“¡Los trabajadores de Venezuela le van a dar una clase al mundo de cómo la Clase Obrera ha resucitado en este planeta! ¡Ha resucitado la clase obrera para hacer una revolución! ¡Ustedes van a dar un ejemplo de grandeza!” Comandante Hugo Chávez en su discurso en el taller de formación socialista en Sidor.
La
victoria en el referéndum del 15-F mostró que tras 10 años, entre el
pueblo y los trabajadores sigue habiendo un apoyo mayoritario para
impulsar la revolución venezolana hacia el socialismo mostrando que la
correlación de fuerzas es extraordinaria favorable a la revolución.
Pese a todos los obstáculos, la amenaza del imperialismo, el sabotaje
de la burguesía, el papel de los medios de comunicación burgueses, el
burocratismo, es decir todas las lacras que tienen su origen en el
capitalismo que sigue siendo el modo de producción que impera en
Venezuela, la voluntad de las masas en transformar la sociedad sigue en
pie y ese es el principal factor que nuestro partido debe estimular e
impulsar para garantizar la victoria del socialismo en Venezuela.
Nuevas victorias electorales, cómo la próxima a la asamblea nacional
sólo se podrán lograr sobre la base de completar la revolución en esas
líneas, las únicas posibles para mantener el apoyo y entusiasmo del
pueblo y los trabajadores.
El sistema capitalista está en una profunda crisis a nivel mundial, la mayor desde los años 30 que está poniendo ante los ojos de millones de personas que el capitalismo no es un sistema de producción social que permita avanzar a la especie humana sino que amenaza con llevarla a la barbarie, como muchas veces ha repetido el Presidente Chávez. La crisis económica mundial está teniendo ya y va a tener un reflejo en la lucha de clases en todo el mundo, con un cuestionamiento generalizado del capitalismo por millones de personas y la búsqueda de una alternativa. Las guerras, el desempleo masivo, la explotación, la miseria, el hambre a que un puñado de capitalistas que controlan multinacionales, bancos, empresas privadas, fondos de inversión mantiene al género humano contrasta con la enorme riqueza acumulada, la técnica y la industria que permitirían hoy en día, resolver todos los problemas que asfixian a la humanidad.
Desde
los economistas de la burguesía y la socialdemocracia ha intentado
hacer recaer la responsabilidad de la crisis a los excesos
especulativos en los últimos años en el sector financiero. La
especulación es inherente al sistema capitalista. Todo intento de
regular el capitalismo chocaran con los intereses de la burguesía, de
los especuladores que no quieren ninguna regulación que les impida
recoger beneficios.
Los
capitalistas han privatizado las ganancias y nacionalizado las
perdidas, han sido el estado burgués los que han recurrido a tapar los
agujeros de bancarios fruto de la especulación, elevando el nivel de la
deuda y déficits públicos a niveles estratosféricos. Cómo señala el o
documento “Crack en la acumulación del capitalismo” repartido por la
dirección del partido “El rescate financiero mundial (2008-2009)
alcanza la astronómica cifra de 6,2 billones de dólares"
¿Cuál
es la salida? Para los capitalistas esta clara, hacer que los
trabajadores y los pueblo oprimidos de todo el mundo paguen la crisis a
través de despidos y recortes sociales y más saqueo. Las finanzas
públicas sólo se pueden estabilizar a costa de atacar a los
trabajadores en todos los países. Esto tendrá como consecuencia un
recrudecimiento de la lucha de clases y de los movimientos
revolucionarios en todo el mundo y muy particularmente en América
latina. El keynesianismo, es decir intentar sortear la crisis
capitalista sobre la base del endeudamiento público es la receta
acabada, cómo se vio en los años 70 para la inflación y condujo por
oposición a las políticas económicas de Reagan y Thatcher que han
conducido al actual desastre . La burguesía en su senilidad ha perdido
la memoria. El Keynesianismo por otra parte no tiene nada que ver con
el socialismo: el aumento del sector público, del gasto público sirve
para apuntalar a los capitalistas cuyos negocios zozobran por la crisis
que ellos generaron. Sólo una economía planificada a nivel mundial
puede terminar con la anarquía y miseria que generan los especuladores
y las multinacionales en todo el mundo
Esta
crisis está sacudiendo la conciencia de millones de personas que
cuestionan el sistema capitalista. Las ideas del socialismo tienen cada
vez mayor aceptación abriéndose camino en bastiones capitalistas: Según
una encuesta reciente 33% de los estadounidenses menores de 30 años
prefieren el socialismo, mientras que 37% aboga por el capitalismo.
Para el conjunto de América latina el CEPAL estima que el comercio en
América latina caerá un 25%, una cifra no vista desde los años 30. Así
no es casual que los planes del imperialismo contra la revolución
latinoamericana se hayan acelerado: El golpe de estado en Honduras y
los planes de instalar las bases en Colombia son un intento por parte
del imperialismo y las burguesías nacionales de prepararse para frenar
la oleada de la revolución que fruto de la crisis se va a redoblar en
América Latina.
