Debo comenzar señalando, que los Concejos Municipales son instituciones que España trajo conjuntamente con la conquista del Nuevo Mundo, el Cabildo español llega a América con las carabelas y su pendón de los reyes católicos; claro, allá representaba a un pueblo combativo, rebelde y pertinaz, con grandes raíces históricas, pues en España el Municipio nació en tiempos inmemoriales, y era la sustancia política del español. Lamentablemente, tal modelo político llegó a América contaminado, y esa es una de las razones porque tanto Alcaldes, incluyendo muchos que se dicen “revolucionarios”, son desposta, con alta dosis de nepotismo, y hasta se creen dioses.
Estoy convencido, que la indiferencia y rechazo que existe alrededor del próximo proceso electoral a realizarse en el frío y “espiritual” mes de Diciembre, se debe en gran parte, a la gran desilusión que sentimos los venezolanos, cuando observamos que luego de varias votaciones municipales, nuestra calidad de vida sigue deteriorándose, bien por la ascendente inseguridad, los malos servicios, o por la invulnerabilidad de los viejos y ahora nuevos camaradas de corruptos. Sin embargo, el abstencionismo no es una tarjeta para derrotar la corrupción, ni es un mensaje llegue al corazón de nuestros gobernantes; por el contrario, la decisión de no participar en el proceso de votación, le deja abierto el camino a los dioses de la corrupción, expertos en montajes de diabólicas y lubricadas maquinarias, cuyas piezas y engranajes son maquinarias-votos, donde manipulan a las personas cuya débil conciencia es alquilada ese día a cambio de una bolsa de comida, de unos cuantos billetes, de un futuro contrato, de una falsa promesa de empleo, o de una falsa ilusión de mejor vida. Tal odiosa práctica, ha ocultado la importancia y lo sagrado de tal proceso, donde tenemos la inviolable y sagrada misión de escoger hombres y mujeres que debieran tener una gran capacidad de servicio, que se encargaran de nuestra vida local por cuatro años, de la ordenación territorial, urbanística, y ambiental, de prestar mejores servicios públicos domiciliarios, de promover la participación ciudadana; en fin, de mejorar las condiciones de vida de la comunidad y su entorno geopolítico.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el artículo 178, así como el artículo 56 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, define claramente las competencias y la gestión de los Concejos, además, corrige la absurda intromisión del Alcalde en la rama legislativa, quien por cierto, fungía tanto de Presidente de la rama ejecutiva como de la legislativa, la nueva Constitución establece que tal función (legislativa), corresponde a los concejales o concejalas elegidas; además crea el Consejo Local de Planificación Pública, presidido por el Alcalde o Alcaldesa, e integrado por concejales, por organizaciones vecinales, consejos comunales y comunas, donde los ciudadanos honestos y con sentimientos de patria, tendremos una herramienta de poder que podemos o no utilizar; por lo tanto, si nos abstenemos le volveremos a dejar a los politiqueros disfrazados de sociedad civil organizada tomar tales espacios, quedándonos huérfanos y sin quien defienda nuestros intereses.
En razón de todo lo anterior, considero de gran importancia tal día de votación, ya que tendremos la oportunidad de cambiar a esos complacientes y expertos negociadores, cómplices de Alcaldes deshonestos, quienes autorizan el deterioro de nuestro entorno urbano y ambiental, bien por desidia y/o por violación de las propias ordenanzas que ellos mismos establecen. Tal clase de concejales se parece a la bíblica levadura de los fariseos y saduceos, caracterizada por decir una cosa y hacer otra, expertos en montar sobre los hombros de los demás, cargas tan pesadas que son imposible soportarlas, mientras ellos mismos no quieren tocarlas siquiera con un dedo; todo lo hacen para que la gente los vea; quieren tener los mejores lugares en las comidas y los asientos de honor de las invitaciones oficiales; desean que la gente los salude con todo respeto en la calle, y salir en primera plana en los medios de comunicación. Tal casta de concejales son guías ciegos, que cuelan un mosquito, pero se tragan el elefante; son como sepulcros blanqueados, bonitos por fuera, pero llenos por dentro de toda la porquería que han conseguido por medio de la corrupción y la negociación; por fuera parecen buenos ante la gente, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad; es una raza de víboras incapaz de entender, que lo mas grande de ser concejal es el servicio a la comunidad, que se traduce en mejoramiento de nuestra calidad de vida, y en asegurar un mejor futuro a nuestros hijos, nietos, bisnietos, y tataranietos.
