El tiempo fue inventado por el hombre para tratar de organizar su existencia en relación con los eventos cósmicos del universo. La sucesión del día y de la noche le sirvieron de patrón para comenzar a establecer conceptos como la edad, los años o las horas de tal manera de poder visualizar su vida en una dimensión que fuera más allá de la percepción de lo inmediato.
Así, se convino en mediciones que con el desarrollo de la cultura a la larga se fueron adoptando en forma universal y más o menos llegaron a ser compartidas por la mayoría de los seres humanos en el mundo. De este modo, una hora sigue siendo una hora en cualquier lugar del planeta y un año sigue siendo un año.
Sin embargo, cuando el tiempo es acompañado por la emotividad humana entonces se comienza a hablar de horas que se fueron muy rápido o minutos que parecen eternos. Entonces el tiempo cobra una dimensión diferente y se convierte en un nudo que aprisiona recuerdos o cede para que se vayan.
Eso es lo que ha pasado este año que ha transcurrido desde que se produjo la partida física de Hugo Chávez. No ha sido simplemente un año. Ha sido un largo año en el que los recuerdos luchan y no ceden para no ser abatidos ante la profunda tristeza y la pregunta constante ¿Por qué no estás?
Cualquier palabra que se diga es poco y cuando se piensa que no sólo será este año sino que vienen muchos años sin ti entonces el tiempo se hace como un sendero infinito en el que el mejor compromiso que podemos tener es honrar tu memoria alentándonos con que para ti la muerte sencillamente no ha sido sino sólo una batalla más.
¿Qué es la muerte? Para alguien que desafió al imperio más poderoso de este mundo y luchó hasta ver materializada en buena parte la unión y la cooperación de los países no sólo latinoamericanos sino de todos los continentes. Para alguien que rescató el orgullo de muchas personas y sembró la esperanza de tener una vida mejor. Para alguien que hizo posible que muchas personas que, literalmente, jamás habían visto la luz hoy puedan disfrutar la claridad de los días y posteriormente muchos de ellos llegaron a conocer un aula de clases en una universidad. Para alguien que entregó su carrera y su vida por dar lo justo a quienes lo necesitaban. Para alguien que practicó el perdón.
Es demasiada grandeza Comandante. Son abrumadores los recuerdos y no caben en la memoria ni en el alma y como es imposible contener su estampida tienen que escapar un poco convertidos en lágrimas. Entonces nos seguimos preguntando ¿Qué es la muerte? Y cuando la vemos al lado tuyo simplemente respondemos: - Nada. Al lado tuyo la muerte no es nada sino sólo una batalla más.
rrhhmark@yahoo.com