La debilidad del imperialismo norteamericano
Tras
la caída de la Unión soviética, los imperialistas pesaban que iba a ver
de nuevo una época de crecimiento sostenido durante décadas bajo el
dominio de estados unidos y consolidación de la democracia
representativa. Eso hizo que pensaran que podrían dominar el mundo a su
antojo. Pareciera que es así pues Estados unidos acumula el mayor poder
militar en la historia del mundo. Pero EEUU es un gigante con pies de
barro. Las invasiones de Irak y Afganistán se han convertido en una
derrota del imperialismo que no sabe como abandonar estas posiciones,
sin que a su salida los regímenes títeres se derrumben. La lucha contra
el terrorismo en vez de terminar con el, acentuó la base social del
mismo que es la opresión imperialista y el saqueo de los países
atrasados en particular los árabes.
El
intento de mantener el crecimiento económico (sobre la base de la
expansión de crédito manteniendo artificialmente el mismo) y evitar la
crisis agudizo enormemente las contradicciones dentro de la sociedad
Norteamérica a derecha e izquierda. AL final el gobierno de Bush cayó
como uno de los gobiernos más odiados, poniendo por primera vez a un
hombre negro al frente de la casa blanca. La victoria de Obama era una
expresión del profundo descontento acumulado del gobierno Bush y las
políticas derechistas de sus antecesores, fruto del declive del
imperialismo norteamericano. El gobierno Obama tiene el problema de
seguir manteniendo a EEUU la primera potencia imperialista mundial en
un contexto de recesión, desempleo masivo, (que en algunas zonas de
EEUU roza el 20%), descontento generalizado y demandas de las masas
para mejorar la situación ( seguro médico universal) en medio de un
enorme endeudamiento del estado fruto del rescate financiero. Esto
muestra que el imperialismo norteamericano pasa por uno de los momentos
más débiles de su historia por sus contradicciones internas del
capitalismo que han estallado ahora.
La
cuestión de las bases norteamericanas en Colombia ha redoblado los
temores de una intervención imperialista. Evidentemente el gobierno
revolucionario está legitimado para armarse para defender Venezuela de
las amenazas imperialistas. ¿Como conjurar esta amenaza? En primer
lugar con una política consciente para socavar las bases de apoyo del
imperialismo en América latina, el Alba es una iniciativa en ese
sentido, exportar la revolución fuera de las fronteras venezolanas.
La mejor política para defender las fronteras venezolanas es sobre todo llevar una política auténticamente socialista dentro de Venezuela. Si el pueblo se halla con la moral alta y las fábricas están en manos de los obreros, la tierra en manos de los campesinos y las comunidades resuelven sus problemas básicos no habrá fuerza sobre la tierra que pueda arrebatárselos. Esto será un imán y una guía para las masas colombianas en su lucha por deshacerse del régimen de Uribe, mas en una situación en donde la crisis económica está sacudiendo Colombia y las masas están despertando tras años de represión brutal y de una falta de dirección de lucha entre los trabajadores que plantee una alternativa auténticamente socialista. Venezuela debe convertirse en modelo y referencia para la construcción del socialismo en Colombia, esa es la única garantía de que el país hermano no se convierta en portaaviones del imperialismo norteamericano.
La
lucha contra el golpe en honduras es expresión clara de la correlación
de fuerzas extremadamente favorable a la revolución en toda América
latina. En un intento de frenar las reformas en beneficio del pueblo
por parte del gobierno de Zelaya el imperialismo norteamericano y la
burguesía hondureña organizaron el golpe de estado para sacarlo y poner
un gobierno más dócil a sus intereses. En los años 70 un golpe de
estado como el de Chile, Argentina, etc. se zanjaba con el exterminio
de los revolucionarios y el control por parte de la burguesía. Lo visto
en Honduras muestra el potencial revolucionario de las masas y la
correlación de fuerzas a favor de la revolución en todo el continente.
El golpe despertó al movimiento revolucionario de masas, cuya primera
reivindicación es el retorno de Zelaya. Eso no es casualidad: las masas
veían en Zelaya una salida a la pobreza en uno de los países más
míseros de América Latina. El imperialismo creía que golpeando en
Honduras podía romper la cadena de la revolución latinoamericana por el
eslabón más débil.
La
actitud heroica del pueblo y los trabajadores, que prácticamente sin
dirección se movilizaron contra la dictadura de Micheletti, haciéndola
tambalearse, muestra la incapacidad de la burguesía para frenar el
movimiento de masas. Éste se ha mantenido meses, reflejando el carácter
profundo de este movimiento que afecta a todos los sectores de la
sociedad, incluido el ejército. La más que posible derrota de los
golpistas sería de nuevo un revés a las fuerzas el imperialismo,
espoleando la revolución en todo el continente. Las propias divisiones
del imperialismo respecto a cómo actuar en Honduras y como salir de
Zelaya, son una muestra de la debilidad y confusión en que se hay la
clase dominante estadounidense y de su poder limitado en esta época de
declive capitalista. El golpe del imperialismo en Honduras amenaza con
rebotar en su propia cara con fuerza redoblada.
