Tres meses después de una trágica confrontación que lleva 42 muertos, un montón de heridos, no tantos detenidos como debería y pérdidas materiales considerables, todavía no hay nadie que asuma la responsabilidad. Lo que sí es cierto es que todos hemos sido empujados a tomar partido, o bien por “ellos” o por “nosotros”, sin que uno tenga la certeza de quién está moviendo los hilos detrás de la maraña.
Aquí se queman universidades y de pronto sale un periódico, que antes tenía fama de creíble, a responsabilizar al Gobierno. Uno se pasma entonces al enterarse de que a la revolución que ha creado montones de universidades le ha dado ahora por quemarlas. Por otra parte, en la confusión pronominal en que vivimos, súbitamente nos hallamos defendiendo policías de las insólitas agresiones de que son víctimas por parte de quienes aparecen después ante los organismos internacionales diciendo lo contrario.
Hasta la semana pasada había 197 detenidos, de los cuales solo 14 eran estudiantes. Hoy no incluimos en la contabilidad a las decenas que fueron desalojadas de sus “campamentos libertarios” el jueves. Que el “movimiento estudiantil” cuente con tantos “no alumnos” entre su conglomerado es un poco raro. No tuvimos tiempo de enterarnos quiénes de los desalojados de sus carpas cargan, aparte de piedras, libros y cuadernos en sus morrales. La verdad es que eso es lo menos importante, porque no militamos en las filas de los pendejos que creen que lo que pasa es que unos jovencitos están ejerciendo su legítimo y hormonal derecho a la rebeldía. No nos caigamos a cuentos.
En esa disyuntiva en que nos encontramos, puestos a escoger entre ellos y nosotros, todavía no nos dicen quién está mandando a quemar los camiones de Pdvsa, autobuses con pasajeros, a asesinar dirigentes políticos y líderes regionales, a asaltar gandolas con comida, a incendiar vehículos oficiales, así sean las mismas patrullas por las que clamamos cuando necesitamos que nos cuiden. Estamos viviendo tiempos de terrorismo y no hay nadie con las bolas suficientes para decir que sí, que resulta que a ellos no les gusta este gobierno y han decidido quemar también al país, con nosotros dentro.
