Luego de los resultados electorales del 7-O vimos en los medios de comunicación masivos, que la primera reacción de los afines de la opción perdedora fue explicar lo importante que seria para nuestro país iniciar un dialogo para poder - y que- llevar una fiesta en paz durante el próximo periodo presidencial. Alegan que los seis y tantos millones de personas no chavistas que votaron, es un obligante para Chávez hacer esa convocatoria, claro, dirigida a los líderes de la oposición política-económica venezolana.
Ahora ninguno ha dicho que los ocho millones y más de votos que saco el presidente, los tiene que poner a reflexionar a ellos y que sean estos los que tiendan los puentes para entablar una relación seria, sensata y en el marco del respeto mutuo y la legalidad, esto por supuesto entre Gobierno y oposición. Los obliga también a reconocer que esta gran cantidad de personas apoya las propuestas socialistas de esta revolución y su líder y que por minoría están obligados a proponer acuerdos que los mantengan como la otra opción política. Muy al contrario, muchos dirigentes de la derecha mostraron su frustración con alocuciones sin sentido, reconociendo su derrota pero incluso descalificando el CNE porque según, las reglas electorales tienen que ser otras, porque las que hay benefician a Chávez.
Como dialogar con quien se burla de una propuesta socialista para los medios de producción. Como llegar a un acuerdo con quien dice que la privatización de los servicios públicos en el mejor comino, que nuestro petróleo tiene que dejarles las ganancias a las transnacionales, que nuestro oro se lo lleven garimpeiros de 4x4 y grandes aviones, que los acuerdos solidarios con países mas pobres sean depuestos para no regalar nada, como dialogar con quien desconoce que a los ocho millones y mas de chavistas que votamos por este proceso, si nos importa salvar al mundo de la vorágine capitalista y su contaminación ambiental, que compartir con amor los frutos de esta tierra con todos, nos traerá la paz como recompensa entre todos los seres humanos y que si queremos que nuestra patria sea potencia mundial y que junto a Latinoamérica sea ejemplo de desarrollo, de humanismo, de armonía ecológica, y de paz mundial.
Dialoguemos, pero con respeto. Que su liderazgo comprenda que su propuesta fue rechazada, que tomamos un nuevo rumbo y que todos cabemos en igualdad de condiciones, que sus propuestas sean adecuadas a estas hermosas circunstancias sociales, políticas, económicas, ecológicas e integrales, que en esta tierra de gracia se están construyendo. Que desde sus medios no sigan bombardeando rabia, desconsuelo, homofobia, mentiras, violando las mas elementales reglas de convivencia, periodismo y de la comunicación como elemento para la educación, sobre todo a las masas. De los casi treinta millones que somos los venezolanos nos expresamos la mitad en los pasados comicios, y la opción que eligió la mayoría es la expresión mas genuina de legitimidad de esta revolución. Dialoguemos y acompáñennos en la construcción del mas bello país, sin clasismo, ni desprecios, que juntos pujemos y así todos disfrutemos la satisfacción de haber llegado a la sima del desarrollo.
Háganlo desde sus medios, sus empresas, sus partidos, sus cargos públicos. Con sus ideas, su juventud, su experiencia si pueden hacerlo. Necesitamos a la oposición, pero no para defendernos de su violencia, no para desmentirlos, no para descubrirles sus conspiraciones y marramusias, los queremos para construir. Asistan sin temores a ese dialogo.
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