¿Qué modelo de socialismo queremos? Revisión, rectificación y reimpulso del PSUV con las ideas del marxismo, frente al burocratismo y el reformismo
Una
de las tareas a las que más se han dedicado la burocracia y los
sectores reformistas es a la confusión ideológica, tratando de hacer
aparecer socialismo como lo que no es. Una revolución no tan sólo se la
puede tumbar sobre la base de una intervención militar o un golpe de
estado. También, y este es el caso, por tratar hacer pasar ideas
reformistas por ideas socialistas, a través de la confusión política.
Evidentemente
el PSUV debe asimilar creativamente el legado de todas las
revoluciones, de todos los movimientos de masas por su liberación que
la humanidad ha tenido, tanto por su ejemplo de lucha como el legado
teórico que emana de su experiencia. Sólo sobre esa base podremos
desarrollar un socialismo propio, asimilando las experiencias, aciertos
y errores del pasado. Del mismo modo que un general que no supiera de
historia militar, de las batallas y métodos de lucha del pasado, sería
incapaz de trazar la estrategia y tácticas necesarias para la victoria
en las guerras presentes.
Es
tarea fundamental para la formación de cuadros dentro del partido que
este tesoro de ideas del socialismo científico estén al alcance de
todos los militantes y sean debatidos dentro de la organización en el
combate contra el reformismo y la infiltración de ideas burguesas y
capitalistas, envueltas en un papel aparentemente socialista para hacer
tragar a la militancia las ideas del reformismo.
El PSUV debe organizar la lucha por un Estado revolucionario controlado por los trabajadores y el pueblo
Los años de revolución han demostrado que es sobre la base de la movilización de los trabajadores y el pueblo, de la base que apoya al presidente Chávez sobre la que ha sostenido la revolución. Desde la victoria del presidente en 1998, el golpe de estado de 2002, el paro patronal y todos los envites de la contrarrevolución ha sido la irrupción del pueblo la que ha salvado la misma. La construcción del socialismo sólo se podrá dar como ha planteado el presidente Chávez, esto es, derribando el viejo aparato del estado burgués heredado de la IV república y el burocratismo que anida en la quinta y que amenaza con socavar todas las conquistas de la revolución. El auge del burocratismo y de todas sus lacras, la corrupción, el nepotismo es uno de los motivos más importantes de inquietud en el seno de las bases del partido.
En
ese sentido es necesario que el partido para la construcción del
socialismo se ponga como una de sus principales tareas la construcción
de un autentico estado revolucionario que sustituya a ese estado
burgués, esto solo se puede dar si se generaliza un estado basado en
los consejos obreros y en los consejos comunales que coordinados a
nivel nacional sean el armazón de ese nuevo estado, cuales serian las
características de este nuevo estado. Esa debería ser la principal
tarea del PSUV en el próximo periodo.
A
ese respecto el marxismo puede ofrecer un enorme servicio como una guía
para la práctica de cómo construir ese estado revolucionario y
completar la revolución socialista en Venezuela. En otras revoluciones
también se intento derrocar y se derrocó el estado burgués y el estado
revolucionario, de trabajadores tenía toda una serie de características
comunes. Como señaló el revolucionario ruso Lenin en su libro “El
estado y la revolución”, este nuevo Estado, semi Estado porque no
estaría al margen del pueblo, sino formado por los mismos trabajadores
organizados junto al resto de los oprimidos (campesinos, comunidades,
estudiantes, pescadores, indígenas…) tendría las siguientes
características:
-
Elegibilidad y Revocabilidad de todos los cargos en cualquier momento
-
Ningún funcionario del estado obrero ganaría más que el salario promedio de un trabajador cualificado
-
Rotatividad de los cargos. Si todos somos burócratas, ninguno lo es.
-
El pueblo en armas, Armamento general de los trabajadores y del pueblo. No un ejército separado
Completar la revolución con un programa socialista que acabe con el capitalismo en Venezuela
En
Venezuela es posible llevar a cabo la revolución socialista legal y
pacíficamente, tanto desde la Asamblea Nacional como desde la
Presidencia de la República apoyándose en la acción, en la iniciativa
revolucionaria del pueblo: El presidente Chávez tiene la posibilidad de
las leyes habilitantes a través de las cuales se podría elaborar un
decreto ley nacionalizando, la industria del país, la banca y los
grandes monopolios y la tierra y poniendo bajo el control de los
trabajadores y los consejos comunales para desarrollar una economía
planificada. Estas medidas contarían con el entusiasmo del pueblo y los
trabajadores, como pudimos ver cuando se nacionalizó Sidor, y otras
empresas y sería la base para permitir un autentico desarrollo endógeno
del país sobre la base de la planificación económica socialista.
