Hace varios años escribí que en Estados Unidos estaban dadas las condiciones para revueltas sociales y manifestaciones como el Caracazo. El gobierno norteamericano estaba al tanto de la situación y tenían previsto planes represivos. Pues bien, las manifestaciones en contra de Wall Street, que se iniciaron en el Distrito Financiero de Manhattan, se han extendido hacia otras ciudades, exigiendo ni más ni menos un cambio radical en el sistema financiero, es decir, quitarle los aparatos respiratorios al cuerpo sin vida del capitalismo. Para lograr tal fin, los manifestantes deben estar claro que no basta rezar. Lo curioso es que las manifestaciones permanecen en el tiempo contagiando todas las grandes ciudades infectadas con el neoliberalismo. Grecia, España, Portugal, Londres y ahora Estados Unidos. Cuando escribí de estas manifestaciones, me base en los argumentos de muchos analistas económicos que anunciaban una crisis sin precedentes y que demostraban como los Estados Unidos estaba en quiebra por el saqueo de una mafia financiera.
Lo que sucede es que estos temas, fueron ignorados por las grandes corporaciones mediáticas. Actualmente, en Estados Unidos existe una fuerte lucha para que los medios profundicen la noticia que genera el movimiento ¨Ocupemos Wall Street¨. Pero los medios no solo ignoran las manifestaciones, sino que subestiman sus causas, por ende, van a enfrentarse a una realidad más brutal. Las razones económicas de la crisis no están siendo atendidas, por el contrario, están agudizando el problema y es una política de Estado debido a que el gobierno es controlado desde el poder financiero que causó la crisis. En el año 2012, Estados Unidos será noticia, quizás se vean obligados a buscar millonarios y enfrentarlos a la justicia, o las manifestaciones serán más violentas. El próximo año es clave, porque la ola de protestas a consecuencia de las medidas económicas para sostener ese 1% de millonarios podría acercar sombras de guerra en toda Europa.
Pues bien, el próximo año en Venezuela es clave también, se elegirá al presidente y solo hay dos opciones, dos modelos de país, uno que enfoca las políticas de gobierno hacia el pueblo, para reducir su pobreza, y en este punto ha tenido éxito en 12 años. Una opción que da prioridad a la salud, la educación y el empleo, por encima de los beneficios de las empresas privadas nacionales o extranjeras, y otro modelo que en más de 50 años de democracia representativa generó la pobreza que hoy se está reduciendo. Los indignados en Venezuela han tenido mayores aciertos que en Europa y Estados Unidos, los indignados en Venezuela lograron mecanismos jurídicos contenidos en la Constitución, para revocar el mandato de un presidente a mitad del período de gobierno si considera que lo está haciendo mal, o está incumpliendo sus promesas. Los indignados en Venezuela han logrado reducir la pobreza e incrementar el presupuesto en salud y educación gratuita. Los indignados en Venezuela han transferido más poder al pueblo organizado, para la planificación y ejecución de presupuesto en obras que atiendan las prioridades de la comunidad y no de los Bancos.
Los indignados en Venezuela, no tuvieron que manifestar cuando algunos banqueros, dueños de medios de comunicación, se robaron sus ahorros. Los indignados en Venezuela a pesar de los errores en el proceso de gestación de una revolución, han sabido sostener los principios humanistas del gobierno que los representa y les garantiza espacios para la participación. Los indignados en Venezuela se solidarizan con los pueblos de América Latina, cuyas revoluciones están empezando a construir con las bases populares organizadas. Los indignados en Venezuela no creen en los medios de comunicación dirigidos por poderes económicos cuyos intereses se mezclan, con el del poder financiero que genera hambre y pobreza en el mundo. Los indignados en Venezuela no se dejaron engañar por grupos de estudiantes financiados desde el exterior, que se oponen a la educación gratuita y a la auditoría financiera a autoridades universitarias que no rinden cuenta a nadie. Los indignados en Venezuela no creen en falsos líderes creados en laboratorios mediaticos, que jamás explican como van a distribuir la renta petrolera y cuáles son sus propuestas para diversificar la economía. Tampoco explican a qué acuerdos han llegado con los gobiernos que los financian ilegalmente desde el exterior. No presentan una propuesta agraria, ni una propuesta de política internacional.
En definitiva, los indignados en Venezuela y otros pueblos de América Latina, como Bolivia, Ecuador, Argentina, entre otros, están viendo en Europa y Estados Unidos lo que hemos sufrido por siglos. Los indignados en Venezuela están organizados, tienen un proyecto humanista, un líder que siempre asume su responsabilidad y ha colocado los intereses del pueblo por encima de su propia salud. Los indignados en Venezuela tienen mucho que decir al mundo, y tal parece que el mundo quiere escucharnos, lo que se traduce en un avance importante en la batalla de las ideas.