I
"Transición", palabra mágica para algunos filo-opositores que traduce en términos de la política exterior de los Estados Unidos "Cambio de régimen", una teoría elaborada principalmente por neoconservadores, también llamada "Doctrina Bush (Fukuyama, 2007, p. 17). Popularmente sectores denominados "democráticos" en Venezuela la consideran la vía expedita con fines de "salir de esto". Es decir, la "dictadura de nuevo tipo (que ha expuesto en varias publicaciones Michael Penfold, que recordemos, de tan gran académico que es en el campo de las Ciencias Políticas); y supone aplicar una complicada "ingeniería social" que incluye desde la "guerra preventiva" a los diálogos, acuerdos, cohabitación, distención y perdón, siendo esto último parte de lo que el refranero popular suele llamar "Lágrimas de cocodrilo"; pues, a la luz de los acuerdos guerrilla-gobierno los irregulares pacificados los desaparecen físicamente.
Existe al respecto una cierta literatura que discurre sobre este asunto que, por su puesto, sugieren que la tal Transición-cambio de régimen es aplicable a Venezuela. Esa cuestión en cambio a muchos parece no gustarles, sobre todo porque la paz les "echaría la burra pal´monte" en la gestión del comercio informal o bachaqueo, las comisiones una vez que se han apropiado de cuentas del Estado-Nación en el exterior (bonos y activos de PDVSA), sin faltar la connivencia con funcionarios corruptos y, sobre todo, no podrían seguir recibiendo dólares de ciertos organismos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos con sus fundaciones para fomentar la democracia que es tradicional según Fukuyama (2007) en su libro "América en la Encrucijada. Democracia, poder y herencia neoconservadora", esta cita puede ser reveladora:
"La administración Bush sostenía que, en una era de terroristas dotados de armas nucleares, la distinción entre anticipación y prevención estaba desfasada: había que ampliar la restrictiva definición del primer concepto. En el futuro, Estados Unidos consideraría necesario actuar en el seno de otros Estados para crear unas condiciones políticas que previnieran el terrorismo. Por tanto, rechazaba nociones westfalianas de la necesidad de respetar la soberanía de los países y trabajar con los gobiernos existentes, y de modo aceptaba tácitamente tanto la premisa de los neoconservadores sobre la importancia de los regímenes como las justificaciones de las intervenciones humanitarias emprendidas durante los noventa" (Pp. 93-94).
Más adelante este mismo autor señala que a eso se le llama también "desarrollo del poder blando" y ya que de citas largas se trata para "adornar" este texto incidental va lo que sigue:
"Si Estados Unidos pretende fomentar el desarrollo político y económico, debe no sólo reformular el concepto de desarrollo tomando en cuenta la cuestión de las instituciones, sino también reformular aquellos departamentos y organismos estadounidenses que tienen como fin propiciar el desarrollo y proyectar el "poder blando" del país. Joseph Nye, profesor y exfuncionario de la administración Clinton, acuñó ese término para describir la capacidad de conseguir los objetivos buscados valiéndose de la atracción positiva que ejercen los propios valores y la propia sociedad norteamericana, en lugar de mediante la coerción militar y económica. No es una definición del todo adecuada para abarcar el tipo de instituciones en cuestión; los receptores de ayuda, por ejemplo, a menudo ven como una coerción las condiciones de los préstamos concedidos por las agencias de desarrollo. No obstante, se trata de una etiqueta útil para organismos como el Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), la Corporación de los Desafíos del Milenio y las diversas entidades de comunicación y fomento de la democracia que pretenden configurar la política global por medios no militares" (Fukuyama, obra citada, 2007, Pp. 156-157).
Ese viene a ser el contexto teórico en el que se desenvuelve la élite de la opositora en Venezuela, pero hay quienes no entienden nada de eso, sino que convirtieron la vaina en un negocio muy rentable, donde lo que importa es como decía Alexander Freites-Pulido en un personaje del programa humorístico de televisión "Radio Rochela" "¿Cuánto hay pa´eso?". Entonces, ¿cómo aproximarnos a ese proceso en el contexto actual de los diálogos gobierno-oposición que se desarrollan por esos mundos nórdicos de Dios?