Apoyándose en un estado auténticamente revolucionario, que llevara a la
práctica las 4 condiciones que planteaba Lenin, se terminaría con el
capitalismo fácilmente en Venezuela. Si esto no se lleva a cabo es
debido a la presión que hacen los sectores reformistas,
pro-capitalistas (aunque ellos hablan continuamente de socialismo)
tanto dentro como fuera del Partido para impedir llevar al final una
autentica revolución socialista.
La base del programa que debería adoptar el partido para ejecutarlo desde el gobierno revolucionario debería ser:
-
Aumento de salarios por encima de los precios de consumo. Esto debe estar incluido en todos los contratos colectivos.
-
Abolición de la tercerización y captación masiva trabajadores a nominas fijas de cada una de sus empresas.
-
Nacionalización de la banca, de los monopolios y de todas las empresas aseguradoras bajo control obrero y comunal.
-
Nacionalización de la gran industria y de las empresas estratégicas: alimentos, materias primas, empresas básicas, bajo control obrero.
-
Nacionalización de las clínicas e institutos universitarios privados. No puede haber un sistema de salud y educación mejor para unos y peor para otros. Por un sistema sanitario y educativo público y de calidad.
-
Expropiación de todas las empresas cerradas, infrautilizadas o en conflicto para ponerlas a funcionar bajo control de los trabajadores y en beneficio de las comunidades.
-
Nacionalización de todos los edificios abandonados, empresas constructoras. Creación de una empresa nacional de construcción que para desarrollar un plan masivo de construcción de viviendas y de obras públicas que erradique el déficit habitacional
-
Nacionalización de la tierra y desarrollo de una reforma agraria que acabe, de una vez por todas, con el latifundio y desarrolle la producción agraria. Formación de consejos de campesinos pobres para controlar que las cooperativas se desarrollan en líneas socialistas y no capitalistas y para participar en la gestión de las empresas y explotaciones agropecuarias de propiedad estatal
-
Elegibilidad y revocabilidad de todos los funcionarios y en cualquier momento. Rotación permanente de los cargos y que su salario no supere al de un obrero cualificado.
-
No al pago de la deuda externa. Monopolio estatal del comercio exterior para garantizar la soberanía alimentaria y tecnológica.
-
Extensión de los consejos de fábrica y milicias obreras a todas las empresas.
-
Elaboración de un plan democrático de la producción que pueda satisfacer las necesidades de la mayoría de la población
El parasitismo de la burguesía venezolana y la debilidad de la oposición contrarrevolucionaria
Las
condiciones para construir el socialismo en Venezuela, son
inmejorables. Uno de los aspectos más importantes para estimar que la
correlación de fuerzas sigue siendo favorable al pueblo es la debilidad
de la oposición. Tras 10 años de gobierno del comandante Chávez
continúan divididos e incapaces de movilizar a su base social.
Los
ejemplos más claros han sido la incapacidad de la derecha para defender
y movilizarse a favor del corrupto contrarrevolucionario de Rosales y
que le obligó a fugarse a Perú. Al mismo tiempo en la alcaldía
metropolitana, pese a toda la alharaca que Ledezma hizo por la
conformación de la alcaldía del distrito capital, mostró su incapacidad
a tres meses de su victoria de movilizar en la calle ni a dos
escuálidos para impedir la acción legítima del gobierno del Presidente
Chávez.
Aunque
la derecha esté débil, si la revolución no se lleva hasta el final y el
pueblo se empieza a cansar de discursos y no se resuelven sus problemas
básicos -que surgen del capitalismo que impera en Venezuela y de la
burocracia estatal- la oposición ganara terreno electoral y podría
tener unos buenos resultados en las elecciones a la Asamblea nacional o
en próximas elecciones. La oposición pese a su debilidad actual podría
fortalecerse fruto de no llevar la revolución hasta el final y permitir
que la anarquía capitalista siga minando la economía en Venezuela. La
debilidad de la oposición, es la expresión política del carácter de la
burguesía venezolana como testaferro del imperialismo, es expresión de
su debilidad, parasitismo e incapacidad para seguir al frente de la
nación.
En
un intento de confundir a las bases revolucionarias desde los
reformistas se ha intentado presentar la idea de que existe un grupo de
empresarios que los reformistas denominan “empresarios patriotas” o
“socialistas”. Pareciera que al lado del sector público es posible
desarrollar un sector privado industrial que ayudado por el gobierno,
desarrolle el país para no hacerlo depender menos de las importaciones.
Esos son los empresarios patriotas que dilapidaron los millardos que el
gobierno les entregó en el programa Fábrica Adentro, sin invertir un
solo bolívar en producir y crear puestos de trabajo. También son los
mismos que acaparan productos y se dedican a la importación en vez de
producir aquí. La razón de ello es clara. La patria de los empresarios
está donde estén sus beneficios en cada momento.
