No son maniobras, es una invasión descarada

El decreto firmado por el conserje de la Casa Blanca el afro norteamericano Barack Hussein Obama II, pone en vilo la paz y la estabilidad de la región. Lo que está aconteciendo es parte de una planificación y la estrategia en ejecución por un poder belicista sobre el planeta, no es el único claro está, pero sí el más letal desde Hiroshima y Nagasaki, son 70 años acumulando destrucción y muerte, además de las víctimas y el luto democrático del imperialismo y su faz capitalista.

Somos amantes de la paz, somos el único país en el mundo con título de libertadores, no agresores ni interventores de otras naciones. Nuestro fervor patrio se resume en la defensa de los desvalidos, de los desposeídos de la tierra. Patria sagrada, sembrada de ancestrales figuras que han nutrido el gentilicio venezolano, donde convivimos distintas razas, culturas, religiones; con una historia henchida por el humanismo, la solidaridad ante las mejores causas, la libertad, la justicia, la paz. Somos un pueblo alegre, feliz, y con pretensiones de poder exportarlo al resto de otro mundo posible, distinto al que nos quieren imponer.

Condenamos enérgicamente los motivos y las razones infundadas con las que se pretenden llevar a cabo sanciones contra Venezuela, a través de el intervencionismo y las agresiones, para justificar a través de sus violentas y brutales procedimientos de la fuerza bruta, como tristemente ha venido dirimiendo sus asuntos de política exterior el expansionista gobierno imperialista de los EEUU.

Hemos recibido apoyo de los pueblos y países hermanos en el mundo, donde es patente y visible el rechazo unánime, ante las pretensiones de una eventual invasión, conculcando todos los derechos, en contravención al derecho internacional público, y el hecho de bizarro de los sectores apátridas que en su delirio, que pretenden derrocar al Gobierno revolucionario, legítimamente elegido por la mayoría, a través del sufragio, bajo las reglas democráticas, constitucionales, lo se ha querido banalizar, conculcando el derecho a resolver nuestros asuntos sin la intervención de ninguna potencia, por más imperio que se crea. Venezuela se respeta.

La gravedad del asunto es el cinismo con que pretender engañar al mundo desprevenido, que no sabe en realidad que a través de una firma de un decreto donde se sancionan por parte de la administración de Obama, a un número de venezolanos por supuestos hechos de corrupción, argumento absurdo ya que este o cualquiera de los argumentos que en el documento se esgrimen, deben ser resueltos por las instituciones venezolanas, sin la injerencia del gobierno norteño.

El verdadero motivo, el interés principal que los impulsa, en su desespero por no haber dado pie con bola en los últimos treinta años; son las necesarias fuentes de recursos energéticos seguros y confiables, inmensas reservas petroleras y gasíferas, agotadas en el norte, y también lo que implica el pulmón amazónico, la biodiversidad y demás bienes con que cuenta este continente bendecido por la providencia para la posteridad. Es el verdadero objetivo, motivo e intención de fondo, desde su lógica perversa, del sistema capitalista, par resarcirse de las grandes inversiones erogadas, puestas en ONG y organismos serviles de los lacayos.

Analizando la geoestrategia global, el posicionamiento sobre el globo terráqueo con la Guerra Fría y sus mecanismos y hoy con sus guerras de cuarta y quinta generación, donde el escenario se planea virtualmente, llevándolo a cabo a través de las dependencias y sus pretores en Colombia, Perú, Chile, Panamá, la Unión Europea, Arabia Saudita, e Israel, por solo mencionar los países cuyos gobiernos se han plegado a servirles al amo yanqui, en contra de los países progresistas de este continente y del Caribe. La amenaza del chavismo, del kisnerismo, de Evo Morales, de Correa, de Dilma Vana da Silva Rousseff, que están respondiéndoles a las demandas de sus propios connacionales y mirando a la integración, es la verdadera amenaza que sienten los lobbys en el imperio.

La retórica de Obama no es más que la desesperación de las élites políticas y militares, que quieren dominar a través de un destino manifiesto que pretenden justificarlo a cualquier precio, con el financiamiento de mercenarios, terroristas, y el narcotráfico y demás vicios y perversiones trasmitidos sistemáticamente por las vías de comunicación. Levantando falsas banderas han intervenido y destruido países enteros, pulverizando instituciones y acabando con los referentes culturales, que son saqueados, para luego imponerles el consumo de chatarra para el cerebro. Es lo que han hecho durante las últimas tres décadas. El capital que genera la guerra, la industria bélica, con la desestabilización económica y financiera, donde se imponen los contratistas para luego reconstruir lo que antes destruyeron, un círculo perverso, inmoral y de la mayor depredación sobre el planeta. Todo lo que hacen tiene un único propósito, controlar el mundo, y esto es ya un hecho.