II
La transición y la paz en Venezuela desata los nudos de un conjunto de implicaciones prácticas y también un proceso arduo de "realismo político", sin embargo los posicionamientos ideológicos de la teoría de la susodicha transición comporta la necesidad de comprender sus expresiones en la cotidianidad del ciudadano y la institucionalidad del país; como fuere, la verdad es que hay quienes se preparan para un "cambio de régimen" y piden justicia contra quienes los dirigentes actuales de la "Revolución Bolivariana" y aun los simpatizantes: "deben ser juzgados", arguyen, "por ser responsables de la violación masiva de derechos humanos", porque la justicia transicional no es validar la impunidad, también se ha oído decir.
En concreto el periodista José Luis Yépez-Rodríguez ("En Contacto", Promar tv), es quien últimamente ha entrevistado abogados como el Dr. Ramón Duque Corredor, Dra. Nelly Cuenca de Ramírez y a una socióloga de la ONG Transparencia Venezuela. Así ha abordado esta cuestión e informa de los eventos que organizan en universidades u otros espacios para difundir tal propuesta política-ideológica de gran tronío; todos en última instancia son actores de esa trama dilemático que en el plano ético viene a ser la opción Nación-Imperio, son una especie de extensión de los agentes de la estrategia política norteamericana. Afirman querer la paz para Venezuela, sin embargo, aunque son acusados por los "radicales" como negociantes o caza-renta (Dr. Felipe Pérez-Martí, dixit) y "colaboracionistas con el régimen"; lo que no deja de ser cierto es que también muchos de ellos están "Contando los polos antes de nacer", ¿sobre cuáles fortalezas de sus organizaciones políticas y tendencias generales de la sociedad venezolana en general fundamentan la supuesta inevitabilidad de la transición? ¿El gobierno está débil y negocia para que sus líderes salven el pellejo o, al contrario, aún tiene fortalezas en su aparato electoral como para ir a las elecciones parlamentarias? ¿Tiene o no el chavismo y sus aliados amplio respaldo popular?
Veamos algunos de esos aspectos, pues como hemos dicho ya algunos creen a pie juntillas que el "Interino", cuyo héroe es un tal "Páez" nacido en Barinas y no en Curpa, estado Portuguesa, terminará con la usurpación, habrá "elecciones libres" y volverá "La Gran Venezuela", cuando éramos felices y no lo sabíamos (uno supone tendenciosamente que el cesa de la usurpación de que habla "Juanito Alimaña", como lo nombra Diosdado Cabello, será la de él, o sea Juan G, pues es su mantra); dizque Venezuela tiene una oposición desunida según Pompeo pero aquí le han respondido que no, más bien JG la ha unido (Colette Capriles, dixit).
Creen, incluso, que la "transición" ya empezó (diálogos de Oslo, apropiación de activos de la filial de PDVSA en USA y toma de algunas sedes de embajadas, cobro ilegal de recursos financieros) y tal efecto la Asamblea Nacional (AN en desacato) va legislando en ese sentido. Por ejemplo, con su ley de amnistía (para militares y empleados públicos e una eventual sublevación) y sólo falta una "soñada" operación militar que "extraiga", como en Panamá 1989, y sin importar la masacre del Barrio El Chorrillo, a los líderes del Gobierno Bolivariano (el presidente Maduro, Diosdado y los hermanos Rodríguez, sobre todo, así lo dijo en una exposición en la Universidad Fermín Toro la abogada Cuenca de Ramírez).
En un contexto como el de Venezuela en los días que corren, (donde según la oposición no tiene ninguna responsabilidad porque son unos niños de pecho y nunca han puesto en práctica la llamada "salida" con sus marchas sin retorno, performance terrorista o guarimbas); sostienen, pues, esos ilustrados ciudadanos que la justicia de transición es una necesidad, "porque esto pronto va a caer", se dan ánimo. Así, pues, de acuerdo con unos apresurados apuntes que tomamos recientemente de una intervención no menos apurada desarrollada por un "sabio" que destila tirria por el chavismo en un evento supuestamente académico, por cierto, donde dominó más el sesgo ideológico opositor que la "ciencia jurídica" de fundamento positivista y neutralidad valorativa; esa tal justicia transicional dizque se ha aplicado en muchos países de Latinoamérica cuando los conflictos trancaron, como se dice, el juego político normal en democracia. O constituye un recurso jurídico-político para volver a la democracia.
