Educación indígena e intercultural bilingüe en un país multiétnico y pluricultural

FRENTE AL IMAGINARIO DE LIMPIEZA ÉTNICA Y DE SANGRE

Contextualización actual:

Asistimos hoy en el continente a un vergonzante resurgimiento de la dicotomía ¡civilización o barbarie!, intentos por reivindicar a Sarmiento y Alberdi, a José Vasconcelos, a la vieja España de Franco, de la falange y del Opus Dei, mientras sus pueblos despiertan por dentro; asistimos a diversas convocatorias abiertas o encubiertas a fortalecer nuevas formas de apartheid político, económico y social, pero sobre todo, de un apartheid cultural con pretensiones monoculturales, monolingües y mono-étnicas, mono-científicas, mono-artísticas y mono-espirituales. A dejar intocable el discurso único de Occidente sobre nosotros a través del discurso científico de La Ilustración ("cultos e incultos", "civilizados y no civilizados", científicos y pre-científicos) Es el espectro, en nuestro caso particular, de la pretendida ideología de la "cultura única mestiza" por una vieja formación académica, unilineal y unilateral de las visiones del atraso y del progreso, de esto no escapan del todo los países y movimientos del llamado campo de izquierda o progresista: los primeros llamados a reflexión y movilización inmediata y sobre todo a la apertura del diálogo de fondo, pueblos y academias.

Sirva también de termómetro, el viaje del Presidente Nicolás Maduro a Nueva York, donde la prensa más connotada de Estados Unidos, descargó su saña racista, su clasismo intolerante, su prepotencia imperial. Un chofer de metro está fuera del mundo "culto" y "civilizado" y la sola profesión inicial, ya, como en la sociedad de castas, indica un lugar inamovible en la sociedad. En síntesis, no puede ser Presidente. Sin embargo, más de un patán ha sido Presidente de USA sin ninguna posibilidad de autodeterminar el país frente a los intereses del capitalismo global. Es la expresión del racismo clasista y eurocéntrico, por distintas vías, por todos los poros de la sociedad norteamericana y sobre todo del poder transnacional y del capitalismo globalizante.

No han cesado, después de medio milenio las políticas de los Estados de ideologías "uniculturales" para realizar una limpieza étnica y de sangre contra los pueblos originarios, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. En todos los continentes la situación de los pueblos indígena no está al margen del acoso, el atropello y la aplicación del borrador histórico y social.

En nuestro caso del hispanocentrismo todo bajo pretexto de "unidad" compulsiva, seductiva y unilateral, de cacareados "mestizajes", que lejos de mestizar desmestizan por blanqueamientos progresivos; que lejos de unir, dividen, lejos de integrar, desintegran (desintegrar hacia adentro, como parte de lo indio, por ejemplo, que también desintegra hacia afuera, sea como mexicano, peruano, colombiano, brasileño, venezolano o ya como hispanoamericano, iberoamericano y latinoamericano). Si niegas alguno de los componentes de la nacionalidad, comenzando por lo indio, lo afro-descendiente o lo hispánico, estás mutilando la venezolanidad. (En el caso de España negar alguno de sus componentes, humanos y culturales, se trate de vascos, catalanes, gitanos, gallegos, valencianos, hispanoárabes, hispano-judíos, en sus orígenes y desarrollo histórico, también contribuye a su negación, sea como país, como pueblo o como persona). Es muy sencillo. Si niego a un pueblo del planeta, estoy negando a toda la humanidad.

