Leyendo a Ivana Cardinale

El Sistema Nacional de Medios Públicos Vs. la camarada Lina Ron

Leyendo a Ivana Cardinale a través del portal Aporrea, en donde con vehemencia y con una profunda carga de impotencia e indignación, solicita a la Justicia Venezolana que liberen a la camarada Lina Ron para que enfrente su juicio en libertad al igual que el facineroso Julio Rivas, nos hemos animado a hacer nuestro aporte al tema.

Esta historia no es nueva. En el pasado, un grupo de protestatarios revolucionarios por cuenta propia, decidieron derribar una estatua del inmigrante depredador genovés y símbolo del colonialismo: Cristóbal Colon. El incidente se dio un 12 de octubre de 2004 cuando un grupo de manifestantes le realizó una especie de 'juicio público' y lo declaró culpable de las matanzas de las etnias latinoamericanas. El juicio se realizó en el Paseo Colón de Caracas, en medio de los actos del "Día de la Resistencia Indígena" como protesta al genocidio cometido en contra de los pueblos originarios por cuenta del imperio español. Por este hecho, estos jóvenes estuvieron bajo sombra por espacio de 8 meses. Como es obvio, todo este proceso fue cubierto por los medios de comunicación de la derecha venezolana e internacional de “P a Pa” quienes solicitaban, a gritos, el encarcelamiento de los muchachos; delincuentes para ellos y finalmente lo consiguieron.

Sin embargo, el Sistema Nacional de Medios Públicos, aún cuando para la fecha no estaba organizado como tal, nunca se ocupó de ellos y los dejaron a la suerte de los depredadores derechistas quienes, morbosamente, se dieron el gusto de verlos tras las rejas. A pesar de este lapso bajo la sombra, el tribunal 18 de control del área metropolitana, cuatro años después, a solicitud de la Fiscalía, en octubre de 2008 ordena reabrir el juicio nuevamente e iniciarlo desde el principio, anulando la sentencia anterior que los declaró inocentes.

Más recientemente, en una protesta que se dio en las adyacencias a una Universidad Privada ubicada a las faldas del parque nacional El Ávila, un grupito de estudiantes, capturados in fraganti por las cámaras de Ávila TV, se daban a la tarea de provocar un incendio forestal a las faldas del mencionado cerro; el cerro Ávila. No obstante, a pesar que el comandante presidente solicitó sanciones para estos depredadores del ambiente diciendo -cito palabras textuales del comandante- “Me los meten presos, y si no lo hicieran me 'raspo' a los jefes responsables. El Chávez pendejo se quedó en 2002. No voy a permitir por ningún motivo que cuatro escuálidos embochinchen el país". No obstante, a esta arenga presidencial y a pesar que hasta el mismo presidente de la comisión del ambiente de La Asamblea Nacional, el diputado Earle Herrera, prometió la aplicación de la Ley Penal del Ambiente en contra de estos facinerosos, nada de eso ocurrió, quedando impune el delito. Al igual que el caso anterior, el Sistema Nacional de Medios Públicos se ocupó del hecho por un lapso muy breve, pero luego lo olvidaron y dejaron de darle importancia al delito y por tanto se cumplió aquel viejo adagio que dice: lo que por sabido se calla; por callado, se olvida.

Cuando se suscitó el incidente Lina/Globovisión el ciudadano presidente se pronunció al respecto y dijo que la camarada Lina, había cometido delito y que quien comete delito debe enfrentar la Justicia. En esta oportunidad si fue diligente la justicia, porque era en contra de una pata en el suelo.

En esa oportunidad, quien suscribe estas líneas condenó de derecho el incidente; pero lo respaldó, de hecho. Es algo así como cuando alguien, de manera constante, irrespeta a otra persona abusando, por ejemplo, de una condición jerárquica que lo pone en ventaja con respecto a otro y en base a esa condición abusa de sus subordinados. Pero hay un día; una mañana; en que unos de esos subordinados, se insubordina y le da un “estate quieto” a ese abusador. De derecho, el procedimiento no es correcto, pero de hecho, es justificable.

Una situación similar, a nuestro entender, movió a la camarada Lina a tomarse la justicia por su mano ante tanta impunidad; ante tanto delito mediático del canal de la alta florida en contra del gobierno nacional y de los colectivos que le respaldan.

Sin embargo, por el Sistema Nacional de Medios Públicos, a diferencia de como se ocupan los de la derecha por sus acólitos, nadie; absolutamente nadie, se ha tomado la tarea de indagar por el estado de salud ni de las condiciones de reclusión de esta “rea del sistema”. No de la justicia, sino del sistema. Hay un silencio cómplice de todo el Sistema Nacional de Medios Públicos al respecto. Hasta desde el programa que dice ser trinchera de la defensa de la revolución bolivariana, conducido por el señor Mario Silva García quien fue o se erigió, en su oportunidad, en uno de sus depredadores; de sus verdugos, a través de su programa la Hojilla por donde incitó a que los colectivos y “opinadores políticos”, como él nos define, fijaran posición por el portal Aporrea condenando el hecho de la refriega que Lina Ron; la camarada Lina, desató a las puertas del canal de la alta florida; canal del cual vive y sobre lo cual escribimos catalogándolo de una conducta desleal; desleal hacia la camarada Lina Ron, que al igual que él, el señor Mario Silva García y así se lo reconocemos, se ha partido el pecho por la revolución, se han dignado en informar al colectivo revolucionario ni de su situación penal, mucho menos de su condición personal.

La camarada Lina Ron, se tragó la reprimenda del líder, quien con justa razón la regañó; pero de ahí, a hacer leña del árbol caído, hay mucho trecho y mantener olvidado que la camarada Lina Ron no es menos que cualquier ciudadano que puede y debe al igual que Pajulio enfrentar su juicio en libertad, es un acto que deja mucho que desear de la condición de un revolucionario.

Sin embargo, El Sistema Nacional de Medios Públicos, se ha ocupado más de la situación del gavillero Julio Rivas, que salir en defensa del legítimo derecho de la camarada Lina también de ventilar su juicio, al igual que Pajulio, en libertad.

El silencio sospechoso de estos medios públicos es repugnante; así lo decimos y así lo creemos.

Nos preguntamos: ¿Cuál sería la postura del Sistema Nacional de Medios Públicos si el comandante Presidente se atreviera a solicitarle a la justicia igual trato para la camarada Lina Ron que el que ha recibido Pajulio Rivas?

Eso lo dejamos a la imaginación del lector



¡El que tenga oídos, que oiga!


(*)Médico


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Eliécer Alvarado Pulgar(*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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