Pero, llegó la hora de “inquietud” para todos, inclusive para los militares
golpistas y para Washington, cuando escuchan las imbecilidades y el proyecto
político de Carmona. Daniel Romero, es el payaso que ante el circo de
oligarcas que están allí regocijados de placer, comienza a leer:
-PODER LEGISLATIVO: Se destituyen a todos los diputados de La Asamblea
Nacional.
-NOMBRE DEL PAÍS: La República de Venezuela no se llamará desde este momento “Bolivariana”.
-PODER POLITICO: Se concede facultades al nuevo Presidente para destituir
gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales.
-PODER JUDICIAL Y MORAL: Se procede de inmediato a remover a los magistrados del Tribunal Supremo, Fiscal, Contralor, Defensor y miembros del CNE. -LEGISLACION: Se anulan los 48 decretos-leyes aprobadas mediante la Ley Habilitante.
-ELECCIONES EN UN PLAZO MAXIMO DE UN AÑO.
-EL NUEVO GOBIERNO MANIFIESTA QUE TIENE TODO EL APOYO DE LA FAN.
Así, se instalaba el “Gobierno fascista golpista que llamaron de transición
democrática y unidad nacional”, Lo presidía un “tonto útil”, un pendejo
cómplice, cuyos meritos no eran otros que los de obedecer a los entupidos y
obcecados fabricantes de miserias, esos que no sirven sino para envilecer
el aparato de gobierno y hacerlo prácticamente inservible. Ellos mismos nos
ayudaron para propinarles la más rotunda derrota.
El primero que corrió a firmar este ignominioso documento fue Monseñor
Ignacio Cardenal Velasco, representando a la orgullosa iglesia; Luís Enrique
Ball Zuluaga, sector empresarial; doctor José Curiel, por los partidos
políticos; Rocío Guijarro por la ONG; Miguel Ángel Martínez por los medios,
el gobernado del Estado Zulia, MANUEL ROSALES, por los gobiernos Regionales:
Alfredo Ramos por la CTV; Carlos Fernández, primer vicepresidente de
Fedecámaras y Julio Brazón.
El primero en llevarse las manos a la cara y hacer una mueca de pánico, es
el señor Phillip Chicola, del Departamento de Estado norteamericano, quien
sin perder tiempo agarra el teléfono y se comunica con el General Efraín
Vásquez Velasco y se comunica con él, recalcándole:
-Nosotros apoyamos y simpatizamos con todo lo que han hecho, pero tienen que
basarse en la Carta Democrática Interamericana, ese gobierno de transición
tiene que conservar hasta último momento las formas constitucionales.
Cualquier ruptura a esta, nos va a costar caro.
De inmediato la CTV levantó el paro indefinido, Carlos Ortega, por los
medios golpistas llamó a la población a trabajar y se jactó de que no quería
mando gubernamental porque no se separaría de la gallinita de los huevos de
oro, su cargo como presidente de la central obrera le estaba produciendo
fabulosas ganancias y por ese motivo lo escuchamos decir:
-Mi posición es muy estratégica y he sido parte importante de este
movimiento social para la salida de Hugo Chávez, eso sí, mantendré dos
miembros en el nuevo gobierno, uno en la Junta Asesora, Jesús Urbieta y León
Arismendi como Ministro de Planificación.
Ortega, a pesar de la demencia de Carmona Estanga, lo ratificó y expresó que
todo el sector sindical lo apoyaba y que continuaría firme en la lucha por
el cumplimiento de las exigencias laborales y subrayo su confianza en todo
la acción realizada, solicitó además, la restitución de toda la nomina mayor
de PDVSA, despedida por Chávez, exigiendo el nombramiento de una nueva junta directiva.
La colega que estaba infiltrada en palacio me llama por el celular de
nuestro director de audios visuales y me dice:
-Leíste la página 5 del libro.
-Sí, prepara el editorial.
-Bueno eso esta listo para esta noche.
-Nosotros esperamos que todo lo que diga el libro sirva.
-Será una buena información. Comunícate con la agencia, parece que los
colegas confrontan problemas serios.
-Eso haré de inmediato.
Lo de la lectura del libro significaba que se había podido contactar a la
Primera Dama y a Dios Dado Cabello y que saldrían al aire internacionalmente
explicando la realidad de lo sucedido, tal y como ocurrió.
Posteriormente me entere que el Comandante Morao Cardona, estaba reunido con el general Vietri Vietri, pero me fue imposible conocer lo que ellos
trataron, no me preocupe, yo ya conocía la estrategia que teníamos que
seguir.
