Luego de la sangrienta Guerra Civil en Rusia, el Imperio zarista tiene sus años contados, la Revolución Bolchevique, de ideología marxista, transforma a la nación, por primera vez en la historia universal, el proletariado iba a gobernar en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El estalinismo se impone y agrega el leninismo. Al final de la Gran Guerra, se crea la Sociedad de Naciones, instancia que pretende evitar que futuros conflictos arrojen saldos como en aquella conflagración. Se iniciaba una década en la que Alemania que había pretendido imponer un sistema de estabilidad democrática en la República de Weimar, bajo el mando de Paul von Hindenburg como presidente vitalicio. Lo peor estaba por llegar y la crisis financiera asfixia dichas pretensiones ante las onerosas condiciones del Tratado de Versalles.
En Francia la situación no era mejor, el descontento social se traducía en una permanente inestabilidad política. Estados Unidos de Norteamérica (USA), que venía de un sostenido desarrollo económico se va en picada, una espiral inflacionaria la sumerge en la Gran Depresión. El Imperio de Japón se extendí en Asia apoderándose de Corea, anexionándose otras regiones de China y ocupaba las colonias alemanas en el Pacífico. Década de dictaduras al sur de Europa, Mussolini en Italia, Salazar en Portugal, Primo de Rivera en España, Alejandro I en Yugoslavia; mientras la Gran Depresión o Crisis del 29, convierte en añicos la economía mundial, prolongándose por una década más, era el desenlace de la IIGM. En aquellos años que van del 1º de enero de 1920 al 31 de diciembre de 1929, y se extiende hasta el primer lustro de 1945, somete con sus propias peculiaridades a los países en aquella crisis del desestabilizado orden mundial.
En el siglo actual se toma como paradigma a la Gran Depresión que se originó en EEUU, a raíz de la caída de la bolsa del 29 de octubre de 1929, para demostrarnos hasta dónde puede conducir el grave deterioro económico a escala mundial, ya que entonces esa chispa se disparó en la mayoría de los países del orbe, con efectos devastadores para las naciones ricas, postrando ante la inseguridad y la miseria, debido a la caída de la renta nacional, de los ingresos fiscales y los beneficios de las empresas y la producción. Los precios por las nubes, el comercio internacional en descenso, el desempleo en aumento, y ciudades enteras en todo el mundo gravemente afectadas, en especial las dependientes de la industria pesada y la construcción, que prácticamente se paralizó, igual que en muchas otras áreas de la producción y los servicios.
¿Qué nos deparará el Nuevo Orden Global?