La propiedad es: ¿un derecho natural?

El camarada anarquista Pierre Joseph Proudhon escribió un libro interesantísimo y digno de leer por políticos, economistas y bien comentado por el camarada Marx, que se intitula “¿Qué es la propiedad?”. Su definición fue concreta y precisa: un robo. Reflexionemos, sin distingos de ideologías, para descubrir si es verdad o es mentira lo dicho por Proudhon.

 Busquemos la definición más acertada de propiedad. Por ésta se entiende: una manera de apropiación de los bienes materiales, históricamente condicionada, en la cual se manifiestan las relaciones entre las personas en el proceso de la producción social. La propiedad tiene que ver con el modo de producción imperante en un determinado período de la historia. En el capitalismo, por ejemplo, la propiedad pone de manifiesto el carácter o posición de las clases sociales. Si esas cosas son negadas por una persona es porque ésta no quiere reconocer la verdad y se vale de la mentira para engañar a otros y cautivar incautos en su favor.

 Ahora, busquemos la definición de modo de producción. Por éste se entiende las formas de conseguir los medios de subsistencia indispensables para la vida humana y para el desarrollo socioeconómico. Todo modo de producción tiene una base y una superestructura. Por la primera se entiende el conjunto de las relaciones de producción que conforman la estructura económica de la sociedad. Por la segunda se entiende el conjunto de las ideas (jurídicas, políticas, morales, estéticas, religiosas y filosóficas), organizaciones e instituciones (Estado, gobierno, tribunales, asamblea legislativa, sindicatos y otras).

 Y, por último busquemos la definición de clase si queremos llegar felizmente a la verdad sobre propiedad. Lenin ha sido quien mejor ha definido el concepto de clase social. Nos dice: “Las clases son grandes grupos de hombres (agreguemos también mujeres) que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en gran parte), por el papel que desempeñan en la orgaización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen…”. Y agrega el camarada Lenin: “… Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”.

 El camarada Engels escribió un libro científico e irrefutable que se titula: “Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, donde encontramos una riqueza de argumentos sobre, entre otras cosas, la materia que estamos tratando: la propiedad.

 Todas las ciencias han demostrado, sin un error posible, que el hombre y la mujer son frutos de la propia madre naturaleza y, fundamentalmente, del reino animal. Es mentira que los primeros habitantes en la Tierra se hayan llamado Adán y Eva. ¿Qué nos hace decir esa verdad? Los primeros habitantes del planeta no sabían hablar, no conocían el lenguaje y, por lo tanto, no estaban en capacidad de ponerse nombres. El desarrollo del cerebro y el nacimiento del lenguaje se deben, principalmente, a las manos, incluso reconocido no sólo por Anaxágoras sino, especialmente, por Tomás de Aquino, eminente teólogo dominico cuya filosofía, hubo una época, que fue aceptada como la única verdadera del catolicismo. Además, el Papa Juan Pablo II reconoció que Dios no hizo al ser humano.

 Hubo un tiempo, unos cuantos años después del nacimiento del ser humano, en que éste no pudo escribir nada sobre su historia. Nada podía saber de derechos y, mucho menos, jurídicos. Los primeros habitantes no podían tener ningún criterio de propiedad y, muchísimo menos, privada. Eso nos ratifica la verdad que nunca fue la propiedad privada un derecho natural ni siquiera en el reino animal, porque los animales destruyen  espacios naturales sin volver a construir nada sobre las ruinas que dejan a su paso. Con el desarrollo del cerebro y del lenguaje, los miembros de la comunidad primitiva todo lo entendían como propiedad de todos, es decir, social y no privada. Nos dice el camarada Engels y que salga alguien y lo refute con argumentos valederos para que se gane el Primio Nobel de la Verdad, lo siguiente en el libro anteriormente mencionado sobre el período del salvajismo en su estadio inferior: “… Infancia del género humano. Los hombres permanecían aún en los bosques tropicales o subtropicales y vivían, por lo menos parcialmente, en los árboles; ésta es la única explicación de que pudieran continuar existiendo entre grandes fieras salvajes. Los frutos, las nueces y las raíces servían de alimento; el principal progreso de esta época es la formación del lenguaje articulado…”. Y en “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, el camarada Engels, nos señala: “… La primitiva propiedad comunal de la tierra correspondía, por un lado, a un estado de desarrollo de los hombres en el que el horizonte de éstos quedaba limitado, por lo general, a las cosas más inmediatas, y presuponía, por otro lado, cierto excedente de tierras libres, que ofrecía cierto margen para neutralizar los posibles resultados adversos de esta economía primitiva. Al agotarse el excedente de tierras libres, comenzó la decadencia de la propiedad comunal. Todas las formas más elevadas de producción que vinieron después condujeron a la división de la población en clases diferentes, y, por tanto,  al antagonismo entre las clases dominantes y las clases oprimidas…”. ¿De dónde sacan, entonces, los ideólogos del capitalismo, que la propiedad privada ha sido siempre o alguna vez un derecho natural del ser humano?

 Las cosas que se dicen anteriormente es necesario conocerlas, porque ya empezó una campaña sistemática de todos los precandidatos de la Mesa de la Unidad (MUD) sobre la defensa de la propiedad privada como un derecho natural del ser humano y, al mismo tiempo, un ataque consumado contra el comunismo como el más feroz negador de los derechos naturales del ser humano. Incluso, han dicho que “sin propiedad no puede haber libertad”. Se supone, que habla es de la propiedad privada y no de la propiedad social sobre los medios de producción.

 Hemos vuelto a esa época en que el imperialismo y, especialmente, el estadounidense hacen uso de esas viejas consignas que alentaron conciencias contra el comunismo, poniendo a éste como el monstruo de mil cabezas que no sólo devora y arrasa con los derechos humanos sino, fundametalmente, como una fiera que se come a sus propios hijos e hijas, que se nutre de la sangre de quienes le adversan, que reprime a los demócratas y extermina a todos los que aspiran vivir en libertad y que es, precisamente, esa libertad que necesitan los capitalistas para seguir expoliando el trabajo y la riqueza ajenas. Los ideólogos del capitalismo jamás le van a decir al pueblo que son la propiedad privada y el Estado que se fudamenta en ella, las principales causas de las grandes injusticias y desigualdades que caracterizan, mayoritariamente, a este mundo capitalista.

 Sepa el mundo entero o, mejor dicho, antes que el mismo proletario lo sabe perfectamente la burguesía que todo río que se tuerce, mientras exista la lluvia o no lo haga desaparecer los depredadores de la naturaleza, vuelve un día a buscar su cauce original y lo mismo hacela gente, lo dice un vallenato, buscando su felicidad; es decir, el género humano no nació bajo el mando de ninguna propiedad privada como derecho natural de la persona.  No, los medios deproducción que creó ese inicial género humano era propiedad de todos (social) y, por lo tanto, el porvenir lo orienta (haciendo uso de alta tecnología, ciencias desarrolladas y una elevadísima organización social del trabajo en una cultura y un arte universales) a buscar nuevamente la propiedad social como la fuente más segura de lograr la redención del género humano para que nunca existan las clases sociales, el Estado, la propiedad privada de los medios de producción ni explotación del ser humano por otro ser humano. ¿Cuándo se logrará eso? Cuando el comunismo sea una completa realidad en elmundo entero.



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Freddy Yépez


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