Para llevar a cabo la justicia transicional, adujo el ponente se supone que los actores políticos y sociales lleguen a acuerdos "reparatorios", el arrepentimiento y el perdón, creación y desarrollo de procesos educativos formales e informales para la cultura de paz, establecer procesos de conciliación para restañar heridas, evaluar cómo un Estado o un particular produjo agresiones masivas a los derechos humanos, además de establecer la memoria histórica (volúmenes de evidencias de las violaciones de los derechos humanos o daños irreparables a la población civil por parte de las fuerzas militares o civiles mismas en armas, caso de paramilitares y/o guerrilleros, como sería el caso de Colombia en la actualidad); y supone, finalmente, prever que no se vuelvan a cometer esos atroces crímenes. Eso, en la práctica, sigue una dinámica compleja, se entiende, con avances y retroceso que duran años. No es soplar y hacer botellas.
Según el Dr. Ramón Duque Corredor, que fue uno de los ponentes referidos, eso sería lo que presuntamente sugirió la señora Michelle Bachelet, de la ONU, para Venezuela actualmente. En efecto, comentó ese exmagistrado que ahora es un promotor de ese tipo de justicia que esto constituye un área académica de especialización y por eso sus cuestiones específicas serán ampliadas con un Diplomado de 170 horas en Justicia Transicional, mediante un convenio interinstitucional entre la UCLA, UFT, UNY (he ahí el detalle, como dice Cantinflas; perdón, ahí está el negocio cobrado en dólares o sus equivalente en moneda nacional) y esa es parte la "preparación" que desarrollan estos jurisconsultos mientras esperan un cambio de régimen en Venezuela.
Así van contando los pollos de "la parada" que están jugando y han jugado antes con su salida con ciertos militares felones al distribuidor La Florida, cerca de la base militar de La Carlota, dice uno al oír a estos señores desde una perspectiva crítica, aun padeciendo todos los rigores de las sanciones del gobierno de Washington a Venezuela, cuyo gobierno dicho sea de paso no se va a rendir, aunque para sorpresa de unos y otros tenga representantes en Oslo, Noruega.
La verdad que es duro oír a esa gente con su ciencia abstrusa, qué digo "ciencia" más bien oír su ideología obtusa, pitiyanqui, ante cuyos amos poderosos se arrodillan obedientes; pero hay cosas de las que conviene uno enterarse, aunque se tenga que firmar listas de asistencia que uno no sabe para qué las van a usar posteriormente, dejar el número de teléfono, correo electrónico y hasta dejarse fotografiar sonriendo; no vayan a sospechar que uno sea chavista y lo tiren luego a la jauría y termine uno convertido en una víctima más de la violación masiva de los derechos humanos por esos particulares, porque de triunfar la derecha en Venezuela se impondría un amplio control social, persecución, muerto o exilio a buena parte de la población; sobre todo si hay sinceridad en esa consigna de: "Leales siempre, traidores nunca".
III
En fin, la cosa es que recientemente estuvimos en el auditorio Dr. Raúl Quero Silva de la Universidad Fermín Toro (UFT), Sede El Ujano de Barquisimeto, donde se desarrolló el Simposio: "Justicia Transicional para la Paz", tema polémico en sí mismo como ya hemos dicho y más aún debido al enfoque simplista allí planteado por viejos abogados de gran relevancia en la llamada IV República porque fueron docentes de universidades públicas relevantes, Magistrados de la Corte Suprema de Justicia o miembros de grandes bufetes blancos, verdes y hasta rojos, aunque dizque no rojos rojitos, según contó Jorge Rosell.
En fin, toda una pléyade de gente que siempre quiere hablar apoyado en su amplia experiencia, si bien para caer de continuo en la famosa falacia de autoridad, o lo que es lo mismo: disertar dejando inmensas lagunas porque no dejan espacio para la discusión o aclaración de dudas, sino que discurren "doctamente" con el garrote de los que saben de lo hablan, al modo de los sabios; ante los cuales no hay, sino que inclinar la cabeza porque el Sol de la Justicia los cubre con su luminosidad. Además, andan siempre apurados.