La burguesía venezolana sigue siendo, en esencia, la misma clase dominante que traicionó hace 200 años la revolución democrático-burguesa y el proyecto de unificación latinoamericana de Bolívar e hizo exclamar a éste “He arado en el mar”. Los mismos que asesinaron a Zamora y vendieron en el Tratado de Coche la aspiración de “Tierras y hombres libres” de los campesinos que protagonizaron la Guerra Federal a cambio de un acuerdo con la aristocracia para expoliar juntos al pueblo. Aquellos que saquearon durante décadas la renta petrolera y convirtieron ese paraíso que podría ser Venezuela en un infierno para los trabajadores y los demás oprimidos. Los mismos, en fin, que desde los años 80 han sido incapaces de desarrollar significativamente las fuerzas productivas y desde 1998, con la llegada al poder de Hugo Chávez y el inicio de la revolución bolivariana, se han dedicado única y exclusivamente a sabotear la economía nacional. De 12.000 empresas privadas venezolanas registradas en 1998 se ha pasado a menos 6.000 hoy. Eso es lo que ofrece la propiedad privada de los medios de producción, el capitalismo: destrucción del parque industrial, especulación, acaparamiento. Un freno absoluto al desarrollo económico del país.
Frente al sabotaje capitalista y burocrático: control obrero de la producción
“No
puede ser que ustedes estén trabajando en una empresa, y no tengan
claridad de cómo marcha la empresa. ¿Cuáles son los planes? ¿Cuál es la
administración? ¿En que se van a gastar los recursos? ¿A quién se le
compra la materia prima y a como se le paga? ¿A quién se le vende el
producto y como se le vende? Todo eso. Miren, desde allá del manantial
más pequeño, de aguas arriba, todo el proceso productivo y la
comercialización ¡Debe estar bajo control obrero!” Hugo Chávez Frías. (21 de mayo 2009, Guayana)
Frente
al sabotaje económico de la producción nacional que los capitalistas
llevan a cabo la única opción es que los propios trabajadores y
comunidades establezcan el control obrero de la producción. Esta línea
debería ser parte fundamental del programa y la acción del PSUV. Por
parte de los medios de la derecha se intenta una y otra vez
desacreditar a la empresa pública, como un medio de ocultar la
incapacidad histórica de la burguesía venezolana, de los empresarios
privados para hacer Venezuela un país moderno y desarrollado. En muchas
empresas públicas hay problemas de burocratismo y mala gestión, eso es
fruto del aparato estatal que sigue siendo burgués y que sigue
reproduciendo las relaciones sociales de producción capitalistas
Las
palabras del presidente en el acto del pasado 21 de mayo, con los
trabajadores de las empresas básicas de Guayana muestran el camino a
seguir para el conjunto del movimiento revolucionario. De hecho explicó
como ninguna empresa puede funcionar en el socialismo si no está bajo
control obrero. Ello es debido a que la única manera de luchar contra
el sabotaje patronal y burocrático es sobre la base de desarrollar la
democracia participativa y protagónica, sobre la base de que los
propios trabajadores sean los que controlen los procesos productivos,
no tan sólo en una fábrica, de un modo aislado sino en ramas enteras de
la producción, y junto a las comunidades elaborar un plan económico
para el conjunto del país que los venezolanos tengamos como meta.
Para
que ese plan no quede bloqueado por la burocracia cómo vemos en muchas
empresas públicas, es necesaria la democracia máxima en la toma de
decisiones. Un elemento clave en todo esto es el desarrollo a nivel
nacional de los consejos de trabajadores en cada empresa cómo un medio
de implementar el control obrero. Siendo la asamblea de trabajadores el
órgano máximo de poder de la empresa, es la que elige el consejo de
trabajadores, que es gobierno obrero de la fábrica. Una de las tareas
principales de los consejos de trabajadores sería coordinar e
incorporar a los consejos comunales para implementar la comuna
socialista. Con el fin de junto a los consejos comunales establecer una
red nacional de comunas socialistas que ejerzan el gobierno del
conjunto del país. Este debe ser el camino para constituir el estado
revolucionario, que debe sustituir al aparato estatal burgués con sus
ministerios, su burocracia, su corrupción que amenaza con tumbar la
revolución venezolana. Esta debería ser una de las tareas fundamentales
del PSUV y particularmente de los trabajadores en su seno.
Al
mismo tiempo que se conforman los consejos de trabajadores es más
necesario que nunca que el partido impulse la organización del
movimiento sindical, pero no la vieja concepción del sindicalismo
cuarto republicano puramente reivindicativo y burocrático. Es necesario
un sindicalismo de nuevo tipo, de lucha que impulse la democracia
participativa y protagónica entre los trabajadores, que partiendo de la
defensa de los derechos y condiciones de vida de los trabajadores
frente a los patronos y los burócratas eleve sus miras hacia que el
objetivo último es la toma del poder por parte de la clase trabajadora
aliada con los pobres y las comunidades del país.
