Con
motivo de la derrota del General Antonio José Gutiérrez en las elecciones
para elegir al gobernador del estado Zulia, celebradas en diciembre
del 2005, escribimos el siguiente artículo:
“¿Por qué el MVR del Zulia no ha fijado ninguna posición con respecto al gravísimo problema del agua que tan severamente está afectando a todos los habitantes de la región?
¿Por qué en su supuesta condición de máximo representante de los intereses del pueblo, el Partido no ha emplazado a Danilo Gonzáles para que por lo menos dé una explicación convincente acerca del pésimo funcionamiento del organismo y hasta cuyos teléfonos mandó eliminar? Para que diga por qué siendo el servicio del agua tan deplorable y deficiente, Hidrolago pretende –al menos su presidente- hacernos creer, a través de una costosa y engañosa publicidad, que el racionamiento del precioso líquido, que dura como mínimo unas 30 horas en el lapso de dos día, es algo perfectamente normal?
Pero, además, ¿por qué no se ventiló este problema en las recientes elecciones de gobernadores y alcaldes? ¿Es que esta calamidad no existe? ¿Es que acaso con ignorar los problemas éstos se resuelven solos o la gente se olvida de ellos? No, los problemas de la escasez de agua y de su nauseabunda calidad existe. Y tal vez haya sido por eso que la gente, incluyendo a los simpatizantes del propio proceso, que también son víctimas de esta desidia, le haya dado la espalda al General Gutiérrez en las pasadas elecciones para gobernador.
Y es lógico que así haya ocurrido, porque para que la gente vaya a votar por un candidato y su partido, necesita algo más que simples slogans y consignas; necesita que sus anhelos, aspiraciones y problemas más apremiantes, se vean reflejados en los mensajes que ambos le transmiten. Y en el caso que nos ocupa, ni el MVR ni su candidato tenían un mensaje de este tipo que ofrecerle al electorado, luego, como era de esperarse, no podían ganar en el reciente proceso comicial, así haya enarbolado como un talismán la figura y el nombre de Chávez..
Pero volviendo a la pregunta anterior: ¿por qué no se ventiló este problema en la campaña para la elección del gobernador del Zulia? ¿Por solidaridad con el compañero Danilo González? ¿Y es que acaso la solidaridad con el compañero mencionado o hacia cualesquiera otros compañeros está por encima de la lealtad hacia la población, hacia el Proceso o el país? Si esto fue así, como estoy seguro de que lo fue, entonces existe una desviación muy grave y peligrosa dentro del MVR. ¿Por qué? Porque cuando los integrantes de un partido empiezan a alcahuetearse unos a otros, a taparse mutuamente sus truhanerías, la organización deja de ser partido para convertirse en mafia, y las mafias, como se sabe, carecen por completo de futuro, por lo menos luminoso. Lo único que pueden cosechar es el rechazo y la repulsa de la colectividad.
Y ya para finalizar, si el partido de la “revolución” no promueve
la solución de los múltiples e insufribles problemas que acogotan
a la población, si no realiza ninguna actividad que contribuya a elevar
la conciencia política e ideológica de las personas, si permanece
siempre de brazos cruzados ante los despiadados y furibundos ataques
del que es constantemente víctima el proceso de cambio, entonces ¿para
qué partido? ¿Únicamente para llevar a los cuerpos deliberantes a
individuos que sólo van a aprovecharse de sus altas investiduras? Desde
luego que un partido así no se justifica ni tiene razón de ser.”
Nota: Bien, como pudieron leer, en este
artículo queda suficientemente claro que la causa de la derrota del
General Gutiérrez se debió fundamentalmente, a parte de otros factores
indeseables que también influyeron, a que él jamás se refirió al
problema más agudo y acuciante que azota a Maracaibo y a la región
por encima, incluso, de cualesquiera otros problemas.
En esta misma desviación, el de las solidaridades automáticas, está
incurriendo Dimartino, actual candidato a la Alcaldía de Maracaibo.
Pues hasta ahora no se ha referido al problema del agua ni a ese sujeto
que la administra y que es la persona más odiada y repudiada de la
ciudad, como lo es el sobrino de Rodríguez Araque, Freddy Rodríguez.
Lo que demuestra que no es algo casual, circunstancial o aleatorio,
sino que responde a una política deliberadamente trazada por la dirección
nacional del PSUV. Y esto, a pesar de que la oposición ha hecho del
problema del agua su caballito de batalla. Esta gentuza ha llegado a
ofrecer, incluso, la construcción de un nuevo acueducto para dejar
de depender del que administra el gobierno nacional, que se caracteriza
por la ineficacia y la corrupción.
Tanto caló en la población este discurso, que el candidato de
Omar Prieto, Alcalde Chavista de San Francisco, que viene cumpliendo
una gestión como nunca nadie la había cumplido, fue derrotado por
un bandido de la calaña de Julio Montoya, en las recientes elecciones
para elegir a los integrantes de la nueva Asamblea Nacional.
