Han comenzado desde hace rato, pero ahora es cuando va tomando cuerpo la estrategia oposicionista de justificar el golpe de Estado. Ya no es un movimiento imperceptible, encubierto, soterrado. Ahora ya han salido al ruedo abiertamente. Veamos algunos ejemplos solamente.
La semana pasada fueron reseñadas en Últimas Noticias unas declaraciones de Hermann Escarrá en las que sostenía que el presidente Chávez había dejado de cumplir con sus obligaciones, lo que configuraba un abandono del cargo. Nuestra –sí, nuestra, no de ellos- Constitución Bolivariana establece que es la Asamblea Nacional la que puede decidir si a la vista de ciertos supuestos se puede considerar que el presidente ha abandonado su cargo, lo que se traduce en una falta absoluta. La estrategia es evidente y refleja la importancia de las elecciones del 26-S.
Por otra parte, varios articulistas del diario El Universal han comenzado a machacar a los lectores con el artículo 350 de nuestra –otra vez, nuestra, porque nunca ha sido de ellos- constitución. Uno de ellos, Numa Frías Mileo, sostiene que “repetir que las elecciones son el paso necesario para la sanación del mal que sufre Venezuela, es mentirle al país. Los votos no son el despertador que marcará el fin de la pesadilla.” A lo cual le sigue el siguiente corolario: “¿Acaso los artículos 333 y 350 de la Carta Magna son inconstitucionales? […] ¿Están verificados los extremos requeridos para su aplicación? […] ¿No es la evasión la causa del letargo?” Todas preguntas retóricas, porque Frías Mileo ya tiene las respuestas…
Esta semana han sido Eugenio G. Martínez y Romer A. Romero-Martínez, también en El Universal, los que han seguido con la matriz. El primero de ellos, en un artículo titulado “¿Para qué votamos en Venezuela?” en el que ya deja adivinar sus intenciones, no hace más que descalificar las elecciones. Con un pretendido aire de neutralidad, Martínez termina afirmando que en Venezuela “la mayoría vota como rebaño, según el deseo del líder político de turno, […] se compran los votos con dinero público o baja amenaza de perder o ganar privilegios como ciudadanos” a la vez que “sólo se vota como requisito, pero no se respetan los resultados de los procesos electorales”.
Romero-Martínez -el guión que une los dos apellidos demuestra los sueños de nobleza y sangre azul del pobre hombre. ¿Sabrá que vivimos en un país libre, independiente, soberano?- titula su artículo así: “Inconstitucionalmente en dictadura”. ¿Y qué es lo primero que hace el señor? Pues citar una frase de Bolívar y, no faltaba más, el artículo 350 de NUESTRA –esta vez con mayúsculas, para que la cosa vaya quedando clara- constitución bolivariana. Más allá de los insultos y descalificativos a los que lamentablemente ya nos tienen acostumbrados estos “analistas”, la frase con la que remata el artículo es más que reveladora: “Ya es hora de que el pueblo desconozca el régimen dictatorial. ¡Lo ORDENA el 350!”
Todo esto es sólo una pequeña, pequeñísima, muestra de lo que los planes de la oposición para estos meses venideros. Que nadie se llame a engaño, esta gente se sabe perdida y tiene sus escenarios: ir a elecciones y si logran obtener la mayoría, buscar todas las vías para separar al presidente del cargo. Como eso es política, electoral y matemáticamente imposible, la estrategia entonces es gritar fraude una vez más y denunciar al gobierno en los organismos internacionales. Pero como esto tampoco tiene perspectivas de éxito, entre otras cosas porque tristemente para ellos y una vez más no tendrán pruebas, el otro escenario es no llegar a las elecciones, preparar el terreno para el golpe, justificarlo de mil y una maneras.
Por eso hay que estar muy atentos a lo que hacen. Estos locos –yo no tengo dudas, para mi están totalmente desquiciados- no dan puntada sin dedal. Así que a defender esta revolución con todo. Y el 26-S todos a votar por nuestros camaradas revolucionarios.
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