No existe contradicción alguna entre el consejo de fábrica y el sindicato, de hecho, ambos son dos ruedas de la misma bicicleta. Mientras el consejo de fábrica toma el control obrero en la empresa, decide democráticamente la producción en la empresa y a la vez crea las condiciones para la formación política y militar. Mientras estemos bajo el capitalismo, cómo seguimos estando en Venezuela o exista el estado burgués son necesarios sindicatos fuertes para defender a los trabajadores de la explotación de los patronos y de los abusos de los burócratas. A la vez, los consejos de fábrica son un magnifico instrumento junto a las patrullas laborales del Partido para impulsar la formación de la milicia en todas las empresas, cómo el medio de armar al conjunto del pueblo de cara a defendernos de los enemigos tanto internos y externos de la revolución. Como lo dijo el comandante Chávez en su discurso de Guayana: ¡La milicia! Los batallones obreros. En cada empresa tiene que haber un batallón obrero. Con los fusiles ahí, al lado, por si acaso alguien se equivoca con nosotros.
Por un PSUV democrático, de los pobres y los trabajadores, vanguardia de la lucha contra el burocratismo
Dentro
del partido a menudo se habla de la necesidad de conformar cuadros para
acometer las tareas que demanda la revolución, de la necesidad de la
formación política. El partido debe permitir que en su seno se formen
los cuadros para llevar a cabo la revolución socialista y estos tomen
responsabilidades. Dentro del partido no queremos militantes que
obedezcan línea, si no militantes que sean capaces de formarse su
propia opinión y madurar políticamente sin que ningún burócrata coarte
sus opiniones o las decisiones que se toman desde la base. Por ello es
necesario la mayor democracia en nuestro seno, qué es la única base
para crear una autodisciplina férrea en nuestras filas.
Existen
miles de luchadores, de dirigentes obreros, comunales, campesinos que
quieren dedicarse a construir el PSUV, que el partido sea su
instrumento de lucha, pero la burocracia en nuestras filas lo impide.
Al final, en muchos órganos de dirección se repiten las mismas personas
que, en muchas ocasiones, no tienen autoridad entre la base. Esto crea
un enorme malestar entre los militantes y desmoraliza al pueblo que nos
apoya. Es necesario una renovación de los órganos de dirección del
partido sobre la base del debate de que programa de acción debe llevar
el mismo para construir el socialismo. De ahí conseguiremos los nuevos
dirigentes necesarios para dirigirlo. Esa renovación se debe dar sobre
la base de la lucha ideológica contra la derecha en nuestras filas,
contra los que se enriquecen en nombre del socialismo, los que hacen
negocios desde su puesto burocrático, contra la ineficacia, la desidia,
la corrupción, el acomodamiento que sabotea la política del comandante.
Tal lucha debe servir para purgar de burócratas nuestras filas, del
único modo posible: con el debate de ideas acerca de cómo llevar a cabo
la revolución socialista en Venezuela, tarea que aún está pendiente y
que debe encabezar el PSUV.
Estos
sectores burocráticos pretenden hacer del partido un partido de
conciliación de clases, un partido que sirva para conciliar los
intereses de los pobres con los ricos, de los trabajadores y los
capitalistas, socialdemócrata. Propugnan continuamente que empresarios
y ricos tienen cabida en nuestro partido. El PSUV sólo será el partido
que necesita la revolución si es visto por el pueblo cómo su partido.
No el partido de oligarcas y burócratas. Por ello el PSUV debe guardar
sus fronteras de capitalistas y arribistas, reflejando en su seno los
intereses de los pobres y los trabajadores.
El
partido debe agrupar a todos los oprimidos. Entre ellos especialmente
hay que presentar atención a la cuestión de mujer trabajadora que ha
despertado en la revolución y que el partido organizar y ayudar a
elaborar un programa para la resolución de la opresión contra la mujer
pobre y trabajadora cómo garantizar el derecho al aborto, redes de
guarderías así cómo ningún tipo de discriminación por motivos de sexo,
entre otras reivindicaciones que se deben elaborar. Organizar un frente
de mujeres del PSUV tiene que ser una de las tareas primordiales del
partido.
Impulsar también la juventud del PSUV, para organizar a los jóvenes revolucionarios y dotarlos de un programa de acción en la lucha contra la derecha y por resolver sus problemas fundamentales: educación gratuita y de calidad para los hijos de los pobres y los trabajadores, empleos dignos contra la economía informal y la precariedad en el empleo, el acceso a una vivienda digna, etc. Esta tarea es clave para nosotros. La derecha consiguió organizar a la juventud burguesa contrarrevolucionaria e intentar utilizarla de ariete contra la revolución. Es urgente organizar a centenares de miles de jóvenes que son siempre la vanguardia en la lucha contra el capitalismo y el imperialismo.
Uno de los peligros que enfrenta nuestro partido es la penetración en nuestras filas de ideas que no tienen nada que ver con el socialismo, que en realidad son reformistas y por tanto resultado de la influencia ideológica del capitalismo pero son presentadas como socialistas. Se trata de ideas tales como que es posible en el socialismo la convivencia entre capitalistas y trabajadores, o que el socialismo se construye poco a poco, comiéndole terreno gradualmente a los capitalistas.
