clase.
Lenin advertía que un partido policlasista no se inclina por la
Revolución sino que se opone a ella. En este sentido he aceptado la
derrota y hasta me siento feliz con esta lección política. Con ella
hemos calibrado o medido el grado de fortaleza ideológica que ha
alcanzado el pueblo venezolano desde que derrotamos a la cuarta
república en 1.998.
Esta derrota nos conduce a trabajar mas fuerte, a no bajar la
guardia y analizar profundamente los métodos utilizados por la
burguesía cuando carentes de partidos políticos como AD y COPEY,
echaron mano del recurso mediático, del movimiento estudiantil y de su
viejo partido de siglos el CLERO (conferencia episcopal), donde tienen
militantes a montón con que han derrotado a la naciente militancia del
PSUV.
Es decir: la clave está en el PSUV, pero a esa maquinaria hay que
fortalecerla ideológicamente, afinarla, blindar a cada una de sus
piezas que son los militantes, contra las diversas formas o métodos,
incluyendo la guerra psicológica o poder de convencimiento con que
ataca el enemigo de clase, hasta que el pueblo sea invencible y se
eternice como soberano en el poder.
trincheraideologica@gmail.com