El juego de guerra ha escalado a sus niveles de guerra global, estrategia esbozada en sendos informes que se pueden bajar de la red, WikiLeaks la ha inundado con miles de documentos desclasificados por su intermedio, con las truculentas operaciones, además de la preocupante cantidad de bases, con presencia activa de contingentes de tropas y unidades élites, capaces de tomar el control absoluto en el momento que se de la orden. No es descabellado pensar en lo que se viene realizando contra Venezuela (Esequibo) y Argentina (Islas Malvinas), Cuba (Guantánamo), con bases en El Caribe, en Colombia, Perú, Panamá, con tecnología (drones), y el mayor y mortífero armamento convencional y nuclear. En conjunto es lo que se conoce como el posicionamiento en un territorio enemigo, la toma de playa, cabecera para la invasión de un país o de una región.

Recordemos durante el régimen de Bush, cuando el canciller General Colin L. Powell amenazó al Comandante Chávez, con la advertencia de que primero de que primero irían por Saddam Hussein y luego vendrían por él. Si algo no pueden hacer los gobernantes gringos, es mentir frente al país y sus instituciones, y lo que dicen lo cumplen temprano o tarde, son persistentes, son un imperio, son la amenaza para el mundo, porque no tienen ningún escrúpulo a la hora de echarle mano a lo que consideran vital para sus intereses.

La soberanía no está en discusión, nuestra independencia no es negociable, nos han atacado con inusitada virulencia, porque saben que este pueblo es indomable, no han hecho mella en el fervor patriótico de las y los hijos de Bolívar, los hermanos de Chávez, los y las camaradas que acompañamos la resolución del camarada Presidente obrero Maduro de defender hasta sus últimas consecuencias si fuere necesario, el sagrado suelo de la patria venezolana. Tenemos las armas de la razón, las municiones de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las raciones de combate necesarias para la defensa, el fervor insuflado por el chavismo.

La revolución avanza a paso de vencedores, haciéndole frente a la canalla, a los apátridas que colocados al lado de los pérfidos, que no terminan de entender que ya los peces pequeños ahora son bancos inmensos en todos los rincones del planeta exigiendo el respeto y la garantía que por derecho natural los asiste de dirimir sus propios asuntos sin kla intervención de ninguna potencia, no hay imperio que pueda contra la verdad cuando ésta aflora y se irradia desde la conciencia de los hombre y las mujeres de bien. El sistema capitalista está herido de muerte, y el imperio norteamericano tiene sus días contados, seguramente otro lo sepultará, esperemos que sea el de los seres humanos, de los hombres y mujeres humanos, y no otros monstruos como Bush, como Obama y todos los depredadores que los han asesorado desde el Departamento de Estado, el Pentágono, la CIA, la NSA, y demás organizaciones nacionales e internacionales sumisas a los poderes fácticos sin entrañas.

Se ha venido conformando un Nuevo Orden Mundial de cara al siglo XXI, desde finales de los ochenta, la serie de cambios sorprendentes en el escenario mundial, desde la caída del Muro de Berlín, los conflictos en los Balcanes, Asia y Medio Oriente, han prefigurado la recomposición geopolítica y la imposición hegemónica, apoyando al sionismo israelí, a la Unión europea contra Rusia, que buscan levantar nuevas cortinas para el reparto de los recursos energéticos y materias primas capitalizadas por los países emergentes. Solo resta que la sindéresis, la razón y los buenos oficios de los países detengan esta escalada de los Estados Unidos contra la estabilidad del continente y particularmente contra Venezuela, como el referente durante los últimos tres lustro, donde se orientaron los lineamientos Nuestraamericana y caribeña, para el rescate de la dignidad como pueblos y el valor de cada uno en el concierto de las naciones. Ha llegado el momento de poner la frente en alto y el pecho erguido en defensa de nuestros derechos de darnos el gobierno que queremos y resolver nuestros asuntos en paz. No queremos ninguna intervención extrajera en nuestro país, no aceptaremos injerencias en nuestros asuntos y no aceptaremos nuevos saqueos a nuestra reservas.
Patria Socialista Viviremos y Venceremos.


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Franco Orlando


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