Hay
varios ejemplos que los militantes del PSUV debemos tomar en cuenta de
confusión política y hacer pasar el socialismo como lo que no es. Por
ejemplo tratar de presentar a China como un modelo de socialismo para
Venezuela. Recientemente se planteó enviar a 100 cuadros del PSUV a
China para recibir formación política del PCCH. El partido comunista
Chino sólo tiene de comunista el nombre. Este partido ha encabezado la
restauración del capitalismo en este país dando mano libre a las
multinacionales para explotar salvajemente a los campesinos y obreros
chinos en condiciones de trabajo pésimas. Un país donde no existe el
derecho a huelga ni derechos democráticos.
La
explotación de la clase obrera ha sido la base del éxito chino, todo
ello en las antípodas del socialismo. Si el PCCH se sigue llamando
comunista es para seguir engañando a las masas chinas para que los
burócratas del partido, ahora constituidos en capitalistas puedan
seguir haciendo grandes negocios a costa del pueblo. Todo esto es una
muestra de que en China no hay socialismo. El modelo chino solo es un
modelo de restauración capitalista sobre la base de la explotación de
los trabajadores sobre la base de un régimen totalitario alejado del
socialismo que no puede suponer ningún modelo de desarrollo económico
socialista para la construcción del socialismo venezolano. Si China ha
conseguido sortear la crisis económica ha sido sobre la base de una
política keynesiana utilizando el superávit fiscal y las enormes
reservas exteriores. Todo ello para apuntalar el crecimiento económico
y el régimen capitalista desarrollado en los últimos años.
La
burguesía desdeña el marxismo, señalando la caída de la URSS como
ejemplo de su fracaso como teoría revolucionaria. Lo que fracasó
realmente en China y en la URSS no fue el socialismo ni las ideas del
Marx y Lenin, cómo no dejan de repetir los ideólogos de la burguesía y
la socialdemocracia, si no el régimen impuesto por una burocracia que
hablando continuamente del socialismo y del comunismo, cubría sus
privilegios y corrupción y que escapó al control del pueblo y los
trabajadores y terminó traicionando la revolución. Al final los
burócratas brincaron la talanquera y se pasaron con armas y bagajes a
ser empresarios y defender el capitalismo. Personajes como Yeltsin o
Gorbachov son la personificación de esta casta que decía hablar en
nombre de los trabajadores rusos. No es de sorprender que los
trabajadores de la antigua URSS no lucharan por mantener el socialismo
prostituido que defendía esta burocracia que se benefició de la
revolución y que era profundamente hostil a la misma. Al final lo que
tumbó la URSS no fue el imperialismo norte-americano, si no el
burocratismo, que mató la iniciativa y el entusiasmo de los
trabajadores.
Otra teoría que plantean los reformistas y nos quieren hacer pasar como socialismo, es la idea de que la construcción del mismo es un proceso que se demora varios años, incluso varias generaciones, y en el que, gradualmente el capitalismo va desapareciendo y se va imponiendo una economía socialista. Todo intento de hacer esa transición gradual al socialismo lleva el sabotaje de la clase capi-talista que no va admitir nacional o internacionalmente que se le quiten la propiedad de los medios de producción y las palancas fundamentales de la economía sin lucha. Esta es la experiencia de 10 años de revolución. Se puede pelar una cebolla capa a capa, pero no se puede cazar un tigre pata a pata. Si se intenta lo más seguro es que el tigre se vuelva y acabe uno en el interior de su estómago. El PSUV debe dirigir a la clase obrera y a las comunidades a la toma del poder político y económico.
El papel de la clase trabajadora venezolana en la Revolución
Otra
teoría que plantean los reformistas, es que la clase obrera en
Venezuela no existe, es débil o es incapaz de jugar un papel
revolucionario. La clase obrera ha estado al frente de la revolución
salvándola en sus momentos decisivos. El paro patronal fue derrotado
por los trabajadores y las comunidades. Centenares de miles de
trabajadores han despertado con la revolución y se han organizado en
miles de sindicatos a lo largo y ancho del país. Sindicatos que han
pasado de la lucha por las reivindicaciones concretas a la lucha por el
control obrero, por el control de los medios de producción en manos del
pueblo y no en manos de una minoría de capitalistas. Con sus alzas y
bajas ese fenómeno donde en muchas ocasiones los trabajadores por la
actitud de sabotaje de los patronos se vieron obligados a tomar las
fábricas muestran el potencial de la clase trabajadora. Luchas cómo
Sidor, MMC automotriz, INVEVAL, VIVEX y muchas otras son claro ejemplo.