Habría que enterrar la cabeza en la arena como el avestruz para no darnos cuenta de estar frente a un recrudecimiento de los fascismos, del racismo, del patriarcalismo, se reactivan estereotipos de la vieja sociedad de castas de la colonia; de peligrosos neofascismos culturales hispanocéntricos o peor aún, ultra- latinismos vasconcelianos de oscuros perfiles neonazis, encubiertos en la ideología vulgar de "la raza cósmica" en los territorios de "Nuestra América" y los que posteriormente, desde México, contribuyeron a alimentar nefastas políticas indigenistas interamericanas a partir del Congreso de Pátzcuaro (década del 40 del siglo pasado). Del otro lado, presenciamos anti-latinismos anglo-norte-americanos, con invisibilización de pueblos indígenas en reservaciones en sus extremos, so pretexto de "salvajismo" o "barbarie", contrastados con las políticas disolventes, asimilacionistas de los países de Iberoamérica y la represión global contra todo lo latino, tanto de aquí como de Europa, allá en el país del Tío Sam; así como los descarados linchamientos de negros por la policía norteamericana con los viejos estilos del Ku-kux-klan. O el ·sálvese quien pueda" de "adolescentes" armados, que irrumpen sin son ni ton, contra las personas de una escuela, una iglesia, un supermercado, queriendo practicar en forma ciega e indiscriminada, lo aprendido cuando niño en los "video juegos", donde enseñan a matar "indios bolivianos", "palestinos", "africanos", "árabes", "persas", "vietnamitas" o en todo caso, "mendigos" (paso de lo virtual a lo real). Hacia el Medio Oriente, encontramos formas abiertas de apartheid sionista, que reclaman autobuses de los ciudadanos judíos, separados de los usuarios palestinos. Esto sin bastarle el campo de concentración abierto que es la Franja de Gaza para exterminar niños palestinos, o el Gran Muro que separa a Israel y Occidente, del Oriente "bárbaro".. En el México de Vasconcelos, país indígena, disfrazado de "mestizo" o de "campesino", (o peor aún, su clase dominante con ímpetu de "norteamericanos", aunque sea de orilla,), el Estado mexicano participa hoy de un exterminio masivo de estudiantes normalistas, sin que esto produzca una condena general de nuestros países y sociedades y de toda la llamada "comunidad internacional". Entendemos, que estas viejas políticas de exterminio en México, son de vieja data, como en Colombia. Sólo que ahora hay otra correlación de fuerzas políticas y sociales en el continente y apareció esta piedra de escándalo. Por allá por Europa, la persecución de los room o gitanos. O de un Occidente donde la palabra kurdo, es sinónimo de borracho en su humor racista hispanohablante. Así como un indígena americano es todavía para muchos historiadores y cronistas del Rey, un gandul, un tribal a destribalizar, como a los del continente africano (llamados por Darcy Ribeiro "pueblos emergentes"). Vale decir, un "no-ciudadano". Pero en síntesis, todos somos "monos sin rabo", en el decir de Hégel para no hablar de Kant, donde el indio americano ocupa el último escalón de la evolución humana y al fin, sudacas o ya, indianos. Practicantes de formas de "racionalidad", que nos alejan de la "razón instrumental" de la ciencia de Occidente. Otros esclarecidos la llaman la "segunda razón" que justifica nuestra supuesta inferioridad y "minoría de edad cultural" desde el discurso mantuano o desde el pináculo de los cielos del discurso tecnocrático globalizador. ¡Que sepamos, por esa vía no cabe ninguna izquierda, ningún bolivarianismo, ningún socialismo, ninguna descolonización, ningún anti-imperialismo, amén de su anti-indianismo visceral dentro de la ambigüedad intencional. De su rechazo además a toda negritud y afroamericanismo en pro del blanqueamiento y la europeización caricaturesca por el aparato cultural y educativo.

Las formas de intolerancia, toman también en algunos casos, modalidades de intolerancia política paramilitar, alentadas desde el exterior en complicidad con algunos sectores de la oposición de Venezuela y el padrinazgo del Departamento de Estado, que buscan convertir el crimen en un modo de hacer política, tal como lo hemos vivido en los últimos tiempos con los abominables crímenes de Robert Serra y María Herrera.

Hay una retoma vergonzante del imaginario de la limpieza étnica y de sangre, especialmente frente a los pueblos indígenas de todo un continente, frente a Haití y frente a los palestinos. En República Dominicana -la vieja Quisqueya-, alimentan etnismos y racismos anti-haitianos…(sugieren que la presencia de Haití amenaza el imaginario de la limpieza de sangre del vecino país). . La Cátedra Libre/Intercultural César Rengifo, pide a los Movimientos Indígenas y Afroamericanos mucha unidad y solidaridad activa, estar en vigilia para ubicar y detener estas lamentables situaciones de violencia horizontal, de provocaciones, intolerancia y exclusiones que conspiran contra un estado de paz, de justicia, de libertad y democracia.

En este sentido, también alertamos a todos los países y Presidentes del ALBA, de Unasur y de la Celac. De Mercosur y de Petrocaribe. El racismo, el endorracismo, la vergüenza étnica y de clase, son como el caballo de troya en nuestra mente y en nuestro espíritu. Con existencia real y concreta en nuestras estructuras políticas, económicas, sociales, culturales y espirituales, particularmente en las teologías, antropologías y filosofías de la dominación. Donde el caballo de troya deja de ser virtual y se manifiesta de cuerpo presente en la gran misa de difuntos de todos los genocidios de nuestra historia. Es por tanto necesario saber sembrar el amor y la esperanza en el corazón de los pueblos, labrar y construir con ellos el futuro para la salvación de la humanidad, del planeta y de todo lo viviente.

SOBRE LA EDUCACIÓN INDÍGENA E INTERCULTURAL BILINGÛE

"América no caminará sin el indio" (José Martí)

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Hay en lo indio, unas claves ocultas de otra América posible. Pero América, ciega en su racismo, no las ve.

(Eduardo Galeano)

ººººº Hay un aparato anónimo invisible, que irrumpe constantemente contra la dignidad de la persona y de sus pueblos, que masifica y demuele, sin que aparezcan sus dolientes. Es ese mundo industrial disolvente que aplasta la dignidad humana volviéndola un número. Un ser anónimo, invisible ante el mundo de las máquinas que enmudece a sus víctimas.

Enmanuel Mounier (Católico antifascista)

ºººººº El nuevo socialismo del siglo XXI no lo montaremos sobre la nada de América, sino sobre esas múltiples experiencias históricas de los indosocialismos. Por eso hemos pedido a los pueblos indígenas, que vayan a estudiar el posible aporte de sus propios pueblos en lo que queremos construir.

