Petro hace radiografía radical y profunda de la salud colombiana: es el robo del siglo

Recientemente la administración Trump anunció su intención de imponer tarifas adicionales del 25% sobre productos comercializados con EEUU, contra aquellos países que negocien crudos, gas y productos con Venezuela [Trump to hit Venezuelan oil buyers with tariff, extends Chevron's wind down | Reuters]. La misma será habilitada a partir del 02 de Abril.

En nuestra opinión y como veremos en lo adelante, al costo de producción actual de PDVSA, ese 25% de arancel contra países que comercialicen con EEUU de acceder a nuestros crudos, está diseñado para dejar en cero o marginal, las ganancias unitarias de nuestra industria. Es una medida finamente diseñada para impedir las operaciones y la producción propia, aunque facilitando las operaciones de las transnacionales norteamericanas en suelo Venezolano.

Ciertamente el volumen de producción actual de PDVSA es relativamente bajo; menos del 1%, comparado con el tamaño del mercado global. Ello atenúa su influencia en cuanto a precios internacionales del crudo. Pero cualquier disminución en los márgenes de costo y precio de nuestra cesta, afecta directamente los ya menguados ingresos de nuestra nación impactando la calidad y el nivel de vida de los más humildes y desposeídos.

Irónicamente, esta fragilidad se ha constituido en una amenaza innegable desde la llegada del madurismo, que se ha venido profundizando. Esta fragilidad es abiertamente explotada por EEUU con las sanciones. Nada han hecho desde PDVSA, ni desde el ministerio de hidrocarburos para blindarse.
El impacto de las tarifas del 25% sobre el precio de la cesta petrolera Venezolana no es directo, ya que estos aranceles no se aplican al petróleo venezolano en sí, sino al comercio total de los países que lo compren y serian cargados cuando interactúen con Estados Unidos. Sin embargo, su efecto se hará sentir sobre nuestras exportaciones al incluir en la ecuación la dinámica de oferta, demanda y descuentos en el mercado internacional.

La medida va de la mano con la no-tan-sorpresiva extensión de 60 días acordada desde la OFAC a las operaciones de Chevron en Venezuela, la cual cumple el doble propósito de continuar descontando deuda, mientras los crudos Venezolanos continúan siendo exportados a EEUU. Es en esencia una presión directa que busca asfixiar únicamente las operaciones propias de PDVSA y el resto de sus socios, mientras mantiene con vida la de las empresas estadounidenses. ¿Quién sería el erudito, que firmó los acuerdos de producción de las empresas mixtas, de tal forma que no obliga a estas a mantener sus operaciones, so pena de perderlo todo sin derecho a ser indemnizados?

Consecuencias

Como consecuencia directa, países como China, India podrían reducir sus compras para evitar el costo adicional del 25% en su comercio con EEUU. Si bien el volumen de crudo venezolano que va directamente a estados unidos es mínimo, el comercio global de estos países con EEUU es significativo y por lo tanto no se arriesgarían a ser pechadas con un 25% de arancel, a menos que PDVSA les compense dichos costos en forma de descuentos.

China por ejemplo, exportó bienes por valor de unos $600.000 millones a EEUU durante 2024, mientras que India unos $120.000 millones. Un arancel del 25% sobre dichas cifras sería un golpe económico enorme que no podría ser absorbido con descuentos, ya que el volumen de crudo exportado no es considerable. Ello podría incentivar a dichas naciones a buscar rutas alternativas desde suplidores menos problematicos como Irán, Irak, Arabia Saudita, o Kuwait.

A partir de Q3’2024 el crudo ha venido mostrando una creciente debilidad de precios a pesar de los recortes de producción puestos en práctica desde la OPEP a partir de 2022. Hasta el momento el precio del WTI apunta hacia los $69 pb. Si la demanda externa continúa mostrando debilidad, Venezuela podría verse obligada a ofrecer mayores descuentos para mantener a sus compradores actuales. Pero la realidad es que PDVSA no posee muchos grados de autonomía, ni flexibilidad financiera, operativa, ni estratégica. Actualmente, el crudo venezolano se vende con un descuento considerable respecto a referencias como el Brent o el WTI debido a la combinación de riesgo país [risk premium] y sanciones previas.

La combinación de sanciones y tarifas estimularía la compra desde especuladores furtivos y el trasegado en altamar. Este tipo de "compradores" tradicionalmente exige mayores descuentos. Es natural esperar que el precio promedio de nuestra cesta se deprima y aumente el diferencial, los descuentos y la prima de riesgo.

Actualmente el Merey se cotiza en cerca de $8 por debajo del WTI, el cual ronda actualmente los $69 pb, ubicando la cesta criolla hacia los $61 pb. Con el riesgo país y las tarifas, este diferencial podría ampliarse entre los $20 y $25 pb, llevando el precio de la cesta Venezolana hacia los $36 y $38 pb al momento, un nivel de precios en el entorno del costo de producción, el cual podría oscilar entre los $33 a $36 pb. Ello en principio impediría a PDVSA a otorgar descuentos adicionales.

De desencadenarse las sanciones y cristalizarse la retirada de Chevron, se complicaría el acceso a diluyentes, obligando a PDVSA a comprar en el mercado ocasional encareciendo en consecuencia dicho costo de producción y llevando el margen de nuestra cesta a saldos negativos.

Si antes de las tarifas nuestra cesta se ubicaba en $61 por barril, una reducción en la demanda podría empujar dichos precios drásticamente por debajo de los $36 pb, dependiendo de cuánto cedan los precios en las negociaciones con EEUU desde China, Rusia o India; por ejemplo, o de cuanto se expongan los especuladores furtivos. Pero ciertamente los grados de libertad de PDVSA se verán reducidos drásticamente. Aunque el impacto no será uniforme, ni inmediato, los márgenes sufrirán duramente.

Venezuela de hecho opera en un mercado sancionado desde antes de 2017, vendiendo sus crudos a través de intermediarios, en transacciones opacas, en un intento por evadir restricciones. Sus compradores seguramente exigirán mayores descuentos al entrar en vigor las tarifas. Países con poca o ninguna dependencia comercial con EEUU como Irán, Rusia, seguramente ignorarán las tarifas y mantendrán sus compras desde PDVSA e incluso apoyarán a triangular los crudos criollos en un mercado secundario, o sirviendo de señal fantasma para maquillar su origen.

Iluso o no, una de las pocas opciones que posee Venezuela y PDVSA, para salirle al paso a la presión de sanciones y aranceles de una vez por todas, es fortalecerse. Para ello debe mejorar sustancialmente sus costos, buscando dejar fuera de juego a ciertos competidores de la región, particular Guyana, Brasil y Colombia.

Einstein Millán Arcia: Asesor Petróleo y Gas "Upstream". Managing Director for Energy & Carbon Sequestration @ Fractal [https://fractal-software.com/ ]. Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979.



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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