Sólo un pequeño sector de los medios de comunicación social venezolanos y un sector de nuestra sociedad, están salvando el concepto del honor y el concepto de la Patria. En los altos medios, se vive de la sinuosidad, de la mentira y la lisonja. Más que necesario, es urgente contrarrestar a estas clases y hombres empeñados en mantener al país en un estancamiento moral y material.
Cuando un determinado conglomerado decide expresar su voluntad en las urnas electorales, está diciendo: “yo te elijo para que tu me representes durante cinco años como diputado (a) a la Asamblea Nacional, bajo el fundamento ideológico de esta corriente política que es de mi preferencia”. En este sentido, una vez juramentado el diputado o diputada, está obligado a cumplir el mandato de ese soberano, que lo eligió como su representante y de la corriente política respectiva. Caso contrario, estaría tergiversando, sesgando o cambiando la voluntad de quien lo eligió. Cabe significar, que se llega a una diputación amparado o cobijado bajo el manto de determinada organización política, por amiguismo, compadrazgo, por histrión político o por lo habilidoso en el arte de abordar “portaviones”, más que por condiciones personales e intelectuales; por supuesto, con sus reales y legítimas excepciones.
La Asamblea Nacional, templo de la legislación venezolana, es el sitio apetecido por aquellos que practican la picardía política de charco, donde los cuadres para el entreguismo inescrupuloso de la conciencia y venta del más avanzado intelectualismo y hasta el alquiler de los propios sentimientos, se convierten en la estrategia de algunos “representantes soberanos” que para el logro de sus propósitos malsanos, deciden en consecuencia, dar el “salto de talanquera“, declarándose independientes. Estos aprovechadores, ofenden y mancillan el valor, espíritu, propósito y razón del voto libre, directo, universal y secreto, que ha ejercido el pueblo soberano, que se siente defraudado, por cuanto les ha sido sesgada su voluntad.
Esta práctica desleal de dar el salto de talanquera, se ha observado en nuestro parlamento, trayendo como consecuencia que una representación política se debilite, corriendo el riesgo de perder la representatividad por mayoría, obtenida en buena lid en los comicios respectivos, lo cual conllevaría por otra parte, a que no se cuente con el voto para la aprobación de leyes para la consecución de las metas del proyecto político propuesto, amén de otras decisiones trascendentales que no prosperarían.
Los artículos 66 y 197 de nuestra Carta Magna. consagran la obligación de rendir cuentas públicas y transparentes anualmente a los electores, sobre su gestión de acuerdo con el programa presentado, atendiendo opiniones y sugerencias. Ahora bien, si el parlamentario o parlamentaria renuncia a su fracción saltando la talanquera, su cuenta y gestión no sería transparente, por cuanto no podrá hacerlo de acuerdo con el programa presentado; es decir, su gestión no estaría en consonancia con los ideales y principios de representación de sus electores y electoras. Deja de ser su legítimo representante. Debe revocarse su representación activándole un referéndum revocatorio.
El Salta Talanquera viola principios constitucionales como: la ética, valor superior constitucional (Artº 2) y la soberanía popular (Artº 3 y 5). Queda imposibilitado para: ejercer la representación y participación en asuntos públicos en nombre de los electores o electoras (Artº 62); rendir cuentas públicas al soberano (Artº 66); mantener vinculación permanente con los electores o electoras, ni atender sus opiniones y sugerencias (Artº 197); e incurre en falta a la responsabilidad que debe mantener ante electores o electoras y cuerpo legislativo (Artº 199).
Se debe blindar la representación del soberano, reformando el Reglamento Interior y de Debate de la Asamblea Nacional y al Art. 201 de la Constitución, agregar: “…Conservará la representación política que dio origen a su investidura como parlamentario o parlamentaria, hasta el final del período para el cual fue electo”. Fuera el salta talanquera. Y hasta la próxima, Si Dios quiere.
*Abogado-Periodista-Prof. Universitario-Locut
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