Comandante Hugo Chávez (1)

(1)(En los entretelones de la creación del PSUV, luego vendrían sus comentarios sobre las filosofías indias del Buen Vivir, complementarias al sueño bolivariano de la búsqueda de "la máxima felicidad posible", pero que en estos casos manejan otros paradigmas diferentes y más inclusivos que el abanico semi-cerrado de lo grecorromano y de lo judeocristiano, para dar cabida dentro de las academias y el diálogo intercultural a lo que ayer se llamó "lo salvaje" o "lo bárbaro", para la visión colonial)

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SENSIBILIDAD, AMOR Y COMPRENSIÓN

Quisiéramos ante todo, solicitar un poco de amor, sensibilidad y comprensión hacia una situación muy particular del sistema educativo venezolano, que no es reductible o transferible a otras realidades y que debe ser visto en sus visiones del mundo, concepciones del tiempo y del espacio, modalidades diversas de convivencia humana, formas de adaptación y convivencia con la naturaleza.

Por incomprensión de lo que es la educación indígena, la diversidad cultural dentro y fuera de lo indígena específico y la interculturalidad como derecho educativo nacional y universal, muchas veces se escamotea la diversidad, se fragmenta la unidad y las unidades específicas de cada pueblo y se presentan como atentatorias contra la unidad del sistema nacional, regional o local de Educación Bolivariana. Se busca, incluso meter en el mismo saco las diversidades culturales y étnicas con otras diversidades o ya, manejar las diversidades al margen de la interculturalidad que expresa los mecanismos de relación y enlace entre los pueblos y culturas, sus tierras y territorios ancestrales. Así como a veces se maneja la comunidad al margen de la naturaleza de cada pueblo indígena.- Dos o más pueblos indígenas, tienen culturas, idiomas, comunidades y formas de organización social y familiar, muy diferentes. Tendríamos que ser bien ciegos para no verlo.

Como anécdota, sobre la incomprensión de la complejidad de la educación de cada pueblo indígena y de la formación de sus maestros, cuando vino el proceso de expulsión de las Nuevas Tribus a solicitud del Comandante Presidente Hugo Chávez, un funcionario militar, el general Narciso Antonio Tovar, sin que en esto mediara mala fe alguna, le pedía al Profesor Jorge Pocaterra, Director de Educación Indígena, que le proporcionara 4 o 5 maestros yanomami en menos de tres meses. Lo primero que debemos agregar es que no es posible ponerle a los yanomami maestros de otros pueblos indígenas, mucho menos un "criollo", aparte de las divisiones internas que fomentaron las "Nuevas Tribus" en por lo menos 60 años de pseudo-evangelización. Por otra parte, si no ha sido posible la formación complejísima de un aparato de formadores de formadores dentro de los más de 40 pueblos indígenas de Venezuela, incluyendo la formación lingüística ¿Cómo vamos a formar un maestro yanomami en tres meses, cuando el mismo Estado venezolano, desde la cuarta república había delegado la educación de ese pueblo en manos de misioneros norteamericanos de las Nuevas Tribus? Pasmosas ingenuidades como estas, las estamos pagando bien caras.-

BUSCAR SALIDA INMEDIATA A LA OPERATIVIDAD DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS

El objeto es el de elaborar unas notas para la discusión como parte de la alianza política de los pueblos y movimientos indígenas con el PSUV, otros partidos de la alianza gubernamental y el Polo Patriótico; y particularmente de hacerlos llegar a los Ministros de Educación y de Pueblos Indígenas, Héctor Rodríguez y Aloa Nuñez en la legítima e irrenunciable ratificación de nuestra búsqueda de operatividad de los derechos constitucionales originarios, históricos. Esto en el marco de los derechos culturales y educativos a una educación propia y diferenciada, intercultural y bilingue (como pueblos y comunidades, como lo establece la CRBV, no sólo como comunidades); todo ello visto desde nuestra nacionalidad venezolana, la diversidad cultural, la interculturalidad, la unidad y diversidad político territorial como país, libre, soberano e independiente de todo tutelaje extranjero, y en lo concreto, de toda forma de dominación imperialista y de colonialismo interno o externo. Ello sin renunciar a la vocación emancipatoria, de unidad de Nuestra América o Abya-Yala en la visión de nuestros libertadores y de la educación bolivariana. De allí también nuestro interés en participar activamente en la solución a las múltiples asimetrías que se presentarán en la articulación de los mecanismos de integración continental (ALBA, Mercosur, UNASUR, CELAC, Petro-Caribe y otros). Todo como parte de la herencia colonial que arrastran nuestros Estados y nuestras estructuras educativas nacionales y regionales. Pensamos que en ello, el ALBA debe tener un papel estratégico, de avanzada ideológica, tanto en materia de Educación Indígena, como de Educación Intercultural Bilingüe, educación intercultural afrovenezolana y afroamericana y otras modalidades de la interculturalidad del aparato educativo en general. Este ALBA como vanguardia, como punta de lanza, no terminamos de visualizarlo, al menos ¡Por ahora!

