Días pasados, pude observar a un trío de jóvenes que después de comprar alimentos en un Mercal, se dirigieron “rápido y furiosos” hacia esa meca del bachaqueo en que han convertido las mafias, a las transversales de Catia. Después de vender sus alimentos allí, se dirigían nuevamente hacia el Mercal en búsqueda de nuevos alimentos que vender a las mafias catienses del bachaqueo. Ello es posible, gracias a la bondadosa protección que prestan los funcionarios policiales de la PNB y PoliCaracas a quienes se dedican al ilícito comercio de productos esenciales para la buena vida de nuestro pueblo. Por su parte, nuestro Alcalde de Libertador sigue en su diván disfrutando las mieles del poder; mientras que, por su parte, el Jefe de Gobierno del Distrito Capital, anunció acciones que, en el tiempo, devinieron en inacciones más bien. Pareciera más bien, que las mafias bachaqueras estuvieran enquistadas en las altas esferas de gobierno municipal y distrital, pues dichas autoridades hacen cálculos políticos bien errados, si consideran que al no tocar esas mafias les garantizará los votos para su reelección como alcalde. Notable su desapego de las vivencias del pueblo que padece y sufre la escases, mientras las mafias bachaqueras tienen de todo, pero a precio de locura.
El Presidente Nicolás Maduro, acaba de hacer un nuevo llamado a la responsabilidad de los gobernantes locales y regionales: “Debemos atacar a los bachaqueros, es una anticultura, son gente que le hace daño a la familia, al Pueblo, es una tarea de todos, no sólo del Estado”, no sin antes criticar a quienes a través de la poca ventaja que nos da un medio como Aporrea, hacemos llamados de atención a quienes ejercen posición de dominio como servidores públicos y pudieran actuar: “A veces leo algunos artículos, y escucho algunas opiniones, sobre este tema, y me pregunto: Qué hace esta gente para ayudar a la nueva económica del país; no hacen nada, sólo se dedican a hablar, y mal hablar. Yo les digo: no le den tanto a la sin hueso, no hablen tanto gamelote, pónganse a trabajar por el país”. Si no habláramos gamelote como se enterarían ustedes, en sus cómodas oficinas con aire a full frío, de la realidad que vive el común de los venezolanos y venezolanas? La extremada burocratización de quienes están llamados a atacar los graves problemas que vive nuestro pueblo, es una realidad tan visible como la calima que respiramos en las tardes caraqueñas por estos días. La crítica, cuando es real, debe asumirse con la autocrítica necesaria, con humildad, tal como hacía nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, pues solo así, puede percibirse el mensaje de la rectificación. Se equivoca camarada Presidente, al pretender colocar la crítica como un obstáculo para la solución de los problemas. Cómo obviar, que la SUNDDE no hace su trabajo y se ha convertido en un instrumento del bachaqueo y las mafias empresariales. Eso es una realidad inocultable. Cómo obviar, que el bachaqueo se realiza con mucha fuerza en los mercados municipales e incluso el mayor de Coche, supuestamente regidos por la Alcaldía Bolivariana de Libertador. ¿Complicidad o qué carajo, Presidente Maduro? La inacción frente al bachaqueo, desnuda complicidades y eso es una verdad tan cierta, como que el sol sale todos los días. Con la verdad ni ofendo ni temo, decía el prócer uruguayo y latinoamericano José Gervasio Artigas.
Sí, efectivamente, el bachaqueo es una anticultura, pues es expresión de suprema degeneración capitalista. Procura la ganancia fácil sobre la base del sufrimiento del pueblo y eso es, egoísmo en su máxima expresión. El bachaqueo, es un producto de la derecha capitalista, sus empresarios, porque requerían una fuerza surgida desde filas del propio pueblo, para atacar al propio pueblo. La burguesía no puede luchar directamente, por ser tan pocos; generalmente depende de otros que la representarán en el campo de batalla. Resucitan a José Tomás Boves, para sus fines perversos de hacer arrechar nuestro pueblo. Eso, quizás confunde, en particular a camaradas en funciones de gobierno que se abstienen de atacarlos, porque creen falsamente que al atacarlos, atacan al pueblo o como referíamos líneas arriba, restarse votos populares para su posible reelección en sus cargos. Pero, si de cánceres habláramos, si no se atacan las células malignas, jamás podrá derrotarse tal cáncer. El bachaqueo es una forma de corrupción también, pues para procurarse alimentos, medicamentos y demás bienes esenciales, las mafias compran servidores públicos y privados, “gasto” que después recuperan al adosárselo al precio final del producto obtenido irregularmente. Pero también, es una fuerza de choque organizada que, después sus promotores, intentarán lanzar sobre la propia sociedad como un todo, si ésta decidiera enfrentarla.
Mucho se les ha dado libertad para crecer y desarrollarse, ese ha sido un error fatal de nuestra Revolución. Por eso compartimos, la iniciativa del Presidente Maduro más no su crítica a quienes desde años atrás, apenas percibimos el fenómeno, denunciamos ese flagelo maligno, procurando que las autoridades actuaran en función de no dejar crecer sobre nuestro cuerpo social, ese terrible flagelo. Adelante entonces, acompañemos este llamado que nos hace el Presidente Maduro y enfrentemos juntos esa plaga, como la llamó en cierta oportunidad el camarada Diosdado, tanto el bachaqueo de los de abajo como el de los de arriba: los empresarios pelucones pide dólares. ¡Es hora ya¡ ¡Hartos estamos todas y todos¡ Si queremos más Revolución, hagamos ésta batalla, parte de nuestra historia. Nuestro destino, solo dependerá en última instancia, de nosotros mismos…