En las últimas semanas se ha hecho evidente el recrudecimiento de las invasiones a distintos terrenos ubicados en la ciudad de Maturín. Es obvio que no hay casualidad ni espontaneidad en tales intentos y por el contrario puede notarse que obedecen a un plan preconcebido para someter a la ciudad a un proceso de desestabilización que conduzca a las autoridades a tomar decisiones de alta conflictividad que tengan incidencia negativa en las candidaturas del chavismo para la Alcaldía y para los concejos municipales.
El laboratorio se ha montado de tal manera, que si llegado el caso, las autoridades respondiesen apoyando a alguno de los focos de invasión, de inmediato esto constituiría una razón para que los demás que están invadiendo generen dinámicas que colapsen la ciudad mediante cierre de calles y otras protestas que produzcan malestar en la población, y esto, en tiempos de confrontación electoral todos sabemos a que conduce.
Si por el contrario la respuesta de las autoridades fuere de rechazo a las pretensiones de los llamados invasores, entonces surgiría una ola de protestas y el inmediato apoyo y denuncia de los candidatos de la oposición quienes propiciarían conflictos y denunciarían al gobierno regional y al municipal de estar en contra del pueblo y de apoyar a los propietarios de los terrenos, lo que pudiera traer como consecuencia una posible afectación inconveniente para los candidatos del PSUV que pudiera beneficiar a los ya mencionados candidatos de oposición que como señala desde hace mucho el imaginario popular “cazarían en río revuelto”.
Sabido es por todo el país que el comandante Hugo Chávez puso en marcha el más hermoso y ambicioso plan de construcción de viviendas para el pueblo no sólo por la enorme cantidad ya construida y la aún más enorme por construir, sino que la belleza de este plan llamado MISIÓN VIVIENDA estriba también en la concepción de dignidad que involucra y lleva implícita tal asignación de viviendas a la ciudadanía.
Tan extraordinario plan en plena fase de desarrollo y sustentado en un masivo registro de interesados en todo el territorio nacional señala como pertinente esta vía para todo ciudadano que necesite una vivienda.
Debe quedar claro que no es mi intención impugnar las gestiones que cualquier ciudadano haga para obtener una vivienda. Por el contrario, mi planteamiento confronta e impugna es a quienes manipulando necesidades y aspiraciones de la gente, les utilizan para la aplicación de bastardas maquinaciones contra el gobierno bolivariano en la incansable tarea de la oposición venezolana por desarraigar al pueblo venezolano del ejercicio protagónico del gobierno.
Las invasiones, las colas reiteradas para comprar y el maligno corrillo que vocea una supuesta escasez de alimentos, son en este momento en Maturín el rostro político electoral de los intentos de desestabilización que propicia la oposición.
Quienes alientan tan deleznable plan, evidencian con ello el concepto de ciudad que quieren desarrollar y que no es otro que perfilar resolánicos cinturones de miseria que rodeen los enclaves metropolitanos donde arrojarían buena parte de una población a padecer la ausencia de servicios lo que como ya es sabido hasta la saciedad, crea de manera significativa condiciones para la desesperanza.
Quienes hoy alientan las invasiones, motivados por tan bastardos intereses quieren configurar una ciudad donde la desesperanza sea la manta que arrope los días del pueblo.
El pueblo no debe dejarse engañar por los traficantes de las consignas ni por los fascistas que trabajan cotidianamente para crear condiciones que fracturen a la revolución bolivariana. Estos son momentos en los cuales el pueblo debe expresar fidelidad y lealtad a si mismo, lo que puede graficarse de manera concreta en el apoyo al comandante Chávez y al presidente Maduro.
En el estado Monagas este apoyo del pueblo al proceso revolucionario bolivariano se traduce en el pleno compromiso con la victoria de los candidatos del PSUV como es el caso en Maturín de José Vicente Maicavares y en el pleno apoyo a la gobernadora Yelitze Santaella.