En consecuencia, se deben articular mecanismos consensuados entre el Ministerio del poder popular de los pueblos indígenas, el Ministerio del poder popular para la educación y el de educación superior, con inclusión del Ministerio de la Cultura para garantizar integralmente a los primeros venezolanos sus derechos culturales y educativos sin desmedro de sus especificidades y de las especificidades de la venezolanidad en su conjunto.

Si bien los pueblos y comunidades indígenas de las fronteras no pueden convertirse en "problema de seguridad de Estado", corresponde al Estado Docente Intercultural desarrollar políticas preventivas, realmente participativas y protagónicas, lo cual no es posible sin una educación indígena que permita afirmar su educación propia y sentir como suya la venezolanidad. Sin duda, que este Estado Docente no compete sólo al Ministerio de Educación, involucra a todos los poderes públicos y políticas públicas. Destacando la responsabilidad directa de los medios de comunicación, tanto del Estado como los privados, dentro y más allá de modalidades de educación formal. En un tiempo en que fue canciller el camarada Nicolás Maduro, trabajamos con el Frente Bolivariano de la Cancillería sobre el proceso de construcción de una política intercultural para nuestras relaciones exteriores. Y a lo interno del país, señalando que la mejor política internacional, no sustituye la política interna del país, la cual debe ser muy precisa y específica. Más si se busca la creación heroica por encima de la imitación de modelos: ¡inventamos o erramos!

LA ESPECIFICIDAD DE LA EDUCACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ES IRREDUCTIBLE

Analizando con detenimiento y con suma prudencia consideramos pertinente e inaplazable la ley específica sobre la Educación Indígena e intercultural, que permita garantizar el espacio de la educación propia como base y punto de partida fundacional de toda interculturalidad bien entendida, dentro de la creación de mecanismos concretos que garanticen la justicia y la equidad a quienes siempre han estado en desventaja frente al antagonismo histórico del aparato educativo dominante (que no es fácil desmontar en una revolución y en cuyo desmontaje debemos participar directamente los propios interesados como sujetos (actores y actrices) de nuestros propios procesos de emancipación y liberación). Señalamos un problema estructural del Estado y no sólo un problema coyuntural o de una gestión en particular. Sin embargo, nos encontramos con un hecho concreto, producto de la desinformación y de los entrabamientos coloniales. En cada gestión nueva, tenemos que comenzar por explicar, casi partiendo de cero, los fines, principios y fundamentos de la educación indígena en el contexto de la educación intercultural bilingüe, porque todavía carecemos de un sentido pleno y sostenido de la continuidad del sistema educativo bolivariano. Por eso, lo primero que pedimos cuando hay una nueva administración ministerial, es que se hagan simposios, foros, talleres, congresos pedagógicos, sobre la temática específica de la interculturalidad y todas sus implicaciones en el aparato educativo y en las políticas públicas. Es por allí por donde tenemos que comenzar para entender los por qué de legislaciones específicas para unos derechos originarios, históricos y específicos, especialmente para el ejercicio de derechos culturales y educativos de los pueblos indios en particular: los proyectos educativos por pueblos indígenas.

Hay de antemano algunos argumentos que justifican una Ley específica sobre educación indígena e intercultural bilingüe, aprobada en primera discusión, no sin antes expresar nuestro agradecimiento al esfuerzo realizado por el equipo de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas de la AN, del Parlamento Indígena de América, Amazónico y del Ministerio de Pueblos Indígenas, pueblos y comunidades indígenas y aliados en el proceso de discusión de la Ley. Veamos:

1.-Los pueblos y comunidades indígenas son los más vulnerables por parte del aparato cultural y educativo dominante, incluyendo el terrorismo del racismo patriarcal etno-mediático de la occidentalización compulsiva y unilateral (la amenaza de limpieza étnica –y de sangre- contra los pueblos originarios de todo un continente a través de los hispanocentrismos, iberocentrismos y otras formas de apartheid neolatinistas vasconcelianas, se mantiene por más de medio milenio). Todavía hay intelectuales "nuestros" que tienen la concha de decirle a los pueblos indígenas lo mismo que el sionismo le dice hoy con descaro a los palestinos: ¡Hay que convencerlos de que son pueblos derrotados para siempre por los cuatro puntos cardinales! Aludiendo a los pueblos y comunidades indígenas en muchos escenarios educativos y culturales se han pronunciado frases similares contra los pueblos y comunidades de hoy por parte de personajes condecorados y homenajeados.