Supe que Carmona, al ver la cagada que había puesto, quería rectificar y
nombrar de Vicepresidente a Carlos Ortega, el cual supuestamente se
encontraba en Punto Fijo, este le dijo que no, que se la ofreciera a Manuel
Cova, quiso convocar a sesiones a la Asamblea Nacional, pero ya todo estaba
perdido, el fascismo golpista se empezaba a derrumbar. La mayoría de los
diputados se acuertalaron en un oficina en Altamira, el “Indescabezable”
Luís Miquelena, gestionó y logró que 15 de estos diputados brincaran la
talanquera y se pusieran a ordenes del nuevo y democrático gobierno de
unidad. El pueblo se mantenía en desobediencia total, los disturbios
estallaban por todas partes y en las afueras del palacio los ciudadanos
gritaban que le devolvieran a Chávez. Los medios golpistas continuaban en
profundo silencio. La agencia de noticias Venpres, su personal periodístico,
operativo, técnico, administrativo y obrero, se mantenía incólume ante la
aberración y la venganza que desataron los golpistas. La noche del 12,
aunque estuvimos dispersos, todos estábamos unidos porque teníamos que
cumplir con un trabajo. Rescatar al Presidente.
Sábado l3 de Abril.
11: 00 AM. Palacio de Miraflores. En el Despacho del Presidente están los
nuevos ministros reunidos con Carmona, departen champagne y wisqui. Entre
risas y alegrías se preparan para el acto que debe celebrarse esa tarde a
las 5: 00 PM. Hablan del Futuro y prometen que el tirano Chávez será
castigado sin piedad por todo lo que les ha hecho.
Simultáneamente el Comandante Morao Cardona, inicia los movimientos para
retomar el palacio. A las afueras de la capital a solo 108 kilómetros, en el
Fuerte Maracay, el General Baduell, Comandante de la 42ª Brigada de
Paracaidistas, está al teléfono. En su despacho están reunidos oficiales de
alto rango, tenientes, capitanes, mayores, suboficiales y militares de la
escolta personal de Hugo Chávez, los cuales se habían refugiado en el
fuerte, del otro lado del teléfono se encontraba uno de los militares
golpistas de alto rango, superior al suyo, tratando de adherirlo al
“coñazo”, pero la respuesta de Baduell fue contundente:
-Mi general, yo no negocio. Me apego a la constitución. EL Presidente
Chávez, me garantizó que no había renunciado y yo creo en él. Y si por
alguna circunstancia lo hubiese hecho, el Vicepresidente es quien tiene que
tomar posesión. Ustedes golpearon y vejaron al Presidente. Este acto de
ustedes no es otra cosa que un golpe de estado. Mi general le advierto que
si ustedes no devuelven vivo al Presidente, van hacer falta postes en
Venezuela para colgarlos a todos. Allí, con Baduell estaban, los generales,
Verde Graterol, Dubront Torres, Torres finol, Acevedo y el contralmirante
Maniglia.
En una operación relámpago ellos se habían apoderado del centro del país,
bajo sus fuerzas se contaban ya con los aviones F-16, barcos, cuatro grupos
de artillería, siete compañías, cinco batallones de tanques AMX-30.
Uniéndosele posteriormente el General Julio García Montoya.
En la parte Occidental estaba el apoyo del General Lara Guzmán. En Mérida,
la 31ª Brigada y el General Wilfredo Silva.
Baduell, les comunica a los golpistas que si el nuevo gobierno toma posesión
esa tarde, atacará sin piedad al Palacio con la aviación y sus
paracaidistas, pero la verdad era que ya la guardia de honor entraba en
acción, el regimiento de seguridad y guardaespaldas de Chávez desaseguraban
sus ametralladoras y sus fusiles.
Molina Tamayo advierte lo que se les viene encima, cobardemente corre
avisarle a Carmona, quienes en estampida huyen como ratas acorraladas, y
gritan:
-¡Vamos al Fuerte Tiuna, nos vamos al Fuerte Tiuna!!!
El vicealmirante Briceño García, espantado corre como una gallina hacia el
lugar que tenían acondicionado para juramentar a los integrantes del
gabinete, la crema oligárquica estaba espantada, políticos, prensa golpista,
militares, curas, los rambos de Carmona, Lameda Guaicaipuro, meado, corrían
de un lado a otro y afuera el pueblo gritaba que le devolvieran a Chávez.
El regimiento de seguridad invade los patios, los pasillos del Palacio, la
locura y el terror los envolvía, hombres y mujeres que buscaban
aterrorizados los sótanos para poder salvar sus vidas. De momento olvidaron
sus odios, sus traiciones, sus venganzas, no hubo valor, no hubo moral y así
se grababa en la historia contemporánea de esta Venezuela, que por su
pueblo, sus militares y la gente como la de la agencia de noticias Venpres,
recuperada su amada constitución y a su líder.
Este trabajo periodístico está dedicado a esos hombres y mujeres que
anónimamente, sin pregonarlo, hicieron frente, a los golpistas facinerosos y
especialmente a todo el personal de Venpres, que no corrió, ni abandonó
nunca sus puestos de combate. El animo de todo esto, es saber que llevamos
toda una gloria por dentro y que si lo tenemos que repetir, no vacilaremos
en hacerlo.
vrodriguez297@hotmail.com