Apurados, sí, se notaban ahí. Será para correr a buscar los dólares que seguro reciben de alguna ONG, parapeto de la NED-USA, promocionando la democracia liberal supuestamente ansiada por todos los pueblos porque aquí nadie da puntada sin dedal, pensamos. De lo contrario sería creer que son unos ingenuos filántropos que andan con su circo ambulante, sus cuerdas y fauna de elefantes y enanos, porque ¡qué va, aquí cada quien hala la braza para su sardina! No hay almuerzos gratis, dicen en Inglaterra, según el amigo Luigino Rizzotto, ni tampoco conferencia o simposio gratis, sino que en "En río revuelto, ganancia de pescadores".
En realidad, llegaban o salían precipitadamente (no a cobrar dólares, eso seguramente ya lo habían hecho) sino a exponer la misma burda presentación en otra parte (la Universidad Yacambú, al parecer), allá y aquí tenían su púbico cautivo compuesto por alumnos de los primeros semestres de carreras como Derecho o público en general dispuestos sólo a oír, no contradecir y discutir. ¡Cuando en mis tiempos! Donde los fundamental de un foro o simposio era la discusión, así es que es buena la cosa. Ya vemos que ahora no es así; y eso que el actual Vicerrector Académico de la Universidad Fermín Toro, dizque fue un antiguo "cabeza caliente de la guerrilla izquierdista" en la década de 1970 e hizo dos doctorados en Francia por los años de 1980 (¿o no será más bien un DEA y Doctorado?), pero al parecer no quieren una comunidad crítica sino obediente, no desarrollar criterios científicos, con buenos argumentos racionales sino correligionarios políticos de la derecha.
Así, por ejemplo, una ponente cristiana evangélica fundamentalista al abordar las experiencias de transiciones políticas en América Latina empezó por Chile (1973-1990) y no le pareció mejor argumento que acusar al malogrado presidente Salvador Allende de ser el responsable de que los militares irrumpieran y bombardearan el Palacio de La Monedad, todo porque la "coalición marxista" llamada "Unidad Popular" o "Vía Chilena al Socialismo" produjo un "caos económico y social" (igual que la Revolución Bolivariana en Venezuela, adujo) por las nacionalizaciones de empresas, la expropiación de tierras (cualquier parecido con la realidad venezolana actual, decía constantemente, es pura coincidencia); y la utilización de la violencia masiva contra el parlamento inicialmente para que este cuerpo legislativo reconociera el triunfo de Allende frente a Alessandri, a quien superó por sólo 1. 34 %, haciendo a un lado el Estatuto de Garantías Constitucionales que ya había firmado (así como en Venezuela existen los "Colectivos" al servicio del régimen chavista-madurista, dijo esa señora que requiere urgentemente de un psiquiatra, tiene muchos lapsus calami).
Allí en Chile, para esta abogada, no hubo influencia externa, principalmente de Estados Unidos de Norte América a través de la Embajada para afectar la economía chilena, sino que era natural una reacción de los militares institucionalistas. Así, Pinochet se vio obligado a actuar y salir de la crisis, pero que como en la Biblia "eliminó a los enemigos de la patria"; es decir, a los comunistas y se produjeron las violaciones masivas de los derechos humanos, reconoció.
La democracia cristiana no supo actuar, fue débil con Allende-comunista-violento y luego convertido en líder heroico por "sugerencia de Fidel Castro" (como se puede comprender esa señora ponente es un compendio de prejuicios), la democracia social cristiana respaldó a los militares primero y después se distancia hasta alcanzar los acuerdos de la transición en 1990 (porque ya no podía mantener a flote la economía que decreció 72 % y produjo un desempleo por el orden del 20 %), vinieron de inmediato elecciones que gana Patrio Aylwin; pero tales acuerdos supusieron, sostuvo Cuenca-Ramírez, que la Concertación reconociera la vigencia de la Constitución chilena de 1980 que reservaba la jefatura del Ejército a Pinochet.
