Hablemos de ideologización

El Proyecto de Ley Orgánica de Educación, Ploe, presentado para su discusión en la Asamblea Nacional por la Comisión Permanente de Educación, Cultura, Deportes y Recreación, ha encontrado no pocos detractores y defensores en el trayecto recorrido hasta ahora. No es para menos. Una materia tan sensible como esta no será de fácil digestión para la oposición venezolana.

Que se diga, por ejemplo, que el Estado tiene la obligación de velar por "el obligatorio cumplimiento de la educación en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador", tiene que sacar de sus casillas a aquellos que descolgaron con frenesí el cuadro del Padre de la Patria del Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, en una fecha que ya no quisiéramos recordar más. No entendemos a quién ofenden los idearios bolivarianos de libertad, equidad, integración, que permitieron que cinco naciones latinoamericanas rescataran su independencia hace dos siglos. Pero es así.

Se habla con terror de que el proyecto de ley en discusión, y el citado artículo en particular, permitirá que el Estado ejerza roles ideologizadores en la enseñanza venezolana. En otras palabras, los niños deberán conocer en profundidad el pensamiento de Simón Bolívar; tendrán que escudriñarlo para comprender cómo aquel oligarca terminó sus días en la más absoluta miseria; deberán devanarse los sesos para entender que un hombre que lo tuvo todo, decidió embarcarse en una aventura libertaria a lo largo del continente para echar de estos suelos al imperio español y pretender construir una sola patria.

Mientras McDonald’s hace eficientemente su trabajo de mercadeo y les transmite a los niños la idea de que serán felices si compran en sus tiendas su comida chatarra y los padres aceptan impotentes semejante trampa emocional, no ha habido problema. Aquí nadie ha levantado su voz de protesta para decir que Ronald McDonald es manipulador, alienante y estupidizante.

Tampoco nadie se ha quejado porque durante un siglo la industria del cine norteamericano nos presenta invariablemente dos caras de una moneda: de un lado ellos, los gringos, lindos, heroicos, blanquitos y buenos, y del otro lado, los malos, los feos, con cara de tercermundistas, árabes o latinos, en el infaltable rol de villanos. No hemos escuchado discusiones sobre esa forma de ideologización. Y lo es. Pero la mayoría consumidora de su producto manipulador lo acepta sin pataleo.

Nuestros medios, siempre presentes, transmiten casi al unísono un solo mensaje a toda hora, de todas las formas habidas y las que siguen inventando: "el chavismo amenaza tu libertad, tu propiedad, te quiere quitar lo tuyo". Tienen a toda una audiencia cautiva de su mensaje, que ronda los cuatro millones de víctimas, absolutamente sometida.

Van más allá aún: abierta o sutilmente, como quiera que sea, dejan siempre presente la idea de que "el chavista es tu enemigo y es tu responsabilidad acabar con él".

No sé cómo llamará la oposición a su descarada campaña nacional e internacional de descalificación y descrédito contra su propio país. Una sola ideología cabe en los espacios de los medios venezolanos: el antichavismo puro y simple, a rabiar, a muerte. Es oportuno el momento, entonces, y lo celebramos, de que comencemos a discutir sobre ideologización.


Mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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