Ahora bien, se nos invita a condenar estas sentencias contra los hermanos palestinos, con lo que estamos plenamente de acuerdo. Pero se nos invita a que le rindamos honores a intelectuales, vivos o muertos, que nos convocan a la limpieza étnica y de sangre contra los pueblos y comunidades indígenas del país y del continente. ¿Cómo entender este endorracismo de la sociedad nacional? Incluso se pretende presentar a estos señores como paradigmas de nuestra identidad nacional bajo la dicotomía de los viejos racistas del Cono Sur ¡civilización o barbarie! ¡civilizar es poblar de nuevo!. ¿Por qué se sigue negando a los pueblos indígenas un derecho que se reclama para los palestinos? Los mismos pueblos indígenas se han planteado tres grandes causas de la humanidad en este momento histórico: a) La causa palestina, b) La causa haitiana y c) la causa indígena de América o Abya Yala, amenazada de limpieza étnica y de sangre desde hace más de medio milenio desde Alaska hasta Tierra del Fuego.(Ver art. de Noelí Pocaterra, Doctrinas que han justificado y justifican la conquista y el llamado "descubrimiento de América". Revista Itanera Nº 1. Caracas sept. 2014)

Asistimos en el continente y en el mundo a un resurgimiento de los viejos llamados de ¡la civilización! contra la supuesta ¡la barbarie! Vemos incluso una proliferación de textos dentro de la llamada literatura incluso progresista, para no hablar de los llamados abiertos al apartheid que hace la extrema derecha fascista, donde ya aparecen los linchamientos de negros en USA y los autobuses para palestinos y los autobuses para judíos.

2.- El aparato cultural y educativo dominante ofrece obstáculos coyunturales, estructurales, ideológicos y epistémicos para comprender de fondo las especificidades de la educación de los pueblos indígenas en el marco de la interculturalidad de nuestros países y regiones. De esto no escapan todos los países del ALBA. El viejo Estado se niega a morir y el naciente Estado revolucionario, tiene dificultades para terminar de nacer.

3.- La educación indígena y sus organismos de consulta dentro del Ministerio del ppp la educación viene de un entrabamiento de cuatro o cinco años, por lo menos, lo cual ha retrasado durante 8 años la creación del Instituto Nacional de Idiomas y culturas indígenas. Instituto al que el Presidente Maduro le pone hoy el acelerador a través del Ministerio de pueblos indígenas y del Ministerio de Educación.

4.-El ministerio de educación en cuanto parte importante, insustituible e irremplazable del ESTADO DOCENTE INTERCULTURAL, no puede desembarazarse de sus responsabilidades cardinales que tiene con los pueblos, culturas y comunidades indígenas para garantizar sus derechos originarios, históricos y específicos y particularmente sus derechos culturales y educativos, indesligables de sus tierras y hábitat de origen y desenvolvimiento histórico.

5.-Los errores, vicios o desviaciones que pudieran desarrollarse dentro de los movimientos y funcionarios indígenas, no pueden servir de pretexto para demonizar y descalificar a los pueblos indígenas, menos, cuando todos esos riesgos y situaciones lo viven todos los movimientos sociales y políticos, pasando por el movimiento obrero. Por supuesto, con esto estamos lejos de llamar a la impunidad, sobre todo con los indígenas. De paso las más grandes exigencias deben venir de los mismos mayores y de los movimientos indígenas.

6.-Se viene hablando de los riesgos de fragmentación del aparato educativo, contra la unidad del sistema educativo bolivariano. Si algo puede aprender el sistema educativo bolivariano, es del sentido cósmico y holístico de las culturas y pedagogías de cualquier pueblo indígena del país; muy especialmente su precisión en la sintonía entre el microcosmos y el macrocosmos, sus calendarios propios. arriba y desde el medio, sin llegar al fondo de las primeras y cardinales articulaciones del aparato educativo: la familia y la comunidad, el pueblo específico. Es de esta visión de inserciones en múltiples complejidades de donde tenemos que aprender los nuevos sistemas educativos en construcción participativa y protagónica. Lo otro, sería reproducir todo lo dominante planificando con líneas rígidas desde arriba.

7.-Otro aspecto fundamental a tomar en consideración es que la presencia y conservación de los pueblos y culturas indígenas es clave para el mantenimiento irreductible de nuestra autonomía cultural y educativa en los procesos de integración continental. Y sin lo cual no hay emancipación, independencia y liberación definitiva.

8.-Conspiran también contra esta autonomía cultural y educativa de los pueblos indígenas y de la nación venezolana el Instituto Lingüístico de Verano y su enclave, ahora "pseudo-nativo" de las Misiones Nuevas Tribus, preparando en la sombra lingüistas indígenas para manipular, desnaturalizar y recolonizar a nuestros pueblos indígenas y su indodescendencia. Incluso para recolonizar por la vía de las teologías de la dominación a nuestros pueblos y países. También conspira a su favor el mismo Estado venezolano, con su carga del viejo Estado burgués uni-cultural, cuando por incomprensiones contribuye a retardar y truncar las especificidades de la educación intercultural bilingüe y las especificidades de la educación intercultural para toda la venezolanidad en su conjunto, con la inclusión de su ancestro y presencia indígena en la actual composición de la población nacional.