IV
La conclusión es que las transiciones políticas se hacen de forma pacífica y mediante acuerdos básicos entre los sectores democráticos y los regímenes políticos-militares imperantes; pero en Venezuela "los radicales" acusan de "colaboracionistas" a quienes proponen y participan de los diálogos gobierno bolivariano-oposición en Oslo, Noruega. Será porque no son ellos los que van sino los altos jerarcas.
La propuesta de justicia transicional para la paz en Venezuela es un tema polémico pero digno de ser estudiado desde diversas perspectivas hasta alcanzar algún consenso, más allá de oír meramente a los supuestos expertos, por cierto bastante sesgados con la opción que llaman de los "Sectores democráticos" pero que no votaron ni a la Asamblea Nacional Constituyente o para presidente de la república mientras esté en el CNE la actual directiva, dicen ellos que tales procesos fueron ilegítimos; se oponen decididamente a la descabellada propuesta del autoproclamdo acerca de que el Comando Sur de Estados Unidos venga con sus "Marines" a hacerles el trabajo político que los afanados guarimberos de Voluntad Popular y demás "libertadores" no pueden hacer, acusan a los dialogantes de "colaboracionistas".
Aludió también la supuesta transición de Brasil, país que después de 21 años de dictadura entre 1985 y 1990 con José Sarney, el llamado presidente de la transición democrática, luego abordó el mismo asunto en Panamá en 1989 donde por una intervención militar norteamericana de tipo "quirúrgico" en palabras de la referida abogada "extrajo" a un presidente vinculado al narco tráfico y hoy este es un país de "amplio desarrollo económico" con una economía dolarizada. Olvidó, sin embargo, referir las experiencias de Honduras, El Salvador, Guatemala, Argentina u otras donde sí hubo comisiones de la verdad luego de los acuerdos de paz, ¿por qué sería? ¿Le faltó tiempo o fueron procesos menos ejemplares?
V
El referido simposio fue organizado por el denominado "Frente Constitucional", el Centro de Resolución de Conflictos del Colegio de Abogados del Estado Lara y paralelamente según se informó allí se instaló también a esas mismas horas de la mañana del 7 de junio del corriente 2019, en la Universidad Yacambú (UNY), Urbanización La Mora I Cabudare, la popular "Sede Vieja", se supone porque hacia allá mudó todo lo atinente a investigación y postgrado. Aunque dizque auspiciaban igualmente el evento el resto de las universidades públicas como la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA), la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL-IPB) y no sé si también la Universidad Nacional Politécnica Experimental Antonio José de Sucre (UNEXPO).
En las universidades públicas ya no se dan foros como los anteriores u otros más académicos, porque con tan poca matrícula la discusión sobre los grandes problemas nacionales brilla por su ausencia, de tal suerte que desde este punto de vista las universidades públicas de Barquisimeto callan muy dignas frente a la crisis actual del país; claro, sólo algunos profesores y empleados van a concentraciones o marchas, por cierto muy escuálidas por la poca convocatoria; en cambio, las dos universidades privadas asentadas en la ciudad, van tomando la delantera. Así añoramos la confrontación de puntos de vista e ideas que hasta hace poco tenían lugar en universidades públicas, que en realidad eran un hervidero de ideas o corrientes ideológicas, hoy padecen prácticamente el síndrome del nido vacío.
Por cierto, tal vez no esté mal señalar finalmente que la universidad pública y privada en Venezuela requiere fortalecer las bases jurídicas del sistema democrático, con instituciones que generen confianza, que sus instituciones y procesos garanticen la integridad del proceso electoral (y no sólo cuando ganen los candidatos de la oposición), donde los gobernantes tengan legitimidad de origen y haya en general garantía de protección de los derechos humanos (sin agresiones externas por bloqueo de las cuentas de la república y expropiación de activos), expresados en los campos de la libertad civil, social e individual, derechos económicos, culturales y sociales; todos los ponentes manifestaron estar muy seguros que en Venezuela se está produciendo una transición y que debe seguir siendo pacífica y democrática; en cambio, acusaron a sus demás compañero de la oposición "radical" de que los acusan de colaboracionistas. Será porque no quieren la justicia y la paz para Venezuela, están entrampados e ideologizados. Quien los desideologice, bien pacificador será…