Amanecimos conmocionados por la noticia del brutal asesinato de los hermanos Faddoul y Miguel Rivas, nos llenamos de rabia, tristeza e impotencia; queríamos hacer algo; sabíamos que no debíamos salir corriendo y gritar, era necesario reflexionar, pensar con lucidez, juntarnos con nuestros iguales e intentar construir una solución de fondo ante el problema de la inseguridad.
Es espantoso lo sucedido, pero doblemente espantoso. Y lo doblemente espantoso es el hecho de darnos cuenta que nuestra sensibilidad no se espante del mismo modo ante los hechos similares que ocurren diariamente en nuestro el país y el mundo, en especial en los sectores sociales excluidos, donde el hampa no es la única victimaria, sino también el hambre, la miseria y la exclusión que matan a diario a miles. Es como si nuestras cabezas, nuestras ideas, nuestros conocimientos estuvieran escindidos de nuestra sensibilidad.
Por un momento nos quedamos sin palabras, al ver el grado de deshumanización al que nos han llevado los medios de comunicación, cuando nos manipulan emocionalmente para obtener una audiencia alta y perpetuar sus intereses particulares, creando un clima de zozobra en la población, por un caso más entre una larga lista de víctimas en similares condiciones.
Nos llena también de dolor y vergüenza darnos cuenta de la manipulación y el oportunismo político al que algunos actores privados y partidistas, han llevado el tema para propiciar una desestabilización nacional a través de protestas y tomas de calles da paradójicamente exigían paz y seguridad para la población, pero que se convirtieron en focos de violencia (que ya costaron una vida más, la de Jorge Aguirre, reportero de la Cadena Capriles) y que demuestran una clara intencionalidad política bastarda de los factores de oposición al gobierno actual.
Nos sumamos al llamado efectuado por las autoridades gubernamentales, para iniciar un proceso participativo amplio que logre diagnosticar el problema de la inseguridad de una manera integral, a partir de la cual se logren construir soluciones. Asimismo, hacemos un llamado a todos y a cada uno de los compañeros de la UCV y de la sociedad en general, para que __evalúen de manera crítica, todas aquellas iniciativas que propongan soluciones mágicas. Sólo el compromiso y la participación de todos los venezolanos podrá erradicar la violencia y los males que la generan.