9.-Reconocer el derecho del venezolano a una educación intercultural y especialmente a autorreconocerse en su ancestro y presente indígena sólo será posible en la medida en que también reconozcamos el derecho a la educación propia de estos pueblos. De lo contrario, estaremos construyendo un árbol con las raíces al aire, con ramas y cabelleras colgadas desde nubes tenebrosas, desde un falso cielo, sin derecho a cuajar flores y frutos para autorreproducir su propia cultura, al no permitir que la savia encuentre en su curso el humus interior en el vientre fecundo de la Madre Tierra.

En tal sentido planteamos:

Los primeros garantes de una educación propia e intercultural y bilingüe, son los distintos pueblos (y comunidades) indígenas amparados por derechos constitucionales y por leyes específicas que faciliten su operatividad dentro del ordenamiento jurídico venezolano y su traducción a todas las políticas públicas. Por tanto, ellos alegan, que "nos corresponde dirigir nuestros procesos educativos con nuestros propios movimientos, con nuestros propios actores y voceros, sin menoscabo de los lineamientos generales de la educación bolivariana y de la participación de otros expertos, sean indígenas o no, pero siempre compenetrados con nuestras realidades históricas, sociales, culturales y educativas. Y con la realidad venezolana en particular, superando todo tipo de xenofobia y de malinchismo". Progresivamente hemos sido debilitados y desplazados en los últimos años del papel participativo y protagónico desde que se fue desconociendo por el peso de la vieja formación colonial, la especificidad de la educación de los pueblos y comunidades indígenas (proyectos educativos por cada pueblo indígena dentro del sistema de la educación bolivariana, su construcción curricular desde los pueblos y comunidades). No es lo mismo la educación dentro del pueblo ye´cuana o yanomami, de una comunidad e´ñapa que dentro de una comunidad mapoyo o piaroa. Cada pueblo genera formas de organización política, familiar y comunal diferentes e intransferibles, si bien sus múltiples experiencias pueden ser de gran valor para el sistema nacional de educación bolivariana y para la construcción participativa y protagónica de una pedagogía nacional y continental liberadora. Incluso en el ámbito de los Indosocialismos como lo vio acertadamente el Comandante Supremo. Esto por sí mismo compensaría con creces la inversión en materia de Educación Indígena en los espacios más apartados e inaccesibles del país, contemplando además nuestra presencia urbana en las grandes ciudades de Venezuela. No se trata sólo de un problema de número sino cualitativamente de la presencia indiscutible de pueblos y culturas concretas en nuestra diversidad venezolana actual.

Entendemos perfectamente que nos movemos en un escenario multiétnico y pluricultural en vigilia permanente por la construcción participativa de la interculturalidad para toda la población venezolana. Sin embargo, consideramos que la pseudo-criollización del aparato educativo que se arrastra desde la colonia, reproducido en la república, reforzado en la cuarta república y con sus antenas todavía puestas en la V República en tanto viejo Estado que se niega a morir, desconoce de fondo la diversidad cultural del venezolano, nuestras especificidades culturales y educativas y lo esencial de toda vocación intercultural, para restaurar en la sombra de los neocolonialismos, el mito hispanocentrista de "la cultura única mestiza". Ninguna cultura nacional puede fundarse tampoco sólo en lo racial, en un modelo único "mestizo", aparte de que también somos sociedades multirraciales, además de multiétnicas y pluriculturales, como reza nuestra Constitución. Y sin que esto niegue, a otro nivel diferencias de castas o de clase, con la sobrevivencia ideológica del imaginario colonial de la "limpieza étnica y de sangre" (por la vía del supuesto "mejoramiento" racial, en tanto sobrevivencia ideológica de la vieja sociedad de castas de la colonia).

Criticar el reduccionismo del pretendido "criollismo" como "cultura única mestiza", no significa desconocer la vocación de nuestros pueblos hacia el mestizaje, sino por el contrario denunciar una ideologización que reivindica lo racial por encima de nuestra diversidad cultural, étnica y lingüística y que nos conduce a una unidad sin diversidades, lo cual nos llevaría de hecho a desconocer la complejidad de la realidad educativa venezolana. La refundación de la República como exigencia revolucionaria y bolivariana, nos lleva a la refundación de la cultura nacional en términos interculturales, que reivindican nuestra unidad en nuestra diversidad. Esto significa la necesidad de que nuestros pueblos y comunidades indígenas del país, reafirmemos los derechos a sus culturas y sociedades específicas, lo que no será posible sin el ejercicio pleno de los derechos culturales y educativos garantizados en una ley orgánica específica, sin que ello signifique antagonismo alguno con la Ley Orgánica de Educación y con todo el Sistema de Educación Bolivariana. De allí la riqueza, flexibilidad y aportes múltiples que pudiera dar una Educación Indígena bien entendida, contextualizada en una Venezuela Intercultural, democrática, participativa y protagónica y en un Estado de derecho y de justicia. Claro exponente del Estado Docente Intercultural.