A este terrible problema del agua, causado por un señor que valiéndose
de su parentesco familiar con Rodríguez Araque ha cometido todos los
desafueros y desmanes que en el manejo de este estratégico servicio
se pueden cometer, como por ejemplo, roturas de aceras, roturas deliberadas
de tubos madres, sobrefacturación, cobro por las reconexiones, racionamiento
injustificado de agua, puesto que desde marzo no ha dejado de llover,
etc., a este terrible problema del agua, repito, nos hemos referido
en cuanto medio de comunicación hemos podido acceder. Y sin embargo,
la sordera ha sido tan absoluta, que todavía no hemos encontrado un
oído receptivo que, pensando en el angustioso drama –más bien tragedia-
que vive la población y en el prestigio del Proceso, se haya decidido
ponerle coto a este vergonzoso estado de cosas, que habla, con una contundencia
inapelable, de la manifiesta ineptitud e incompetencia de quienes gobiernan
el país. Porque, ¿cómo puede justificarse que dos ciudades densamente
pobladas como son la segunda ciudad –y cuidado si la primera- de Venezuela,
Maracaibo y San Francisco tengan ya treinta y un años padeciendo esta
insoportable calamidad?
O se cambia la forma cómo hasta ahora se ha venido conduciendo el Proceso o habrá que llamar a María.
Arias Cárdenas
no suma, Arias Cárdenas resta.
alfredoschmilinsky@hotmail.com
Nota:
Si habría que buscar una explicación a la colosal debacle que ha sufrido
el chavismo aquí en el Zulia, habría que empezar por tomar en cuenta
la mafia que había venido controlándolo desde sus inicios hasta hace
poco.
Pero también habría que incluir en ese análisis, al gravísimo problema
del agua, del cual han sido autores los sujetos que han estado
al frente de Hidrolago. En el texto anterior, de diciembre del 2004,
hablo de Danilo González, quien peor no pudo haber manejado este problema.
Sin embargo, el que se lleva las palmas o los aplausos en eso de expulsar
a patadas al chavismo de aquí, del Zulia, es por supuesto el sobrino
de Rodríguez Araque, es decir, Freddy Rodríguez. Un verdadero bandido,
que ha hecho sufrir y padecer al pueblo marabino como nunca antes nadie
lo había hecho. Es más, el enemigo número uno de Maracaibo y San
Francisco.
Y lo insólito de esto es que a pesar de las denuncias que se han hecho contra este sujeto, a pesar, de las manifestaciones y hasta de la quema de las oficinas de ese antro y a pesar, incluso de los artículos míos publicado en Aporrea, donde he denunciado reiteradamente la grave situación por la que atraviesa esta ciudad en relación con ese vital servicio, todavía ese malandro continua al frente de la hidrológica. ¿A qué puede atribuirse esta situación, es decir, a qué todavía permanezca este corrupto al frente de Hidrolago?. Muy sencillo, porque este rufián es sobrino de Rodríguez Araque y, por lo tanto, es intocable. En las altas esferas del gobierno se habla de los vicios del pasado, dando a entender que tanto el amiguismo, el tráfico de influencias, el nepotismo, etc., han sido erradicados del seno de este Proceso, pero como hemos visto, continúan más vivos que nunca. De allí, como dije en la nota anterior, el rechazo y la repulsa que ha sufrido el chavismo en el Zulia.
El mejor servicio que Chávez podría hacerle al propio proceso que él lidera, es renunciar a la presidencia del Partido. Y es que hay demasiadas razones para hacer este pedido. En sus manos, como hemos visto, se perdió el Zulia, En sus manos también se perdió el Táchira -y a propósito del Táchira, ¿quién puede negar que en esa pérdida haya tenido mucho que ver la forma tan desconsiderada y despótica como fue expulsado el compatriota Tascón de las filas del Partido? “yo mismo lo mandé a expulsar”, dijo por televisión el Presidente, dando muestra una vez más del autoritarismo con el que maneja los asunto del Proceso-. Ahora, Tascón no era un cualquiera. Tascón era un dirigente que tenía un fuerte liderazgo sobre densos sectores de la colectividad tachirense.
Pero no sólo Tascón ha sido el único en ser objeto de las iras incontrolables
de Chávez. Porque hay que recordar que Ameliach se salvó de
milagro de ser expulsado de la misma forma que lo fue el recordado dirigente
del Táchira, y todo, por un inofensivo comentario que hizo acerca del
PSUV. Y en cuanto a Barreto, un dirigente histórico del Partido, lo
mantienen en el ostracismo, mientras que a Arias Cárdenas un ladrón
y golpista, lo llevó a la Asamblea Nacional.- . Se perdió igualmente
Anzoátegui y hasta zonas populares de la misma Caracas. Si el Presidente
tiene la esperanza de recuperar el terreno perdido, pues puede irse
bajando de esa nube, porque los amores en política son como los de
las parejas, que una vez que pierde, ni el mismo Cupido puede restablecerlos.
Ahora, si estas derrotas no son mensajes que hay que tomar en cuenta,
bueno, Dios nos coja confesados, porque de que hay que llamar a María,
hay que llamarla.