El
problema por el que la clase trabajadora no se ha podido poner al
frente de la revolución ha sido no la disposición a la lucha de los
trabaja-dores y la comprensión de las tareas que de ellos demandaba la
revolución socialista en Venezuela. La comprensión de esas tareas ha
sido enormemente facilitada por el discurso del presidente Chávez que
ha impulsado adelante la lucha de los trabajadores aclarando las tareas
que debe llevar la clase obrera en la lucha por el socialismo. Cuando
los patronos cierran fábricas el presidente plantea la cuestión de
“fabrica cerrada, fábrica tomada por los trabajadores”.
El
problema es que no ha existido una dirigencia al frente de la clase
trabajadora que estuviera a la altura de las circunstancias. Los
dirigente sindicales se han dedicado a pelear entre ellos por ver quien
tenía el control de la dirección del movimiento sindical, escindiendo,
criminal-mente el movimiento sindical bolivariano (en su momento la
Unión Nacional de Trabajadores) en vez de impulsar una política de
unidad en la lucha por parte de la clase trabajadora una política que
partiendo de la lucha reivindicativa de los trabajadores se elevara
hasta las tareas del control obrero de la producción como primer paso
para la planificación de la industria y del conjunto de la economía del
país. Pero todo ese potencial de los trabajadores aunque se ha
mantenido no se ha expresado de un modo organizado por la incapacidad
para unificar las luchas obreras y encauzarlas en la lucha por el
socialismo y la toma del poder de la clase trabajadora aliada con las
comunidades. Precisamente ahora esa debe ser la tarea prioritaria y
fundamental del partido impulsado el Frente de Trabajadores socialistas
y la Unión Nacional de Trabajadores, así cómo impulsando las patrullas
laborales en toda Venezuela.
El PSUV como instrumento de los trabajadores y el pueblo para tomar el poder en las fábricas, las comunidades y el campo
Para
completar la revolución solo falta una cosa: que los trabajadores y el
pueblo tomen el poder de las fábricas, de la banca, de la tierra y los
pongan a producir de acuerdo a un plan económico centralizado discutido
democrática-mente a lo largo y ancho de Venezuela. Mien-tras esto no se
haga, la principal amenaza de la revolución, el avance del burocratismo
y el reformismo, será cada vez más fuerte. Los burócratas aliados con
los capitalistas podrían tumbar la revolución.
Sin
embargo llegar a esta situación es perfectamente evitable si hay una
reorientación en la política y estrategia del partido. La correlación
de fuerzas es todavía enormemente favorable a nosotros. El mayor
problema que ha tenido hasta ahora la Revolución Bolivariana es que la
clase trabajadora no ha entrado en acción dejando su huella de un modo
organizado y mostrando al conjunto del pueblo, a las comunidades y al
Presidente de la República cual es el camino para la construcción del
socialismo. Ello se ha debido no al bajo nivel de conciencia de los
trabajadores, ni a su capacidad revolucionaria y de lucha, si no a la
falta de una dirección en el seno de los trabajadores que aglutinara
entorno a un programa de lucha al conjunto de la clase trabajadora que
apoya de un mayoritario la revolución venezolana. Esta debe ser la
tarea que debe realizar el PSUV: Tomar el poder definitivamente y que
este pase a manos de la clase trabajadora, las comunidades y del
conjunto de los pobres y oprimidos del país. Si el partido se enrumba
en esa tarea el triunfo de la revolución socialista será definitivo y
permitirá no tan solo terminar con el capitalismo y sus lacras, si no
una época de abundancia y esplendor nunca visto en Venezuela, sentado
las bases para que la revolución socialista se extienda por todo el
continente completando el sueño de El Libertador de unificar toda
América Latina.
El ALBA, frente a los acuerdos capitalistas de MERCOSUR y Pacto Andino, buscando la integración de las económica latinoamericanas sólo podrá desarrollarse plenamente sobre la base de que el capitalismo desaparezca en el continente y se pueda organizar la producción de un modo integrado en toda América Latina en beneficio de la inmensa mayoría de trabajadores, campesinos y pobres. El desarrollo superior del ALBA sería sobre la base de la constitución de una Federación socialista de América Latina y el Caribe terminando con la divisiones nacionales y considerando, tal como hacía Bolívar al continente entero como una única nación permitiendo planificar y desarrollar racionalmente las inmensas riquezas materiales y humanas que impiden la propiedad privada de los medios de producción y la división en estados nacionales.
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…el estímulo moral, la creación de una nueva conciencia socialista, es el punto en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir, y hacer énfasis en él.
El estímulo material es el rezago del pasado, es aquello con lo que hay que contar, pero a lo que hay que ir quitándole preponderancia en la conciencia de la gente a medida que avance el proceso. Uno está en decidido proceso de ascenso; el otro debe estar en decidido proceso de extinción. El estímulo material no participará en la nueva sociedad que se crea, se extinguirá en el camino y hay que preparar las condiciones para que el tipo de movilización que hoy es efectiva, vaya perdiendo cada vez más su importancia y la vaya ocupando el estímulo moral, el sentido del deber, la nueva conciencia revolucionaria.
Ernesto "Che" Guevara, 24 de marzo de 1963