La educación indígena no es igual a educación campesina, ni es una educación sólo comunal, ni una "educación general" o "educación uniforme" del venezolano, como se entendía la educación popular en la época de la independencia a la luz del pensamiento de la ilustración. Recalcamos además que lo campesino tiene sus propias modalidades, inserciones y especificidades, no suficientemente reconocidas y estudiadas todavía. Como lo tienen los afrodescendientes en sus distintas versiones. Incluso en la misma educación urbana en muchas ciudades de Venezuela aparecen unas especificidades de los pueblos y comunidades indígenas, víctimas del desarraigo en el tránsito compulsivo rural-urbano, que como lo vio desde su arte libertario nuestro prócer indianista César Rengifo, ha dejado como huella indeleble la subcultura del petróleo y todas las formas anteriores y posteriores de conquista y sus secuelas de neocolonialismos. Por eso se autodefinió como un hombre de la anticonquista. Lo cual equivale en parte a lo que con el Comandante Supremo hemos comenzado a llamar la resistencia indígena (cambiándole incluso el nombre al llamado "Día de la Raza").

El papel de una ley específica sobre la educación indígena, es sobre todo para que el Estado pueda garantizarle a todos los pueblos y comunidades originarias el reconocimiento y el ejercicio de su derecho a la educación propia como base de su identidad, su idioma, historia y cultura propia, dentro del concurso de la interculturalidad en una venezolanidad participativa y protagónica, con su unidad político-territorial incuestionable.

Dadas las diversidades de cada pueblo y cultura y formas de adaptación a cada ecología, los diseños curriculares deben construirse con la participación de cada pueblo, las formas de familia y de comunidad, restableciendo la relación entre el niño o niña, el joven o la joven con sus padres, abuelos y abuelas en la reproducción de la lengua y cultura materna.

Estas exigencias plantean la necesidad de que los pueblos y comunidades indígenas al tener la iniciativa en la orientación del aparato educativo puedan ejercer su derecho a la construcción de sus propios diseños curriculares, la elaboración de textos en su idioma materno sobre la cultura y la historia propia, la sistematización de sus vivencias pedagógicas, la reivindicación de sus cosmovivencias y espiritualidades, modalidades de producción y consumo e intercambio de alimentos y de otros atributos étnicos y socioculturales.

No se puede garantizar la inclusión de los distintos pueblos y comunidades indígenas de Venezuela y de sus movimientos específicos y de apoyo, si no se articula y se pone en movimiento el Consejo Nacional de idiomas y culturas indígenas, organismo consultivo del Ministerio del poder popular para la educación, creado por el Ministro Aristóbulo Isturiz, quien además fue constituyentista defensor de esos derechos específicos; organismo consultivo creado, que incorpora a los voceros de cada pueblo indígena en lo local, regional y nacional. Este organismo poco se reúne bajo pretexto de que no tiene presupuesto específico para cumplir su papel..

Independientemente del nombre de este organismo consultivo del ministerio de Educación con los pueblos y comunidades indígenas para la educación indígena e intercultural bilingüe, siempre va a ser necesario un organismo de consulta conjunta entre Min Educación, Minpi e Instituto de Idiomas y culturas indígenas. Que sería su equivalente, ahora actualizado y ajustado a los nuevos requerimientos de planificación y programación coordinada desde los pueblos y comunidades.

La educación específica de los pueblos y comunidades indígenas no puede funcionar sin un presupuesto propio e intransferible de la educación intercultural bilingüe que permita la publicación de los textos en el idioma materno y bilingües, la convocatoria de los equipos de trabajo y funcionamiento, dentro de los parámetros generales y específicos de la educación bolivariana intercultural.

La existencia de un Ministerio del pp los pueblos indígenas y de un Instituto de Idiomas y culturas indígenas, deben manejarse de común acuerdo con el Ministerio del poder popular para la educación en función de su papel rector de la educación de los pueblos y comunidades indígenas y como garante de la unidad en la diversidad de todo el sistema de educación bolivariana, con el respeto de sus derechos originarios, históricos y específicos.-

La formación, organización, funcionamiento y despliegue de los equipos de trabajo especializados en la educación indígena e intercultural, es algo fundamental e inaplazable. Más en una hora decisiva de nuestra integración a Mercosur, donde al movimiento indígena venezolano y otros movimientos, debe corresponderles un papel fundamental y protagónica en materia de educación indígena, interculturalidad y los aportes de los indosocialismos a las modalidades de socialismos del siglo XXI por otros mundos posibles. Esto sin olvidar las asimetrías económicas, lingüísticas, culturales y sociales que deberán ir resolviendo los pueblos indígenas en los países del ALBA y particularmente en el Mercosur y otros mecanismos de la integración.

Sin la presencia, formación, organización y funcionamiento de la educación indígena y de la educación intercultural en general, sin el papel protagónico de los propios voceros de los pueblos más negados por el colonialismo en tanto sujetos del territorio, en un contexto multiétnico y pluricultural de unidad nacional y continental, no será posible, ni siquiera pensable que la revolución venezolana pueda dar su aporte y despliegue en materia educativa en todos los escenarios internacionales que se nos presentan a escala continental y planetaria, contra el imperialismo y el colonialismo. Por el contrario, corremos el riesgo de ser caricaturizados, que se desvirtúe nuestro papel y sentido histórico, cósmico y espiritual en el contexto de nuestra revolución. Tampoco podemos perder de vista el hecho de que siempre se nos quiere ver como un blanco fácil como país en revolución, para ser condenados en materia de derechos humanos en aquellos organismos internacionales manejados por el imperialismo, el eurocentrismo y los intereses materiales y espirituales de occidente y del capitalismo global.