La mayoría de las gestiones de los Alcaldes, tienen la siguiente gran coincidencia: su primera prioridad es proyectar una imagen de superhombres sonrientes, eficientes y honrados, valiéndose para ello, de diversas partidas del presupuesto municipal; pero el tiempo los va desenmascarando, ya que todos ellos son personas soberbias, políticos astutos, expertos manipuladores de las masas, muy preocupados en como chuparnos mas dinero mediante impuestos y multas, que a primera vista parecen una propaganda comercial con rebajas y gangas, pero que a la larga se convierten en pesadas cargas, que violan el espíritu tributario concebido en el artículo 316 de nuestra Constitución Nacional, el cual establece: "la justa distribución de las cargas según la capacidad económica del contribuyente, atendiendo al principio de la progresividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del nivel de vida del pueblo…".
Debo agregar, que los Alcaldes cuentan además del dinero asignado por el gobierno nacional y de los impuestos que nos cobran, de una variedad de fuentes de apoyo para el desarrollo del Municipio, cuales son los entes financiadores, es decir, FIDES, FONVIS, FUNDACOMUN, FONTUR, convenios con Banco Mundial, PDVSA, PROGECI, CORPOTURISMO, CVG y otros Ministerios, que bien utilizados servirían para mejorar los niveles de vida de las comunidades... Mucho se ha dicho de que el gobierno mas cercano del pueblo es el Municipal, pero realmente sus acciones y forma de pensar dicen todo lo contrario, ya que no existe una verdadera comunicación entre las comunidades y sus diferentes autoridades municipales, mas aún, los presupuestos municipales son elaborados sin la participación ciudadana, y muchas veces no ejecutan las obras prometidas y publicadas en Gaceta Municipal, y lo mas grave, es nuestra falta de preparación de como seguir y valorar una gestión municipal.
En tal sentido, y con el sano propósito de contribuir con el fortalecimiento del espíritu de los compatriotas y el verdadero sentido del Municipio, he preparado los siguientes consejos, para que no se siga ocultando la realidad con unas pocas obras impactantes, o con las simples reparaciones de obras ya ejecutadas, que aprovechándose de nuestra corta memoria, hacen creer que son nuevas por sus grandes placas… En tal sentido, aconsejo valorar el gobierno municipal, y es muy sencillo, consiste en ponerle una calificación del 1 al 20, a las diferentes competencias municipales establecidas en el artículo 56 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal (artículo 178 de la Constitución), cuyo resultado final nos dirá si estamos frente a un buen o mal Gobierno Municipal.
A continuación, describo los servicios y competencias municipales, agrupadas en las cuatro esferas (anillos) que gravitan en la vida de los ciudadanos de un Municipio: el Primer anillo, los que giran alrededor del inmueble, acueducto, cloacas y tratamiento de aguas residuales, drenajes, distribución y venta de electricidad y gas, pavimentación de las vías públicas urbanas, aseo urbano y ornato público; el Segundo anillo, las que gravitan alrededor de la zona, barrio, o urbanización, promoción y fomento de viviendas, parques y jardines, plazas, playas, y otros sitios de recreación y deporte, arquitectura civil y nomenclatura, ordenación del tránsito de vehículos y personas en las vías urbanas, abastos, mataderos y mercados y, en general la creación de servicios que faciliten el mercado y abastecimiento de los productos de primera necesidad, actividades e instalaciones culturales y deportivas y de ocupación del tiempo libre; el Tercer anillo, las que gira alrededor de la ciudad, o el Municipio, es decir, los planes de desarrollo urbano local, servicio de transporte público urbano de pasajeros (rápido y masivo), cementerios, hornos crematorios y servicios funerarios, protección civil y servicios de prevención y lucha contra incendios, la organización y promoción de ferias y festividades populares, desarrollo del turismo local, creación de institutos populares de crédito, creación de servicios de vigilancia y control de las actividades anteriormente mencionadas, salubridad pública, atención primaria de la salud de carácter preventivo, curativo, educativo, planificación familiar y control epidemiológico y asistencia a la infancia y a los ancianos, promoción y apoyo a las Comunas; y el Cuarto anillo, tiene que ver con el cumplimiento del artículo 127 de la Constitución: el deber de proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí mismo y del mundo futuro, tales como la protección del ambiente, la cooperación con el saneamiento ambiental, proteger la diversidad biológica, la genética, los procesos ecológicos, los parques, los monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica, en fin, de garantizar un ambiente libre de cualquier contaminación de aire, agua, suelo, costas, clima, capa de ozono, y de todas las especies vivas que habiten en el Municipio.
Tal como se puede apreciar, son mas de cuarenta (40) los servicios y competencias municipales que tiene la obligación de cumplir el Gobierno Municipal para con todos los habitantes de un Municipio; es por ello, que invito a mis compatriotas, a que elaboren una lista de esas 40 competencias municipales y de acuerdo a sus criterios, denle una justa calificación a la Gestión Municipal. Concluyo, con las palabras de quién nos liberó de la tiranía del poder español: "El sistema de gobierno mas perfecto, es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.