Ese morral es mío

Las lágrimas y la voz quebrada de Adán Chávez en el momento de la despedida física de nuestro comandante poeta Hugo Chávez, a propósito de la asunción del compromiso de seguir cargando el morral que una vez llevara el presidente poeta y que en juramento anterior entre los hermanos Adán y Hugo se comprometieran a cargar, cualquiera que sobreviviera al otro; me quebró de la misma manera en que le ocurrió a la sensibilidad de todo el país noble.

Claros estamos en que hay mínimos componentes del país que militan en la oposición fascista venezolana que no quieren cargar este morral porque ya están extraviados en la maldad y en la violencia estructural de sus almas al extremo de celebrar y dar vivas al cáncer y que anhelan aferrarse a cualquier objeto contundente o arma de fuego para asesinar y golpear venezolanos.

Pero hay un país que ama y trabaja cotidiana y sistemáticamente por la paz y el amor asumiendo el socialismo chavista como razón y objeto de vida y que como expresión de la profundización de una clara conciencia política dirime sus diferencias y contradicciones en el contexto de la paz y el respeto al otro. Yo soy de allí, aquí pertenezco, en esa manera de ser por la paz y el amor milito yo, porque esa militancia se llama chavismo y hace del amor su táctica y su estrategia. Por ello soy , por ello estoy.

Contó Adán de su compromiso con Hugo, esa linda manera de nombrar a nuestro comandante, nos habló de un morral del que emergen los arcoiris a través de sus costuras o más bien podría decirse que ese morral está cocido con hilos de arcoiris por donde camina el pueblo hacia la construcción definitiva del socialismo chavista.

Es un enorme morral, Adán, de un peso incalculable, porque en el está contenido todo un continente mestizo, y acomodadito en ese mágico morral están guardados, en pleno proceso y desarrollo, todos los sueños del pueblo venezolano en ejercicio del paradigma chavista que constituye la esperanza de los pueblos del mundo por vivir, construir y disfrutar de la libertad.

Es un morral grande Adán, en el puede verse la boina y el brazalete tricolor del pueblo y de Chávez. Hasta nubes emergen por sus fisuras, porque el morral del presidente poeta es y tiene que ser inmenso; tendrá y tiene que ser infinito e irreductible.

Pero te veo cómodo Adán, no miro sudor en tu frente como expresión de fatiga o agotamiento, por el contrario, veo clara tu sonrisa abrazada a tus lágrimas. Nunca fue más definitoria la alegría y la esperanza abriéndose paso entre el brillo cegador de las lágrimas de la tristeza.

Vas cómodo Adán, porque aunque el encargo fue para ti, lo hemos asumido todos contigo, y cuando el comandante poeta te dio la tarea, todos en los distintos seis puntos cardinales de la república y del alma asumimos el encargo como la definitiva responsabilidad del para siempre. Por ello a tu lado camina Nicolás y Cilia y Jorge Arreaza y Elías y Diosdado y Cóssimo Mandrillo y Armando Ramos y Manuel Coa y Morella Barreto y Félix Roque y Roberto Duque y Wilian Núñez y Miguel Márquez y Horangel López y Marelys Pérez y Robert Álvarez y Robert Moreno y Jesús Mendoza y Olvido y Akarantair y Marco Vinicio y Leo y Aguacero y Norllys y Yelitze Santaella y Maicavares y Vicente y Beltrán Trujillo y Pedro Muñoz y el pelón Hurtado y la curruca y Yulimar Reyes y Víctor Rojas y Gonzalo Jaurena y Sergio Rodríguez y pilito y Jorge Baptista y los ocho mártires que perecieron víctimas de los malvados de la oposición fascista venezolana.

Vas cómodo Adán, porque un río interminable de pueblo bueno carga contigo ese morral luminoso, por ello te veo sereno una vez dominado el método Mariana, aunque creo que este método sólo funciona a ratos pues al ver al comandante en las imágenes televisivas, al oírlo, Mariana se convierte en una linda niña de Barinas, deja de ser método y se nos viene desde los ojos todos los aguaceros del alma triste.

Todos nosotros, todo un pueblo carga el morral de Adán y de Hugo, todo un pueblo carga el morral del pueblo, todo un pueblo entona el himno de los blindados y carga mi morral y el de mi vecino porque es el morral de los sueños y la lealtad.

Puedes estar tranquilo Adán, desde todos lados se levantan las manos y desde el barro y el rocío y desde la lluvia y la alborada y desde los crepúsculos y las lunas crecientes y en los menguantes esta la energía de Venezuela que junto a ti y contigo cargaremos el morral para que sea posible la continuidad de la patria buena.


miguelmendozabarreto@gmail.com


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Miguel Mendoza Barreto


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