En este orden, es vital reactivar el diálogo de saberes y de civilizaciones con los pueblos y comunidades originarias, particularmente en materia educativa, propia e intercultural, para lo cual es fundamental darle continuidad y vida al Consejo Nacional de idiomas, culturas y educación indígena, sea cual sea su nuevo nombre para su operatividad coordinada. Veamos por ejemplo, que ya el Ministerio del poder popular para la Educación Universitaria, comienza a plantearse, aunque sin nuestra presencia y participación real y concreta lo concerniente a "LA UNIVERSIDAD Y LA DESCOLONIZACIÓN DEL PENSAMIENTO".

Valga la pena recordar que hace unos 25 años, cuando tratamos de dar respuesta a la primera organización de los Estudiantes Indígenas Universitarios de la Universidad del Zulia, ASEINLUZ, los racistas éramos nosotros, los que defendíamos el derecho de los estudiantes indígenas a organizarse como indígenas en la Universidad. Pero no eran racistas, ni endorracistas, ni presa de la vergüenza étnica y de clase, quienes perseguían, atropellaban y desconocían el derecho de los pueblos a entrar en la Universidad y a defender desde ella, su patrimonio lingüístico, cultural y espiritual, pasando por sus derechos a sus tierras y territorios ancestrales. De manera que se trata de una lucha de larga data y que se remonta a medio milenio de conquista y colonización. Aparte de ello aclaramos que la inclusión está muy lejos de ser una simple ampliación de matrícula dentro de los mismos parámetros dominantes del sistema educativo.

CONTEXTUALIZAR NUESTRAS IDENTIDADES

De la misma manera nos parece fundamental, que cada sujeto, actor o actriz, comenzando por nosotros mismos, contextualicemos nuestra personalidad histórica y social dentro de nuestra identidad nacional plural, la convivencia horizontal, la inclusión participativa de todos y la unidad político-territorial de un país libre y soberano, garantizada pacíficamente hasta ahora, por la unidad cívico-militar.

La convivencia horizontal como espacio propio de las interculturalidades, indica claramente la orientación de método, explicando que en una adecuada contextualización de la interculturalidad, los pueblos, las culturas, las identidades, no entran en una relación de competencia sino en una relación pluridialéctica de complementariedad y solidaridad hacia la construcción revolucionaria de otros mundos posibles en el socialismo del siglo XXI. Hacia un nuevo ecumenismo de los pueblos donde puedan convivir y desenvolverse distintas filosofías, modelos de ciencias y tecnologías, de artes y de espiritualidades. Consideramos que en el espíritu viviente del Comandante Supremo y de su pensamiento libertario, subyace ya el espíritu de un nuevo ecumenismo de los pueblos con sentido planetario y universal, que podría encontrar sentido y puerto seguro en las nuevas modalidades de la educación indígena y de educación intercultural del nuevo aparato educativo. Que permita la convivencia interracial, intercultural, inter-civilizatoria, inter-artística, inter-científica, interfilosófica, inter-religiosa y donde podamos convivir creyentes, agnósticos y ateos hacia la construcción participativa y pacífica del socialismo del siglo XXI frente a todas las tentaciones de los fascismos.

En este orden, el criollismo visto como supuesta "cultura de síntesis", que supera lo indígena, lo afroamericano y lo hispánico, representaría un discurso único de lo cultural, que niega en el fondo los propios componentes iniciales y presentes de la venezolanidad y de nuestra americanidad. Por lo tanto, lo que hemos conocido como "criollo" necesita ser recontextualizado dentro de la venezolanidad actual para dar cabida a nuestra intra-diversidad cultural y nuestra intra-culturalidad como base de una auténtica interculturalidad (a riesgo de seguir cristalizando un fascismo cultural que viene de la conquista y la colonia).

Todo esto es parte del nuevo discurso de la interculturalidad que aportan nuestros intelectuales indígenas, aliados y asesores de los pueblos indígenas a una venezolanidad en sintonía con ella misma como Patria Chica y en correspondencia con la Patria Grande, pero también con nuestra Madre Naturaleza.

Como diría nuestro gran maestro indianista, el poeta norteamericano Walt Whitman:

"¡Aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral!" Por eso, el rostro de los amargados que nos asedian en sintonía con el fascismo, el imperialismo y el nuevo colonialismo, no son rostros que iluminan, son sombras sin interior. ¡Son rostros sin unidad porque reprimen sus propias diversidades en vez de dialogar, convivir y florecer con ellas, como lo hace la noche con sus múltiples estrellas en una misma concavidad, siempre abierta a distintos espacios interplanetarios! Y donde luz y sombra, como el día y la noche forman parte de lo uno y diverso para la construcción cotidiana del Buen Vivir.



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Saúl Rivas Rivas


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