Paludismo, tuberculosis, hambre y desnutrición en los Yukpa, ahora droga y delincuencia


No alcanza el dinero de la renta petrolera para los indígenas, y las ideas y propuestas del Gobierno son etnocidas.

Dada la crisis impérate contemporánea, el dinero no alcanza hoy para los pueblos indígenas, para atender su salud mermada por enfermedades para las cuales no tienen plantas ni saberes espirituales; tampoco cuentan las comunidades indígenas con el Estado para acompañar a sus líderes en la aplicación de los mecanismos culturales y sociales de control y defensa contra los factores armados, el narcotráfico y la delincuencia organizada que se han apoderado de sus territorios, de sus mujeres y jóvenes. Hay variadas experiencia que determina que las fuerzas armadas y policiales muchas veces forman parte activa del problema delincuencial.

Suficientes leyes existen, todas ellas del poder popular, bastantes organismos han sido creados, pero no hay sensibilidad pluricultural y multiétnica en el Socialismo del Siglo XXI. Por lo menos en su ideólogos y máxima jefatura político militar. No se entiende, ni se quiere entender "lo indígena", se complace con haber creado un "ministerio para los pueblos indígenas" y haberle colocado al igual que a todos la expresión "del poder popular".

Las políticas culturales y sociales del Estado Gobierno son una imposición que llevan inexorablemente al blanqueo a los pueblos indígenas; no existen las condiciones, ni el tiempo ni la reflexión para potencializar "lo indígena" ante el poder estatal militar, desde el aparato estatal jurídico político militar impuesto desde arriba por medio del pensamiento único de los cánones rígidos de las misiones, los consejos comunales, los comunas, las UBCh… "lo indígena ancestral" con distintas dinámicas espirituales, socio organizativas propias queda sepultado, pues no tienen funcionalidad, quedan fuera de la lógica y de la dinámica político socioeconómica del Socialismo del Siglo XXI. De allí el desarraigo acentuado y el cao social organizativo de las distintas comunidades de los pueblos indígenas existentes en el territorio nacional.

A esto se une la presencia de mineros enchufados al aparato económico militar nacional y mundial en sus territorios, así como de grupos armados colombianos, narcotraficantes, delincuencia organizada de alto poder y capacidad de fuego y maniobra política militar que lleva al ecocidio, etnocidio y el genocidio en todos los pueblos indígenas de la República Bolivariana de Venezuela. El Gobierno Nacional nada hace al respecto.

Estos grupos variados para delinquir los une el entregarle para su consumo de droga a los jóvenes indígenas de las comunidades para controlarlos en el proceso de asimilación para sus actividades delincuenciales. Situación esta que vienen siendo enfrentada por las autoridades tradicionales de las comunidades.

Los representantes ministeriales de los Gobiernos de Chávez y Maduro podrían ser llevados a cortes internacionales por permitir este ecocidio, etnocidio y genocidio contemporáneo en el sur del país y en el Zulia. El asesinato del líder Yukpa Cristóbal Romero de Tinacoa es la última víctima del pueblo indígena Yukpa en esta nueva realidad indígena venezolana.

Migajas agrícolas sin acompañamiento para los pueblos indígenas

Tampoco hay salida gubernamental agrícola eficaz para los pueblos indígenas ni para los campesinos pobres; dichos planes agrícolas estatales se mueven entre al "agricultura urbana" y la "agroindustria" pasando por salidas de migajas para campesinos e indígenas, carente de un acompañamiento técnico por parte del Estado, así como en el traslado y en el mercadeo; por lo tanto son víctimas de la burocracia, el papeleo y el matraqueo cívico militar en las alcabalas cuando logran obtener un pequeño excedente para vender. Su producción propia, o mediante estos mecanismos de migajas sin acompañamiento no entra en el enmarañado circuito capitalista establecido en el proceso del traslado y mercadeo agrícola. Más cuando carecen de tanques, mangueras y fertilizantes agroecológicos como Chaktapa, que tampoco tienen vía de comunicación ni vehículo. Esta situación es la misma para el 99% de las comunidades de los pueblos indígenas del estado Zulia.

Ante esta situación de no-Gobierno de no-Estado, ante la conformación del Para-Estado Colombiano en Venezuela ciertas comunidades de los pueblos Yukpa y Wayuu vienen encerrándose en sí mismas para conversar con sus dirigentes del ahora y del por-venir, de conseguir la manera de exigirle al Estado Gobierno en un dialogo de tú a tú de lo que autonómicamente no pueden hacer por sí mismo por ahora.



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